«Ganar sobre la bocina pasa pocas veces, pero se recuerda para siempre»
En un año, el base ha pasado de ser novato en la ACB a que equipos de caché se fijen en él. En marzo un golpe le impidió jugar el derbi de Miribilla, pese a la visita de su abuela y su hermana, pero celebró el triple ganador de Kullamae. El domingo vivirá un derbi de necesitados ante Saski Baskonia.
De regreso de Italia, tras derrotar al Dinamo Sassari, Melwin Pantzar se mentaliza de cara al derbi del domingo al mediodía en Miriblla ante un Saski Baskonia que, como los hombres de negro, firma un balance de 3-6 en la Liga ACB.
¡Enhorabuena por la victoria ante Dinamo Sassari!
¡Gracias! La verdad es que nos hacía falta ganar. Para poder crecer en confianza y poder seguir creciendo como equipo, nos va a venir muy bien.
Desde fuera esta segunda fase de la FIBA Europe Cup ya parece tener otro nivel, ¿no cree?
No diré que la primera fase fuera fácil o un paseo, pero se nota que esto empieza a ser más serio, sí. Un Sassari o un Cholet –rival de Bilbao Basket junto con Le Portel– que lidera la Liga Francesa, ya suponen otro nivel y hay que prepararse.
¿Espera que el aumento de nivel en Europa les ayude en la ACB?
Pues eso espero. Esos partidos nos tienen que ayudar para crecer, a no relajarnos y a ser mejores también cuando retomemos la ACB, claro.
Ante Dinamo Sassari ganaban por 49-67 y volvieron a remontarles hasta verse 86-87. ¿Qué les sucede?
Parece que nos cuesta cerrar los partidos. Pasas que ganar fuera de casa siempre es difícil y lo hemos pagado caro. Nos pasó en Murcia, nos pasó en Girona y en otros sitios. Esta vez pudimos ganarlo, pero tenemos que seguir entrenando, confiando en lo que nos dice el staff técnico y no dejar de confiar en nosotros.
¿Diría que han merecido ganar más partidos que los que llevan?
Sin duda. Creo que un par de partidos lejos de casa –Murcia y Girona, sobre todo–, los podíamos haber ganado, pero para eso hay que aprender a cerrar esos partidos. Fuera de casa el rival te aprieta, no se rinde y a veces dudas. Hay que seguir porque creo que llegarán esas victorias.
¿Después del partido de FIBA Eurocup, le motiva el derbi del domingo?
¡Mucho, me motiva mucho! Y creo que al Baskonia también le motivará. Está bien jugar contra el Dinamo Sassari ¡e imagina para el Baskonia sus partidos de Euroliga! Pero un derbi siempre va a ser especial, para cualquiera de los dos equipos y además, también para nuestros aficionados. Sabemos lo que significa para nuestros seguidores pelear contra un equipo de Euroliga en un derbi. Tenemos que lucharlo para ganar.
Bueno, Saski Baskonia es de Euroliga, pero tiene el mismo 3-6 que ustedes en la ACB. ¿Se imagina por qué?
No sé, porque yo no he jugado nunca la Euroliga, pero sí que puedo decir que, tras la NBA, es la competición estatal más fuerte que existe. No es solo el Baskonia, el Real Madrid y el Barça también han perdido en la ACB más partidos de los que nadie pensaría y se ve que, aunque ganen, lo pasan mal.
¿Será que en la ACB hay jugadores que, aunque no jueguen en equipos de Euroliga, tienen «nivel Euroliga»?
Insisto, no sé por qué no he jugado la Euroliga, pero sí es cierto que uno tiene mucha motivación cuando juega contra un rival de la Euroliga –por ejemplo, cuando ganamos al Real Madrid–, pero no es solo eso. Toda la competición es dura y si juegas contra un rival de FIBA BCL, Eurocup o lo que sea también es muy duro, especialmente cuando juegas fuera de casa. La Liga ACb es muy bonita porque es muy dura.
Usted mismo, ha pasado en un año de «probarse en la ACB» a ser reconocido como un jugador destacado. ¿Mira más arriba?
Miro más arriba por seguir mejorando cada día. A partir de ahí, lucharé y trabajaré para llegar cuanto más alto posible en esto del baloncesto en Europa. Siempre a tope y hasta donde llegue.
