Innovar en la producción de los alimentos se ha convertido en una necesidad en el contexto global de crecimiento poblacional y cambio climático en el que nos hallamos inmersos. A la hora de asegurar un abastecimiento continuo y sostenible de alimentos saludables, los sistemas de cultivo protegido, como los verticales indoor, se han convertido en alternativas prometedoras, ya que permiten aumentar la producción, mejorar la eficiencia del uso de recursos y reducir el impacto ambiental, contribuyendo a una agricultura más competitiva y sostenible.
Neiker, miembro de Basque Research and Technology Alliance (BRTA), está apostando por el desarrollo y estudio de esta tecnología emergente de cultivo en sus instalaciones de Derio, para lo cual ha adquirido recientemente una infraestructura para el cultivo vertical que consiste en un espacio de 50 metros cuadrados, cerrado y controlado, donde las plantas se cultivan en tres niveles como si fueran estanterías, optimizando el uso del espacio.
«Este módulo está equipado con un sistema de riego automatizado y un control preciso de las condiciones de luz, temperatura, humedad y concentración de CO2, lo que asegura un entorno óptimo para el crecimiento de las plantas», explica Patrick Riga, investigador del Departamento de Producción y Protección Vegetal de Neiker.
En concreto, el centro está haciendo uso de esta tecnología para cultivar plantas aromáticas como albahaca, cebollino y cilantro, respondiendo a la creciente demanda del mercado de productos frescos, estacionales y de alta calidad, durante todo el año.
VENTAJAS
En cuanto a las ventajas que proporciona esta tecnología, destaca la posibilidad de cultivar durante todo el año, sin depender de las estaciones, dando como resultado producciones más estables y predecibles.
Por otro lado, como las plantas están protegidas de las condiciones externas, elimina el impacto de las condiciones climáticas adversas como sequía o inundaciones y la presión de plagas o enfermedades. Además, al eliminar la necesidad de suelo agrícola, permite su ubicación en áreas urbanas cercanas al consumidor final, con sus correspondientes ahorros en logística.
La implantación de este tipo de sistemas de cultivo en estanterías interiores controladas favorece también una optimización de recursos. En concreto, el uso de este tipo de sistemas reduce el uso del agua en un 95% y el de fertilizantes en un 70%. De esta manera, el cultivo vertical reduce el impacto ambiental y la degradación del suelo.
Además, debido a la distribución del cultivo en varios niveles, la producción por metro cuadrado resulta muy superior frente a la tradicional. De hecho, esta novedosa tecnología podría incrementar la producción hasta 50 veces en comparación con la agricultura tradicional.
Además, no cabe duda de que un sistema alimentario sostenible será esencial para alcanzar los objetivos climáticos y medioambientales del Pacto Verde Europeo y del Basque Green Deal, al tiempo que mejora los ingresos de los productores primarios y refuerza la competitividad del sector.
Hasta la fecha tan solo existen una docena de empresas y centros en el Estado español que estén trabajando en estudiar los beneficios del «indoor-vertical farming». Esta apuesta se suma a otras líneas de investigación y desarrollo en tecnologías avanzadas y sostenibles de Neiker con las que busca dar respuestas a los principales retos de la agricultura del siglo XXI.