Kit de supervivencia
A la hora de sentarme a escribir me entero de que hoy (27 de marzo) se celebra el Día Mundial del Teatro, lugar para contemplar, según lo denominaban los antiguos griegos. Creado hace más de 7.000 años, originalmente como rituales en honor a Dionisio (dios del vino y la fertilidad). Evolucionando, inicialmente a la tragedia con su trasfondo educativo, y posteriormente a la comedia con su componente de crítica política y social.
Hoy, 27 de marzo, contemplamos el teatro de nuestros gobernantes desde nuestras pantallas. Obra, seguramente de género de comedia para sus autores y tramoyistas de la misma (y parte del público), pero cruel tragedia para la inmensa mayoría de los seres humanos.
«Nos mean y los diarios dicen que llueve», como vio el gran Eduardo Galeano en una pintada anónima en una pared, podría ser su título. Desgraciadamente, estos dramaturgos tienen nombres y apellidos que tenemos el derecho y la obligación de conocer. Porque son los máximos responsables de la actual situación mundial, de la pobreza, de las injusticias, de las grandes desigualdades y de las guerras que provocan y que alimentan, obligando a aumentar los gastos militares, enriqueciéndose más aún a costa del sufrimiento del pueblo.
Actuando con total impunidad, prepotencia, violencia y cinismo a la hora de mandar mensajes amenazadores y apocalípticos a la población. Como el de la necesidad de prepararnos ante las situaciones que ellos mismos provocan. Provocando esos miedos y odios que necesitan para perpetuarse en el poder.
Lo cierto es que es imprescindible estar preparados ante el, quizás cada vez más inminente, colapso mundial. Es momento de preparar nuestro kit de supervivencia. Llenarlo, como los antiguos griegos, de los valores que transmitían en las representaciones teatrales. Hagamos acopio en nuestro kit de «palidecía», esa educación que va más allá de la adquisición de conocimientos. Una educación que conlleve una formación integral del individuo, que incluya aspectos físicos, intelectuales y éticos, como lo concebían los helenos.
Una educación real y completa que necesitamos como base para crear una sociedad justa e igualitaria.
Es el momento de actuar, de luchar por ello, como hicieron nuestras madres y padres por nosotros. Tenemos la obligación de hacerlo, por nuestro futuro, el de toda la humanidad.
Peleemos en todos los sitios que podamos, pero dejémoslo de hacer delante de las pantallas.
Y, por supuesto, llenemos los teatros siempre que podamos.