El año pasado se perdió el derbi de Miribilla por un golpe. ¿Lo pasó mal?
Mucho. Por un lado, porque habían venido mi abuela y mi hermana desde Suecia a verme, pero no me pudieron ver jugar y luego, porque lo pasé mal por el resultado tan ajustado. Eso sí, no jugué el derbi, pero el triple ganador de Kullamae lo recuerdo muy bien (ríe).
No se dan muchas veces esos tiros sobre la bocina, y a veces son en contra.
Es verdad: a veces el tiro final no entra o le entra a tu rival, pero cuando es a tu favor, se te queda grabado en la memoria para siempre. Aunque no juegues, como fue mi caso en marzo, tiene un subidón tremendo que hace que lo vivas y lo recuerdes muy intensamente. Yo estaba viendo la última jugada muy nervioso; Kristian quiso penetrar, pero tuvo que tirar y cuando entró... ¡Una alegría tremenda!
En este derbi habrá bonitos duelos individuales, como puede ser el de los bases. ¿Cómo ve a Forrest y Kamar Baldwin?
Aún no hemos hecho un scouting muy detallado –la entrevista se hizo el jueves–, pero para el domingo lo sabremos mejor. Obvio que los conocemos y sabemos que tienen mucha calidad y que es muy estimulante enfrentarse a rivales así.
Desde fuera, parece que ellos dos forman una pareja de bases muy física y que Harald Frey y usted pueden sufrir, sobre todo Frey. ¿Imaginan cómo se las arreglarán?
El físico es muy importante en el baloncesto moderno, sin duda. Es más, hay que tener en cuenta lo que dejen jugar los árbitros, algo que solo puedes conocer justo cuando empieza el partido. Pero cuidado, el físico no lo es todo y hay otros jugadores que también juegan. Y Harald y yo también tenemos nuestras armas.
¿Habla mucho con su compañero de posición?
¡Siempre! Somos muy distintos y tenemos estilos que se complementan. En ataque hacemos daño a los rivales de formas parecidas y en defensa también afrontamos ese trabajo de manera distinta. Pero siempre nos comunicamos para ver cómo ayudar de la mejor manera al equipo. En ese sentido, comunicarnos es muy importante para poder compenetrarnos.
Usted se perdió el derbi del pasado marzo en Miribilla, pero también Markus Howard. Aunque, bueno, este año anda más flojo.
No podemos fiarnos de un jugador con esa calidad. Alguien capaz de hacer 30 puntos con tanta facilidad, con esa calidad en el lanzamiento, siempre es peligroso. Pero además, es que no es el único; tienen a Moneke; tienen sus pívots, gente física en las alas... En el Baskonia todo el equipo es peligroso y hay que tener mucho cuidado.
Ustedes tienen la baja de Rabaseda, teniendo que jugar de alero con escoltas reconvertidos como Dragic o Rubén Domínguez. ¿Es ese su punto más débil?
Nos hace daño, porque Xavi nos aporta mucho con su defensa y su liderazgo. Eso es así. Ahora bien, confiamos mucho tanto en ‘Zoki’ –Dragic– y en Rubén. ‘Zoki’ tiene la experiencia y Rubén mejora día a día por la forma en la que trabaja. En ese sentido, que Xavi no esté es una pena, pero no es tanto como un «punto débil».
Con el Baskonia también viene Pablo Laso, el entrenador que lo hizo debutar en la ACB. ¿Se parece en algo a Jaume Ponsarnau?
¡Sí, me hizo debutar contra el Fuenlabradas! Ese día tampoco se me va a borrar nunca. En cuanto a si se parece a Jaume... no. Bueno, se parece en dos cosas: en que es un gran entrenador y que los dos son tipos muy muy listos. Por lo demás, son dos entrenadores muy diferentes con los que se aprende mucho.
Recuerdo que usted fue el objetivo de una «Lasina» en un tiempo muerto. ¿Lo pasó mal entonces?
No. Me acuerdo, sí, de una bronca que me echó en un tiempo muerto, y tengo que decir que me sirvió mucho para aprender lo que es la ACB. Estaba debutando y tenía 18 años en aquel momento, pero no me lo tomé a mal. Es más creo que me lo tomé bien porque me sirvió para ir llegando poco a poco a donde estoy ahora. Fíjate, que me dijo que apretara en defensa y ahora creo que en esa faceta no ando mal del todo.