Iulen Lizaso Aldalur

Los «precios» de la mascarilla

El incremento de temperatura del aire inhalado en 5ºC y de la humedad en un 16%, provocado por la mascarilla, la hacen el nido ideal para acumulación de gérmenes patógenos susceptibles de reinhalarlos con una dosis de oxígeno cuantitativamente reducida.

De los argumentos médico-científicos que sostiene cada parte, para justificar la obligación o no uso de mascarillas en espacios abiertos, valorado desde su vertiente expresiva-emocional, en lo referido a los niños en el ámbito escolar, podría deducirse que es peor el remedio que la enfermedad.

En su vertiente socioeconómica, no subvencionar con IVA cero o mínimo como en el resto de Europa, es prevaricar. Aplicar un IVA máximo (21%+5,2% de Recargo de Equivalencia) es usura fiscal. En un país con 47 millones de habitantes, con cada vez mayor pobreza extrema en familias, un gobierno socialista que recauda 1 euro por cada cuatro vendidas de un artículo sanitario de uso obligatorio de reposición continua, y la oposición callada, es un fraude.

En su vertiente psicológica y por su afectación psicosocial, siendo que no han acreditado su eficacia técnica desde la utilidad sanitaria... tampoco se justifica.

Desde el punto científico, uno de los documentos mas acreditativos de su utilidad-nocividad desde la eficacia médico-sanitaria, es el que recoge la disertación exponiendo su tesis doctoral, el estudiante del Instituto de Anestesiología de la Universidad Técnica de Munich, Ulrike Bitz, con el título: «Respiración de dióxido de carbono cuando se usan mascarillas quirúrgicas como protectores bucales higiénicos a profesionales médicos». Tesis premiada con la máxima calificación por la Universidad Técnica de Munich y utilizada como base de trabajo en las Facultades de Medicina en Alemania desde 2005.

Utilizó once tipos de mascarillas, examinó los patógenos retenidos y concluyó que su uso continuado conlleva hipoxia; un déficit de oxigenación que pudiera derivar en disfunciones graves, a partir de mezclar sangre oxigenada y no oxigenada. Para su uso en quirófano, explicó: «Cuando se usan máscaras quirúrgicas, no hay exalación de CO2 sin restricciones. Esto conduce a una acumulación de CO2 bajo la mascarilla». ¿que diría de todo el día y en la calle?

El incremento de temperatura del aire inhalado en 5ºC y de la humedad en un 16%, provocado por la mascarilla, la hacen el nido ideal para acumulación de gérmenes patógenos susceptibles de reinhalarlos con una dosis de oxígeno cuantitativamente reducida, provocando un incremento anormal del CO2 en sangre produciendo hipercapnia que conduce a la acidosis, estrés celular e incremento de una frecuencia respiratoria con componentes viciados.

Al ser la respiración parte esencial del metabolismo de asimilación/eliminación, el coeficiente natural entre: cantidad de dióxido de carbono exhalado y oxigeno inhalado en cada ciclo, es próximo a 1 por debajo. Cuanto mas se aleje de 1, mermamos nuestro sistema inmunológico haciéndonos vulnerables a gérmenes patógenos.

Y ahora la pregunta clave: en otoño-invierno, ante una amenaza o agresión vírica de idéntica virulencia que en marzo, a pesar de lo aprendido por la experiencia pasada, rebajar la psicosis, recargar vitamina D y salud por bonanza climática en vacaciones estivales, etc. ¿causaría menos estragos?

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