Kazetaria / Periodista

El «todos contra todos» que espera al Athletic en Roma

El equipo zurigorri viaja a la capital italiana para el debut en Europa League contra un equipo que ha cambiado toda su estructura en una semana, y de manera casi «sangrienta» como a veces ocurre en la ‘Ciudad Eterna’.

Dybala, en medio del fregado, poco contento tras anotar un gol esta temporada.
Dybala, en medio del fregado, poco contento tras anotar un gol esta temporada. (Filippo Monteforte | AFP)

Roma es un polvorín. Sinceramente, no hay ninguna noticia en esto. Roma, desde los tiempos de Julio César, siempre ha sido un polvorín. Su manera de ser, una ciudad de tragedias públicas, acompañada de rumores constantes, ha ido infiltrándose en todos los espacios de la vida pública: la política, la economía, también el deporte.

En esta última semana la «tragedia», el redde rationem como decían los antiguos romanos cuando se trataba de tomar las riendas de algo de manera enérgica, ha ocurrido en el ámbito futbolístico y por supuesto ha sido cruenta.

En pocos días la Roma, el equipo que se va a enfrentar al Athletic Club este jueves en el estreno en la Europa League, ha cambiado el entrenador (Daniele De Rossi), echado a la directora ejecutiva del club (Lina Souloukou), y no se excluye que se caiga también la cabeza del director deportivo (Florent Ghisolfi).

Algo con pocos antecedentes en la historia reciente del calcio, en un ambiente muy caldeado de por sí como es el mundo giallorosso.

El año horrible de la Roma

No está siendo un 2024 ideal para la Roma. Empezó mal el año despidiendo a José Mourinho. El portugués había llegado en 2021 como un ídolo, ganando la Conference League, pero se fue replegando tanto en actitud como en resultados: una película ya vista, con el vestuario roto, y una decisión radical, sustituirlo por Daniele De Rossi, exbandera del club pero entrenador con poca (y desafortunada) experiencia.

Es cierto que DDR fue un revulsivo de entrada, llegando a semifinales de Europa League y a la sexta plaza en la liga, pese a un un bajón evidente en el último tramo de la temporada. Pero haber elegido al excapitán del equipo parecía más una decisión-parche que una estrategia a largo plazo.

No obstante, justo antes del inicio de la nueva temporada el club confirmó a De Rossi con un contrato hasta 2027 y una campaña de fichajes muy agresiva: llegaron Dovbyk del Girona, los jóvenes Soulé, Koné y Le Fée, los expertos Hummels y Hermoso (que eran agentes libres), y también algunos jugadores «misteriosos» como el lateral saudí Abdulhamid y el sueco Dahl.

Muchos de los fichajes han llegado con la Serie A ya empezada, aunque el problema más gordo es precisamente la estrella: Paulo Dybala

 

Muchos de ellos arribaron cuando ya la Serie A había empezado, obligando a De Rossi a soluciones precarias que se reflejaron en un pésimo arranque en cuanto a resultados (tres empates y una derrota).

El problema más gordo, sin embargo, se llamaba Paulo Dybala, el mejor jugador con diferencia de toda la plantilla. E argentino tenía (tiene todavía) un contrato muy extraño con el club, por el que si llega a jugar durante esta temporada 14 partidos enteros su sueldo subirá de 4 a 7 millones por temporada, ampliándose automáticamente por un año más.

Son cosas que se sabían perfectamente pero que nadie ha ido solucionando. Mejor dicho, Dybala en agosto llegó a ser vendido al Al-Qadsiah saudí. Estaba todo preparado, hasta que el argentino decidió quedarse, agravando los problemas y de hecho taponando a su compatriota Soulé, que había sido fichado por 35 millones para reemplazarle en el once titular.

En un ambiente tan revuelto De Rossi no pudo más y dimitió. La directiva rechazó la decisión inicialmente, hasta que la semana pasada, después del empate 1-1 contra el Genoa, el club le dio otra vuelta a la propuesta y optó por prescindir del entrenador a pesar de ese contrato reciente hasta 2027.

Todos contra «la griega»

Ha sido la última gota para una de las hinchadas más calientes y pasionarias del calcio. La atención general, y sobre todo los insultos, viró entonces públicamente hacia el club (cuya propiedad es de la familia americana Friedkin, de empresarios del cine), y especialmente hacia Lina Souloukou, directora ejecutiva, representada como una villana absoluta, digna de aquellos complots de la Antigüedad en que las madres de los emperadores se compinchaban contra sus mismos hijos.

‘La griega’ ya tenía enturbiado el ambiente hace tiempo por su manera brutal de «cortar cabezas»: muchos empleados habían sido echados durante el verano para ahorrar dinero, y su decisión de vender a Dybala como si fuese un trapo cualquiera no mejoró su imagen desde el punto de vista de los tifosi.

La ya ex directora general, en uno de los acuerdos firmados por el club. (AS Roma)

Todo el «mundo Roma» ha estado bastante tocado durante este 2024 por otra cuestión: el caso de acoso sexual denunciado por una empleada cuyo móvil fue robado por parte de un jugador de los juveniles, que difundió un video íntimo de la chica teniendo sexo. Resultó que el club decidió despedir a la chica ganándose así un juicio por mobbing.

Un jugador juvenil de la Roma filtró un vídeo de contenido sexual con una empleada... y la despedida ha sido ella

 

Surgieron de nuevo rumores y cotilleos sobre una Lina Souloukou que en realidad era la delegada de los Friedkin para limitar gastos. Total, la enemiga perfecta, amenazada por los hinchas por redes sociales o incluso en la concentración del equipo mientras que el periódico deportivo de Roma, el ‘Corriere dello Sport’, tachaba de machista toda esta situación.

La Policía tuvo que poner escolta a la administradora griega y a sus dos hijos, hasta que este domingo por la mañana el club decidió también echarla a ella. Lina, «la jirafona» como la apodaba Mourinho por ser bastante alta, ha acabado despedida.

Mientras tanto la responsabilidad de entrenar a la Roma ha sido depositada en Ivan Juric, croata y ex del Verona y del Torino; un hombre célebre en el mundo del calcio por su afición a la música heavy metal y un carácter no muy moldeable.

En su primer partido ha alineado un equipo en el que 10 de los 11 titulares ya eran miembros de la plantilla el año pasado, la única aparición novedosa de Dovbyk, y por supuesto incluyendo a Dybala a pesar del riesgo de renovación automática de contrato. El partido se ha saldado con 3-0 claro al Udinese de Oier Zarraga en un Estadio Olímpico vacío en la Curva Sud, la zona de la hinchada romanista.

 

Hay rumores también sobre un adiós también del director deportivo, el silencioso Florent Ghisolfi. Sería una revolución técnica absoluta, una especie de «golpe de Estado» desde arriba para un equipo en que nunca nada es normal, una huida hacia adelante de una familia Friedkin que mientras tanto también se está haciendo con un sitio en la Premier, adquiriendo el Everton.