Ha ocurrido algo que nunca jamás pensamos que podría ocurrir cuando nos nombraron en 1988 responsables de la dirección de Emakunde para ponerlo en marcha y cuya seña de identidad era ser un organismo autónomo adscrito a Lehendakaritza.

Emakunde, el resultado institucional de la lucha de las mujeres en nuestro país, es parte de nuestra historia. Y ese primer pilar institucional fue modelo a seguir en el resto del Estado precisamente por implementar políticas transversales de género como entidad adscrita a Lehendakaritza. Fuimos pioneras y por ello Emakunde, y también nuestro país, tienen que seguir siendo lo que siempre fue en las políticas feministas: un referente. Las mujeres y los hombres que apoyaron y siguen apoyando las políticas de igualdad no esperan menos.

Nos sorprende que en unos tiempos donde sólo se puede construir democracia desde unas políticas de país que incorporen toda la complejidad inherente a la diversidad de factores sociales, culturales, económicos que inciden en la vida de las personas, un organismo como Emakunde no esté inscrito en el lugar institucional desde el que se proyecta los objetivos de país.

Tenemos delante un futuro incierto en donde la cooperación, la solidaridad, las políticas creativas que pongan en el centro la vida de las personas serán las que permitirán sentar las bases de una sociedad más justa para las generaciones que vienen. Eso es lo que las feministas hemos sabido siempre y el tiempo nos está dando la razón. Por eso, y porque somos muchas las que pensamos que Emakunde es una herramienta institucional imprescindible para crear país, pedimos al Lehendakari que reconsidere su decisión y Emakunde vuelva a estar en Lehendakaritza.