Juan Ramon Garai
Intxorta 1937 kultur elkartea

Resistentes en lucha por la liberación de San Sebastián

Pedro murió en la resistencia de Intxorta. Álvaro murió en la batalla del Ebro; Fermín, tras ser detenido, escapó a Francia, participó de nuevo en la resistencia de Cataluña, para volver a pasar a Francia. Fue internado en Argelès-Sur-Mer. Se quedó en el exilio, en Ossun.

Los resistentes que lucharon contra el golpe militar nunca debieron ser enterrados en un mausoleo franquista. Y no deben permanecer más tiempo en él. Es de aplaudir a todas las instituciones que han participado en la búsqueda de esta verdad. Desde Intxorta 1937 kultur elkartea esta es la aportación que hacemos:

El 4 de agosto de 1936, a petición del alcalde Nicolás Uriarte, se hizo constar el sentimiento de la corporación del Ayuntamiento por la muerte en San Sebastián de cinco vecinos de Mondragón: cuatro milicianos, Benito Uranga, Pedro Olmedo, Camilo Ibáñez y Eusebio Berecibar Otaduy, así como del guardia civil Pedro Zorita, todos ellos resistentes al golpe militar. Conocemos también que, en esas mismas fechas, y en el mismo lugar, murió también el vecino de Bergara, Crescencio López Egido, militante de la CNT. Es posible que los tres últimos sean parte de los otros catorce que quedan por identificar.

Para que toda la verdad esté presente, a continuación algunos datos de ellos y sus familiares que fueron duramente castigados: Camilo Ibáñez Azcoaga, trabajador de la empresa ELMA de Mondragón, era militante de la Agrupación Socialista y del Sindicato Metalúrgico, afecto a la UGT de esta localidad. Participó en la insurrección de octubre de 1934, por lo que estuvo preso hasta la amnistía de febrero de 1936. Sus tres hermanos también combatieron, integrados en el batallón Dragones, contra los sublevados. Pedro murió en la resistencia de Intxorta. Álvaro murió en la batalla del Ebro; Fermín, tras ser detenido, escapó a Francia, participó de nuevo en la resistencia de Cataluña, para volver a pasar a Francia. Fue internado en Argelès-Sur-Mer. Se quedó en el exilio, en Ossun.

Benito Uranga Balanzategui, trabajador de la empresa Unión Cerrajera de Mondragón, era militante de la Agrupación Socialista y del Sindicato Metalúrgico afecto a la UGT de esta localidad. Participó en la Insurrección de octubre de 1934, por lo que estuvo preso, hasta la amnistía de febrero de 1936. Su hermano Francisco, de Izquierda Republicana, fue expulsado de la Unión Cerrajera, al igual que el marido de su hermana Salomé, Pedro Uranga Urrutia, por lo que fueron despedidos también de la casa (Casas Pequeñas) donde vivían. Esta familia con sus hijos estuvo en Francia y Cataluña.

Eusebio Berecibar Otaduy, trabajador de la empresa Unión Cerrajera de Mondragón, era militante de las Juventudes Socialistas Unificadas y del Sindicato Metalúrgico afecto a la UGT de esta localidad. Participó en la Insurrección de octubre de 1934, por lo que estuvo preso hasta la amnistía de febrero de 1936. Su hermano Román combatió contra los sublevados en el batallón Dragones y murió en la batalla de Peña Lemona. Eran primos de la familia Berecibar Ormazabal, de las más reprimidas de Mondragón. Pedro Olmedo Paunero, era militante de las Juventudes Socialistas Unificadas de Mondragón. Sus dos hermanos, Zósimo y Elías, combatieron en el batallón Dragones y sufrieron prisión por ello. Su madre, Paulina Paunero Gómez, con sus hijas Petronila y Julia se exiliaron a Francia y Cataluña.

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