Ramón Sola

El impuesto extraordinario a las energéticas cae ante el rechazo de Junts y los recelos del PNV

El Ejecutivo Sánchez no peleará más la continuidad del impuesto extraordinario a las empresas energéticas, según ha filtrado este miércoles. El rechazo de Junts parece haber sido determinante aunque también el PNV recelaba del mismo, dadas la sintonía de ambos con las patronales.

Ortuzar bromea con representantes de Junts en el congreso de este pasado fin de semana al que ha acudido en Calella.
Ortuzar bromea con representantes de Junts en el congreso de este pasado fin de semana al que ha acudido en Calella. (EAJ-PNV)

El Gobierno español finalmente ha decidido hacer decaer el impuesto extraordinario a las empresas energéticas, que vencía el próximo 31 de diciembre, al mismo tiempo que ha acordado con el PNV que las haciendas forales vascas puedan gestionar el tributo sobre la banca.

Así lo ha anunciado el PNV este miércoles en un comunicado, en el que ha detallado los acuerdos que ha alcanzado con el Gobierno en torno al proyecto de ley para fijar un tipo mínimo global del 15% para empresas multinacionales.

Junts aseveró que no apoyaría la permanencia del impuesto a las energéticas si esto perjudicaba una inversión de 1.100 millones de euros en Tarragona, y de forma un tanto curiosa ha sido el PNV quien ha informado que dicho gravamen finalmente decaerá, atribuyéndolo a «factores ajenos» a su formación.

La formación jeltzale ha asegurado que estaba dispuesto a aceptar su continuidad si se transformaba en un impuesto concertado. Con todo, es sabido que diversos portavoces del PNV se han alineado con la posición contraria al impuesto de Iberdrola o Repsol, en un contexto de excelentes relaciones con sus mandatarios Ignacio Sánchez Galán y Josu Jon Imaz.

Sin ir más lejos, el lehendakari de la CAV, Imanol Pradales, afirmó el pasado 22 de octubre en Madrid que estos impuestos «no son la manera más adecuada de favorecer que se desarrolle industrialmente el tejido en un país», alineándose así con el discurso de Imaz, que horas antes había amenazado de nuevo con retirar inversiones previstas.

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, afirmó casi al mismo tiempo que el impuesto a las eléctricas podría suponer «matar la gallina de los huevos de oro».

 

EH Bildu y ERC han planteado el mismo día enmiendas para hacer permanente el impuesto, aludiendo a los beneficios récord en ambos sectores

 

Frente a estas posiciones se situaban otros socios del Gobierno Sánchez, EH Bildu y ERC, que han demandado reiteradamente o solo mantener ese impuesto sino hacerlo permanente. Este mismo miércoles habían remarcado esta posición con una batería de enmiendas conjuntas en la que recuerdan «los beneficios récords anunciado en los últimos meses tanto por la banca como por las empresas energéticas».

 

En un contexto en que ya se entrevía que no habría mayoría parlamentaria para sostenerlo, hace un par de semanas el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, señaló en unas declaraciones en inglés, mientras se reía, que en realidad este impuesto «supone algo muy menor en nuestras cuentas». Iberdrola acaba de anunciar un 50% más de ganancias este año.

Banca sí, con un gravamen hasta 2028

El PNV celebra al mismo tiempo que a través de enmiendas pactadas al proyecto de ley han logrado la concertación con capacidad normativa del nuevo tributo global y el de la banca, que serán así regulados por las haciendas forales. 

Además, señala que han acordado medidas normativas para «atajar el fraude del IVA en los hidrocarburos».

Según se está filtrando, el PSOE transformará el gravamen extraordinario a la banca en un impuesto sobre los intereses y comisiones de las entidades financieras que estará vigente en los tres próximos años, hasta 2028.

En concreto, a través de una enmienda al proyecto de ley para crear un impuesto mínimo global del 15% a grandes multinacionales recogida por Europa Press, el Grupo Socialista transforma lo que era una prestación patrimonial de carácter no tributario en un impuesto, lo que a su vez permitirá que las haciendas vascas gestionen el tributo, tal y como había pactado con el PNV.

El impuesto gravará el margen de intereses y comisiones obtenidos por entidades de crédito y las sucursales en el Estado español de entidades de crédito extranjeras, en las actividades que desarrollen. Asimismo, el tipo del impuesto tendrá un carácter progresivo, del 1% al 6% en función de la base liquidable.

También permitirá la deducción del 25% de la cuota de Sociedades. Además, se establece una deducción extraordinaria en el caso de que sufran un descenso sostenido de su rentabilidad. Tendrá efecto para los periodos impositivos que se inicien el 1 de enero de 2024 y se abonará en 2025. Será aplicable durante tres ejercicios consecutivos a partir de 2024.

Junto a ello, el PSOE ha registrado enmiendas para eliminar, a partir del 1 de abril de 2025, la bonificación que tenía el diésel frente a la gasolina sin afectar al gasóleo profesional.

En concreto, se introducirá un mecanismo para rebajar la tributación que se activará si durante dos meses consecutivos la media del precio del diésel supera los dos euros por litro y la media de cotización del barril de Brent se incrementa ese segundo mes por encima de la media del mes anterior.

El PSOE esgrime que la medida es de carácter medioambiental y sigue las recomendaciones realizadas por organismos internacionales como la Comisión Europea. «No tiene sentido medioambiental, ni sanitario, incentivar ni bonificar el diésel frente a la gasolina», explica el partido.