El derbi vasco entre el Alavés y el Athletic, correspondiente a la decimoséptima jornada de Primera, ha terminado con un empate a un gol que refleja la intensidad que hubo entre dos equipos que, más allá de los goles, se han dejado todo en el campo. Lleno de intensidad, pero falto de brillantez, el partido ha dejado una sensación de que ambas escuadras han hecho lo justo para evitar el triunfo del rival, sin llegar a desbordar a sus oponentes en ningún momento.
Tanto el Alavés como el Athletic han luchado y competido, pero las ocasiones claras han sido contadas y las imprecisiones han marcado el ritmo del encuentro. El empate deja a ambos equipos en una situación sin demasiados sobresaltos pero a su vez, frena las intenciones de ambos.
El choque ha comenzado con una gran dosis de intensidad, pero ha sido el Athletic quien ha golpeado primero. Apenas habían pasado diez minutos cuando Unai Gómez, el goleador rojiblanco, ha roto el fuera de juego con una gran lectura de pase de Iñaki Williams. El centrocampista de Bermeo ha recibido el balón en carrera y, con una fría resolución, ha batido a Antonio Sivera en un mano a mano que ha supuesto el primer gol del partido. Los de Ernesto Valverde no han dudado en presionar al Alavés, que parecía sentirse incómodo desde el primer minuto, intentando controlar el balón pero con dificultades para superar la presión alta de su rival.
El gol tempranero ha cambiado el ritmo del encuentro, que ya se ha tornado más directo y en ocasiones un tanto caótico. A partir de ese momento, el Athletic ha dominado la posesión, aunque sin conseguir aumentar su ventaja. El Alavés ha tratado de encontrar el equilibrio en el juego y, aunque no ha renunciado a la ofensiva, apenas ha logrado generar ocasiones claras en la primera mitad. Las batallas individuales han sido lo que han marcado la tónica de los primeros 45 minutos: Kike García ha luchado con los centrales rojiblancos, mientras que Nahuel Tenaglia y Nico Williams se han encargado de un duelo algo más discreto por la banda.
Gol de Jordan
Tras el descanso, el Alavés ha parecido despertar y su empuje no ha pasado desapercibido. A los 60 minutos, el equipo local ha conseguido el empate en una jugada fortuita. Joan Jordán, que había sido uno de los jugadores más activos, ha aprovechado un error de Unai Simón. El portero del Athletic no ha logrado despejar correctamente un disparo de Jon Guridi, y el rechace ha caído en los pies de Jordán, quien no ha perdonado y ha mandado el balón al fondo de la red. Un empate que, sin ser brillante, frena la inercia favorable del Athletic y aunque devuelve al Alavés a la pelea, no le sirve para mucho, tal y como remarcaba Joan Jordan al final del encuentro.
La igualdad en el marcador ha traido consigo más nervios que fútbol. El Alavés, crecido tras la igualada, ha reclamado un penalti por mano de Yuri Berchiche, pero el árbitro ha considerado que la pelota había pegado en el brazo del lateral tras un rebote, y no ha señalado la pena máxima. Por su parte, el Athletic, aunque se ha acercado más que en la primera mitad, no ha estado acertado en los últimos metros. Iñaki Williams, uno de los hombres más peligrosos en los últimos partidos, no ha logrado encontrar la puerta rival y sus compañeros tampoco han podido aprovechar las oportunidades generadas.
A medida que avanzaba el encuentro, las imprecisiones se han multiplicado, y ambos equipos se han visto incapaces de imponer su juego con claridad. En los últimos minutos, un gol de Dani Vivian en el tiempo añadido ha sido anulado por el árbitro tras sancionar una falta previa del central rojiblanco. Así, el derbi vasco se ha ido diluyendo entre errores y escasas ocasiones, con el empate como resultado final.