Guzmán Ruiz Garro
Consejero General de la extinta BBK.

Mario, ¿traidor, inconfeso o mártir?

Cuando se mal disimula, la evidencia irrumpe raudamente. La obligada cortesía por parte de los dirigentes jeltzales con el dimisionario Sr. Fernández ha durado un suspiro y ha dado paso a críticas abiertas a la gestión y al excesivo protagonismo del expresidente de Kutxabank.

La despedida de Mario, calificada por algunos de abrupta, no se ha producido como consecuencia del cierre de un ciclo tras los test de estrés, el adiós que se pactó el pasado verano, estaba fijado para marzo de 2015. Se ha anticipado porque las ambiguas y oportunistas declaraciones públicas de los dirigentes del PNV sobre el futuro de la entidad financiera, no han sido del agrado del directivo neoliberal.

La marcha de Mario no va a descartar su opción preferida: incorporar nuevos inversores, aunque por coyuntura electoralista la nueva presidencia hable de una hoja de ruta volcada en la persistencia de un negocio bien estructurado, sin centrarse tanto en superar los listones que ponen las autoridades financieras.

La principal dificultad que debe sortear el Sr. Villalabeitia, flamante capitán del banco vasco andaluz, no se elude con disertaciones genéricas sobre el negocio, sino con una propuesta consensuada con todas las fuerzas activas de este país para eludir la pesada losa que recae sobre Kutxabank: los 700 millones de fondo de reserva que se le exigen a las fundaciones de BBK, Kutxa y Vital, para mantener el 100% de la propiedad. Y esta lamentable circunstancia se origina ‘gracias’ a la inestimable colaboración del PNV y de sus declarados aliados políticos y sindicales con la Troika para forjar una regulación contraria a las cajas de ahorros que ahora pone a Kutxabank contra las cuerdas.

Aunque el Sr. Egibar, en la emisora pública, nos deleite con frases amables sobre el blindaje de las cajas por la política del establishment vasco para evitar los apretones, no nos vamos a creer que las culpas de las tensiones se deban al liderazgo desmedido de Mario. Sr. Egibar, vaya Vd. con la música a otra parte.

Más le valdrá al Sr. Villalabeitia no haber perdido tino con la guitarra desde que tocaba en su grupo musical, porque cualquier desafino pondrá en grave riesgo la continuidad del banco, tal y como la hemos conocido hasta este momento.

No sé si el empeño que puso Mario para explicar al Banco de España que la acción de las cajas no es concertada servirá para esquivar lo exigido en el borrador de la circular del banco del estado que desarrolla la ley de cajas y fundaciones. Lo que sí asevero es que la redacción de este bosquejo fundamenta que las tres fundaciones actúan de forma concertada sobre todo el capital y estable un fondo de reserva inasumible que liquidaría la Obra Social y el control público.

Aunque se lograse razonar que la acción no es concertada y que fuese solamente la BBK la que tendría que dotar un fondo de reserva para no desinvertir, cualquier cantidad – a todas luces injustamente aplicada- cargaría más dificultades al estrecho margen de negocio que tiene Kutxabank. El futuro de las entidades financieras se presenta ya muy complicado, y especialmente para Kutxabank porque parece que el regulador procura siempre que esté en desventaja con sus competidores. Más pronto que tarde, ni aceptándose, de momento, que el exceso del 7% de BBK en la propiedad es el problema, las autoridades económicas europeas que ya han irrumpido hace unos días en Kutxabank imponiendo normas, accederían a una solución de esas características.

La imprecisión sobre un plan alternativo del nuevo regidor del banco no es casual. Simplemente, el procedimiento, matices aparte, es el mismo de siempre: el del Sr. Fernández.

Y como Mario tampoco no se va a confesar por el delito del que se acusa: «su falta de prudencia» a la hora de marcar los pasos que se darán para desinvertir en un porcentaje «suficiente» para «librarnos» de la tutela de las autoridades económicas, estamos igual que antes. Recuerdo que esa participación la situó el expresidente por debajo del 30% de la propiedad del banco, dejando con el culo al aire a los que prefieren los disimulos, los ritmos lentos y los engaños.

En fin, la llegada de Goyo Villalabeitia, directivo que ya ocupó la dirección general de la caja de ahorros vizcaína, no presupone que se producirán cambios importantes en las cuestiones de fondo, en el diseño que tiene planeado el PNV y sus aliados para el futuro de nuestra entidad. Se ralentizará los planes de desinversión hasta que pasen los 2 procesos electorales venideros, pero no se corregirá el rumbo. La campaña contra la privatización de Kutxabank propiciada por los sindicatos LAB y ELA y respaldada por otros agentes sociales y políticos ha hecho mella, ha desgastado a los promotores de la bancarización, y ahora toca disimular pausando los tiempos. De nuevo, el PNV busca resituarse y ganar tiempo.

La teoría de la capitalización de Kutxabank del Sr. Fernández para crecer «con los mismos instrumentos que el resto de las entidades», mediante nuevos socios y la salida bolsa, sigue vigente.

Salvo milagro o insumisión, esquivar lo recogido en el MoU y en la Ley de cajas y fundaciones bancarias, a estas alturas, parece una misión muy espinosa. Mucho me temo, que el propósito «novedoso» de los ahora detractores de Mario sea –como he comentado- el preferido de éste: ganar en dimensión. Es probable que el espejo donde se mire el PNV, como casi siempre, sea el quehacer de la Caixa. Es factible que el Banco de España dé un respiro momentáneo y acepte las alegaciones del PNV al borrador mencionado previamente. Lo que va a retraer a la ejecutiva del banco de una inminente salida a bolsa no son las ganas, sino la escasa rentabilidad que se obtendría por el precio del dinero. Por tanto, ante el apuro que supondría destinar una parte importantísima de los beneficios a un fondo de reserva, y aun contemplando la mejor opción: la estimación de que éste solamente concierna a BBK, el futuro es borrascoso.

Salvar a Kutxabank de las fauces de los especuladores, requiere de un proyecto avalado por casi todos los agentes de Euskal Herria. Y este objetivo no aparece en la agenda del partido jeltzale. Lo único innegable es que Mario quizás se haya ido mártir, pero queda su legado íntegramente. Atendiendo al principio jurídico de ‘Pro herede gérere est pro dómino gérere’ (el que obra como heredero obra como dueño), en Kutxabank, no se esperan grandes cambios.

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