La «mentalidad de guerra» que nos exige la OTAN
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha hecho un llamamiento a los 32 países aliados para que aumenten el gasto militar y adopten «una mentalidad de guerra» y para ello, ni más ni menos, y sin ninguna clase de vergüenza ni escrúpulos, ha urgido a reducir los gastos sociales en sanidad, pensiones y seguridad social. Así se recogía en pocos medios informativos, "La Vanguardia", entre otros, ninguno vasco.
Cabrea y decepciona que ni los gobiernos progresistas y los gobiernos español, vasco y navarro, y ni siquiera los grupos políticos de izquierdas y sindicatos de clase, así como intelectuales, artistas, jerarquías religiosas y prensa −¿GARA no se enteró?−, hayan salido de inmediato a pedir su dimisión y pararle los pies a este secretario general que, con sus escandalosas tesis supercapitalistas y salvajes, está justificando a las multinacionales del negocio armamentístico que en el año 2023 se «forraron» con un gasto militar mundial de 2,44 billones de dólares, un 6,8% más que en 2022, según el prestigioso Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, (Sipri). Se convierten así en cómplices de las próximas decisiones impulsadas por el jefe de la OTAN, convertido en portavoz del capitalismo más salvaje.
Rutte lanzó esta escandalosa ofensiva militarista amparándose en la situación de Ucrania. Y así, señaló que para evitar que «se produzca una situación similar a la que Ucrania −«lo que está ocurriendo en Ucrania podría ocurrir aquí también»− es hora de aumentar nuestro gasto en defensa».
Para ello, Rutte propone lo más fácil, pese a ser antisocial, recortar el gasto social de los distintos Estados miembros. Sugiere que sus ciudadanos deben «aceptar sacrificios». Para ello propone que se gaste menos en otros ámbitos sociales. «Los países europeos», afirmó, «gastan fácilmente una cuarta parte de su renta nacional en pensiones, sanidad y sistemas de seguridad social. Nosotros necesitamos una pequeña fracción de ese dinero para hacer nuestra Defensa mucho más fuerte y preservar nuestro modo de vida».
«En Europa», añadió, «somos el 10% de la población mundial y gastamos el 50% de todo el gasto mundial en seguridad social. Así que, en este sentido, creo que tenemos cierto margen de maniobra». Actualmente, los países destinan un 2% de su PIB al gasto militar, cantidad que el secretario de la OTAN considera insuficiente y recordó que en la Guerra Fría se destinaba más del 3%.
2023 fue el año en el que más se invirtió en Defensa desde 2009 en el mundo, un total de 2,44 billones de dólares, y considera que es insuficiente y reclama más, aunque ello suponga recortes sociales. El líder de la OTAN insiste en la importancia de gastar acorde a las últimas tecnologías, para que las fuerzas armadas sean capaces de enfrentarse a las amenazas modernas.
Los países de la OTAN debatieron sobre el aumento del umbral del gasto y se prevé que en junio de 2025 en una Cumbre en La Haya se anuncie la decisión final. Por las declaraciones de su jefe supremo, ya podemos deducir que se incrementará sensiblemente ese gasto militar, alcanzando más de ese 3% del PIB de los países miembros. Como aviso a navegantes, dijo que Rusia dedica entre el 7 y 8% de su PIB a los gastos militares. El Estado español invirtió en gasto militar en 2023 un total de 14.597 millones euros, 421 millones per cápita, el 1,28% de su PIB, y para 2024 prevé alcanzar más de 16.000 millones euros.
Las declaraciones del líder de la OTAN habrán sido bien recibidas por la industria y negocio de las guerras del Estado español, ya que podrán registrar mayores beneficios, aunque sea a costa de la reducción del gasto social. El capitalismo alimenta bien a los suyos. Incluidas empresas vascas de Hegoalde, el Estado español forma parte de los diez países más exportadores de armas del mundo y ocupa el octavo lugar. Por delante están EEUU, Rusia, China, Francia, Alemania, Reino Unido, Israel. Y le siguen Corea del Sur e Italia. El sector tiene 400 empresas con 36.000 empleos directos. El 80% de su producción en el primer semestre de 2023, últimos datos disponibles, se dedicó a la exportación por valor de 1.753 millones euros, un 35,5% superior a la de 2022. Las principales empresas son Airbus, Santa Bárbara sistema, Navantia, e Indra.
Euskal Herria no es ajena al negocio de las armas. La Comunidad Autónoma Vasca tiene una importante posición dentro de la producción armamentística del Estado español. Tras las de Madrid y Andalucía, la CAV, es la tercera autonomía del Estado con mayor producción del sector. Sus empresas más importantes son SAPA Placencia, en Gipuzkoa, Aernova en Araba, e ITP Aero y Sener en Bizkaia. Hay otras 16 empresas más pequeñas en el conjunto de la CAV. En conjunto, su facturación anual actual ronda los 900 millones euros. En 2022, últimos datos disponibles, registró unos beneficios de 150 millones euros. Iparralde tiene en Bayona una importante industria aeroespacial militar. Nafarroa, ausente hoy en este sector, tuvo en su día, en el siglo XVIII, sus empresas de armas que producían bombas y balas para el Ejército español en Orbaiceta y Eugi.
El sector armamentístico del Estado español, y, por tanto, también el vasco, está dedicado a la producción de torretas para carros de combate, tanques, vehículos blindados, lanzacohetes, cañones ligeros y fusiles de asalto, barcos, helicópteros. Cazas de combate. Misiles y municiones. Los países receptores de armamento del Estado español son Arabia saudí, Ucrania y Filipinas. E Israel y Marruecos, en menor cantidad.
Además de primeras páginas y editoriales, ¿las pretensiones tan escandalosas de la OTAN no exigen una respuesta y movilización inmediatas gubernamental, política, social, sindical y popular?