Inglés, euskara y educación: Navarra is different
Las aguas bajan revueltas en lo que concierne al ámbito educativo a cuenta del anuncio de una próxima convocatoria de oferta pública de empleo.
Han pasado bastantes años ya desde la última convocatoria de oposiciones y es normal que ante la proximidad de unas pruebas selectivas en las que quienes vayan a tomar parte en las mismas se juegan tanto, los nervios estén a flor de piel.
Lo que ya no resulta ni medio normal es todo el revuelo mediático suscitado a cuenta del número de plazas a ofertar en euskera y castellano y de la posibilidad de que la relación de aspirantes se ordene por especialidades en una única lista.
En este sentido creemos necesario recordar, aclarar y explicar una serie de cuestiones muy sencillas de entender: Navarra ha padecido los últimos años un régimen político que si por algo se ha caracterizado ha sido por practicar una política contra un sector determinado de la población y más concretamente contra el hecho diferencial navarro por excelencia, su propia lengua, el Euskara, la lingua navarrorum. Dando lugar a un singular fenómeno, sin parangón, cuando menos en la Europa contemporánea, de autofobia, de gobierno y legislación en contra de su propia identidad, realizado por nativos, por indígenas.
Pero resulta que esta política además de dar sus frutos ha inoculado también un virus contagioso e invasivo que se manifiesta principalmente en la dificultad de observar la realidad con la objetividad requerida y cuyos efectos secundarios desarrollan síntomas más que evidentes de padecer dos síndromes de la misma familia: el de Estocolmo y el del colonizado.
Alejémonos unos kilómetros de nuestra Comunidad Foral, elevemos la mirada y observemos qué ocurre en el resto de comunidades autónomas con diversidad lingüística reconocida, cómo se legisla en ellas y cuáles son los requisitos lingüísticos para poder trabajar como docente: en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV), gobernada por el PNV con pequeño paréntesis donde el inquilino de Ajuria Enea fue Patxi López se requiere el título EGA (se corresponde con el C1 del marco de lenguas europeo).
El mismo título, pero en este caso de catalán y gallego, se exige en las Islas Baleares, Catalunya, Valencia y Galicia. Hay que subrayar que el conocimiento del idioma de la comunidad en todos estos casos es condición indispensable para poder realizar las oposiciones. También llama la atención que estas medidas las hayan tomado gobiernos de PP, es el caso de Galicia, Islas Baleares y Valencia, antes de que a estas últimas también haya llegado el ansiado cambio de régimen (siendo una de las medidas que ha tomado el nuevo gobierno balear, por cierto, gobernado por un tripartito formado por PSIB, PODEMOS y MÉS, la de quitarse de encima el PAI, qué fuerte, ¿no?).
El régimen que hemos padecido nos ha alejado mucho de la posibilidad de disfrutar de las condiciones de acceso de las comunidades señaladas, y por eso mismo el actual gobierno debería empezar a dar pasos (adelante, se entiende), en el ámbito de la normalización lingüística. No se trata de hacer la revolución, pero sí de restituir los derechos arrebatados en un período demasiado largo de involución, y al que al parecer nos estábamos empezando a acostumbrar y a asimilar como si fuera lo justo y lo normal.
Por otro lado, y en cuanto al tema de la «lista única» es conveniente recordar dos realidades muy fáciles de constatar: uno, no hay que irse muy lejos para comprobar cómo en la misma administración foral, en las últimas convocatorias (en todas) para la provisión de puestos de trabajo (por ejemplo) de auxiliar administrativo (o de enfermería), todas y todos los aspirantes han acudido a realizar las pruebas juntas y juntos, no ha habido discriminación por razón de lengua. Se ha aplicado el sistema de la lista única: la de auxiliar administrativo (o de enfermería) y punto. Y como es lógico quien tenga la titulación (EGA) podrá elegir plazas en las que se precise el conocimiento de euskera. Es decir, el sistema de lista única se aplica en todos los ámbitos de la administración foral navarra, salvo en el ámbito educativo, y con respecto al euskara; y si esto es así, por algo será. Dos, en Navarra no existen euskaldunes monolingües, se han extinguido, por lo tanto todos los euskaldunes somos también castellano parlantes.
Con el sistema de oposición inventado por UPN para la provisión de puestos de trabajo como docente, por el que las especialidades (Filosofía, Plástica, Matemáticas, Inglés…) se duplican (Filosofía-castellano y Filosofía-euskera, Plástica-castellano y Plástica-euskera, Matemáticas-castellano y Matemáticas-euskera, Inglés-castellano e Inglés-euskera…) caso único en todo el estado, se produce la siguiente paradoja, (o truco de magia): a la hora de realizar las temidas oposiciones, el día de autos, al que tiene dos lenguas (bilingüe) se le hurta la posibilidad de poder optar por una de ellas y debe elegir una de las especialidades «desdobladas», convirtiéndose de facto en ese momento en monolingüe (debe elegir y sólo tiene derecho a presentarse a una de las especialidades desdobladas, no a la especialidad como tal, caso único en todo el estado, repito).
Pero resulta que en el concurso de traslados correspondiente puede trasladarse dentro de la comunidad a una plaza de la misma especialidad pero de «la otra lengua» convirtiéndose ahora de golpe otra vez en bilingüe. Pero aún hay más: quien se haya sacado la plaza aquí en Navarra y quiera trasladarse a su localidad de origen, por ejemplo, puede, incluso, optar por una plaza en las Islas Baleares, Valencia, Catalunya, o Galicia si tiene el correspondiente título de Catalán o Gallego, pese a haber obtenido la plaza en Filosofía-castellano, Plástica-castellano, Matemáticas-castellano, Inglés-castellano… como cualquier otro navarro-monolingüe-castellano-parlante más.