Para el 3 de abril a las 11.30 horas ante la sede de la patronal ha convocado la mayoría sindical, integrada por ELA, LAB, ESK, Steilas, Etxalde e Hiru, una movilización para denunciar la negativa de Confebask a negociar un Salario Mínimo Interprofesional. Ese rechazo ha llegado hasta el extremo de que no va a acudir a una reunión a la que había sido convocada por las centrales para el próximo 20 de marzo, según ha anunciado este viernes su presidenta, Tamara Yagüe.

A pesar de que los sindicatos anunciaron ayer que habían consensuado rebajar a 1.500 euros brutos mensuales en 14 pagas su propuesta. Yagüe ha señalado, en declaraciones a Radio Euskadi, que Confebask no iba a acudir a la reunión del día 20, porque «los sindicatos no es que la hayan rebajado, sino que ahora se han pronunciado sobre una cantidad, pero para nosotros no ha cambiado nada».

A su juicio, negociar en la actualidad un salario mínimo propio pondría «en peligro» la competitividad y sostenibilidad de las empresas.

Según ha concretado, la cifra de 1.500 euros representa un 27% más con respecto al actual SMI, que desde 2018 se ha elevado ya un 67%. «Para nosotros es increíble que los sindicatos planteen estas cantidades y lo que nos deja claro es que están fuera de las realidades de las empresas», ha añadido.

De este modo, ha sostenido que el emplazamiento sindical «no ha cambiado nada» y Confebask se «ratifica» en su posición de que el debate sobre el SMI se debe plantear en la mesa de diálogo social.

«En la anterior ocasión acudimos con el fin de explicarles nuestra postura. Consideramos que la explicación está dada», ha zanjado.

«Confebask no cree en el diálogo»

Tras conocer la postura de la patronal, la mayoría sindical ha reaccionado anunciando la convocatoria de una movilización ante la sede de Confebask para el 3 de abril, al tiempo que ha llamado «a participar en las movilizaciones convocadas para el 5 de abril por el movimiento de pensionistas en favor de unas pensiones y salarios dignos».

En una nota hecha pública, ELA, LAB, ESK, Steilas, Etxalde e Hiru recriminan a Confebask que «se ha negado repetidamente a negociar un salario mínimo. Esta patronal no tiene ningún interés en dialogar ni en encontrar soluciones. En la primera convocatoria, rechazó constituir la mesa y posteriormente, sus organizaciones territoriales declinaron reunirse con los sindicatos. Además, hoy han decidido que la reunión convocada para el 20 de marzo no tendrá lugar».

Por estos motivos, los sindicatos consideran que «Confebask no cree en el diálogo y no asume su responsabilidad ante la sociedad de la CAPV. Una patronal que solo abre la vía del conflicto no es la que merece este país. Una vez más, Confebask plantea la sostenibilidad de las empresas como principal motivo para negarse a negociar».

En este sentido, han recordado su propuesta de un salario mínimo de 1.500 euros para 2026 y que «ya en las negociaciones de 2024 se ha superado el nivel de los 1.400 euros en el 90% de los convenios firmados en la CAPV. Por tanto, el Acuerdo Interprofesional propuesto solo afectaría a sectores en los que se aplican convenios estatales o cuyo convenio no está actualizado».

Por ese motivo, consideran que «Confebask pretende seguir acumulando beneficios a costa de la miseria de las trabajadoras y trabajadores, y no plantea más que excusas para ello. En Francia o Alemania, con una estructura económica similar a la de la CAPV, el salario mínimo es 500 y 700 euros más alto. El problema no es la competencia, sino la naturaleza reaccionaria de Confebask. El hecho de que rechace negociar sin escuchar primero la propuesta sindical refleja inequívocamente el autoritarismo de la patronal».

Añaden que «necesitamos un salario mínimo propio, un salario mínimo digno para hacer frente a la pobreza y la exclusión social, las brechas salariales; para lograr un reparto más justo de la riqueza, y en un proceso que nos lleve a un modelo de sociedad más justo y adecuado».

Han recordado que «desde la mayoría sindical, también estamos luchando desde hace tiempo por unas pensiones y salarios dignos, y en las próximas semanas y meses reforzaremos nuestra dinámica. Recogeremos en centros de trabajo y en la calle miles de firmas en el marco de nuestra iniciativa legislativa popular que busca obtener la competencia para establecer un salario mínimo propio. Posteriormente los partidos políticos deberán posicionarse ante esta cuestión en el Parlamento Vasco».

Finalmente, han destacado que, tanto el 3 de abril como el 5 de ese mes, «la clase trabajadora vasca saldrá a la calle para confrontar con la autoritaria actitud de la patronal y obligarla a moverse, así como para interpelar a partidos políticos y representantes institucionales con el fin de que se posicionen en favor de unos salarios y pensiones mínimos».

CCOO también ha criticado a Confebask porque «elige el conflicto frente a la negociación con su negativa a abordar el salario mínimo de convenio en Euskadi». A través de una nota, se ha mostrado «muy crítico» ante lo que considera «una estrategia que nos aboca al abandono de los cauces de diálogo con un actor social que ha demostrado con los hechos que no es fiable, porque no cumple con una mínima responsabilidad de dialogar».

El sindicato insta al Gobierno de Lakua a que «reevalúe su interlocución con una patronal que abandona de facto el diálogo para elegir el conflicto y la bilateralidad como forma de relación más ventajosa». A juicio de CCOO, el Ejecutivo «debe presionar a la patronal vasca para dar pasos que impulsen su participación fiable en la mesa propuesta por todas las organizaciones sindicales».

El modo de proceder de la patronal de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa es el mismo que el de la navarra, la CEN, que tampoco ha acudido a las dos reuniones convocadas por ELA y LAB para tratar esta cuestión. En el caso de este herrialde se da la circunstancia particular de que en ese boicot a las citadas convocatorias participan UGT y CCOO escudándose en que existe un acuerdo intersindical.

Sin embargo, se da la paradoja de que UGT y CCOO sí que se han mostrado dispuestos a negociar la misma materia en la CAV, tal y como ha denunciado el resto de sindicatos, que han convocado una movilización el 14 de abril y una recogida de firmas para impulsar un SMI propio.