Iulen Lizaso

El dato que mata su relato

... y las formas ya casi superan al fondo, pues nunca como en esta década he conocido tal censura coincidente con que nunca como en esta década se han repartido tantos fondos públicos a medios de comunicación a partidos políticos, ONGs y sindicatos, que en lo que llevamos de legislatura cobran el doble que el que recibieron en toda la legislatura del gobierno anterior. ¿Incentivados con el dinero de quién? ¿a cambio de qué? ¿para interés de quien? Un fraude político.

Hoy también como nunca sufrimos la doble consecuencia del dogma climático-sanitario a modo de axioma institucional y judicial, académico, mediático, partidos políticos y demás a modo de una garra inquisitorial de cinco dedos dando zarpazos a quien se salga del relato oficial... pero el dato mata su relato.

Y me pregunto, ¿que aval moral institucional nos ofrece, quien con su no hacer cívico y responsable en la porción que le corresponde, sigue favoreciendo ese innecesario grado de dolor evitable, desesperación e impotencia, fácilmente aliviables en las personas que sobreviven y ayudan en la tragedia de Valencia?

Esa prensa, en la primavera de 2020 llenaban a diario y en meses la cabecera y primeras páginas con curvas de color rojo y azul de la evolución de los «contagiados» por Covid-19 muchos de ellos asintomáticos con la única base médica del resultado positivo al test PCR y nadie con gripe estacional... Y así y así lo mismo en 2010-11 y 2020-22... hasta que el dato mata su relato y callan

Estos mismos medios de prensa en el otoño-invierno de 2024 inundaron la cabecera de sus periódicos con la «imprevisible» e «impredecible» catástrofe provocada por una DANA a su vez provocada por algo «invisible» como el CO2 hoy como nunca utilizado como pieza-comodín para completar su puzzle.

Sincronizadamente, todos, ¡todos!, al mando de la batuta, también «invisible», han dejado de publicar las aún consecuencias humanitarias y económicas para familias y pequeños negocios de esa catástrofe en Valencia ¿Incentivados a cambio de qué? ¿Para interés de quien? ¿Con tanta impunidad por qué?

La impotencia sostenida enferma hasta el suicidio a personas desesperanzadas por la cual batimos récord en esta causa y práctica, pues hoy es el sentimiento generalizado que aún prevalece en las zonas y pueblos más afectados. Provoca impotencia no tener medios materiales propios y a su vez ver saber que quien los tiene desde lo público e institucional no los aporta ni a su debido tiempo ni en la cuantía necesaria, como es el hecho de que a 20 kilómetros de Paiporta donde se abrieron los cielos con una tromba estática a modo de cascada, se halla la base militar de la OTAN Jaime I en Bétera, con cientos de jóvenes bien formados, equipados para rescates y maquinaria apropiada para urgencias y en ningún momento cambiaron sus quehaceres y modo de vida. El suelo que ocupan, ¿lo tienen ganado? El sueldo que cobran, ¿lo ganan por su entrega a la sociedad que les paga? La misión social que no cumplen, ¿con qué razón y privilegio oculto queda impune ante la ley y Fiscalía defensora del pueblo?

Afectadas 77.000 viviendas y en pueblos como Paiporta, Picanya y Castelló el 100%, 50.000 hectáreas la mayor parte con cultivos próximos a recolectar y 190.000 personas, son los datos oficiales desde su salón institucional que aunque cercanos a la realidad para nada con lo sentido a pie de calle y barro.

Por si fueran pocas las consecuencias de la tragedia, la falta de arrojo de la Fiscalía y Defensor del Pueblo, la desinformación de los medios, ausencia e inasistencia públicas, etc. Se añade la maldad política con los damnificados al secuestrar a sus fallecidos y hasta llegar a cobrarles autopsias públicas de como mínimo a 6 familias de Utiel a entre 200 y 320 euros por cada una. Aquí también el dato mata su relato y ese dato tiene 6 nombres y apellidos y la directora de la caverna mediática donde maneja batuta y filtro para censurar y sincronizar la mentira a cambio de incentivos económicos a todos los medios sin excepción, también tiene nombre, apellido... pronto también condecoración.

Qué miseria gobernante a cambio de sumisión a un poder «invisible» que no da la cara y nunca reconoce su perversidad y menos aún el perder. Condenarse a la mediocridad en la gestión pública y la inmoralidad política quienes podrían ser válidos, pero eligen ser siervos de quienes en su ocaso sistémico terminarán arrastrando a todos los que hoy les sostienen...es vender su alma al diablo.

El mismo ocaso que esos hielos polares que ya van cediendo terreno para abrir rutas más cálidas y amistosas, condenadas durante millones de años al silencio y aislamiento del calor humano. Favor de un calentamiento global conocido de toda la vida que resiste el embate mediático de quienes alarman para interferir pero adecúa amablemente el nuevo ciclo del Sol y la Tierra para su humanidad

Ocaso sistémico ante el lento, pero firme renacer de una nueva conciencia humana y planetaria con arranque para el cambio de paradigma sociopolítico por la también desaparición de los partidos y a favor de una relación política más despersonalizada y una gestión gobernante más humanizada y menos competitiva en base a eliminar liderazgos causantes de mucho dolor impune.

Demasiada impunidad institucional, demasiada impotencia ciudadana, mucha condescendencia de la Fiscalía... pero aunque nos intentan envolver en esa pútrida nube mediática, siempre habrá alguna voz que con la lucidez de su corazón y noble espada en la lengua emerge como faro deslumbrante.

El Técnico Superior, Ingeniero de Montes y geólogo Aurelio Gabaldón, conoce el período de retorno de los efectos del clima en Levante con registros desde el siglo XIV. Experto en minimización de los efectos de los elementos y naturaleza en los cauces y cabecera de ríos y arroyos, en su doble análisis técnico-político concluye desde la premisa: «Un cambio climático que quieren hacernos creer que está provocado por el hombre, cuando se dan a construir en zonas fértiles cercanas a los cauces de los ríos, obligando a los técnicos a redoblar nuestros estudios en diseñar actuaciones para control y defensas que minimicen efectos previsibles. El problema está en la falta de conciliación entre técnicos superiores que cada vez mandamos menos y políticos, sus amigos, cuñados, la corrupción, el latrocinio y el desastre autonómico que cada vez se imponen más. Y tu Teresa Ribera, todo el Ministerio y quienes habéis colaborado en la redacción de esa siniestra ‘Ley de Restauración de la Naturaleza’ sois unos criminales medioambientales».

Esta sí es política del corazón y razón política de contestación a su sistema operativo traducida a hechos de: No dan la talla ni para alcanzar la poca altura de miras que trazan para progreso de la ciudadanía, pasándose por elevación con lo que les imponen en la Agenda 2030 para los de su casta y clase.

Casta y clase que disfrutar de su festín institucional desde que se eligió el café para todos suministrados por 17 cafeteras que en su obesidad institucional desangran a un país que ya ha alcanzado entre los 17 un gasto en nóminas de 100.000 millones repartidas entre 21.000 entidades públicas muchas de ellas de gestión duplicada como agencias de colocación VIP en cargos prescindibles y a lo que ningún partido quiere oír hablar de ajustes... nuestro cáncer político.

Cualquier mediador neutral y ajeno al planeta Tierra, les denunciaría ante la Justicia Universal por delito de odio de clase... y en su universo oscuro aún se hacen los autodistinguidos por encima de la nobleza del resto de humanos.

¿Por dónde empezar en este país para dejar de caminar cabeza abajo?...


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