Tasio Erkizia
Militante de la izquierda abertzale

Sentimientos contradictorios

Es la hora de aplicarse el cuento y valorar los resultados electorales con visión de País y de futuro. Hay claves para el optimismo, la activación e ilusión de la militancia, es nuestra arma.

Los resultados electorales de las últimas elecciones al parlamento del Estado español me ha producido sentimientos contradictorios. Por una parte, mal cuerpo por los malos resultados de EH Bildu pero por otra una gran ilusión por las oportunidades que se nos puedan abrir para el futuro de Euskal Herria. En lo particular, desazón por la bajada en votos de nuestra coalición electoral; en el aspecto público, nuevos brios para tiempos tan difíciles como prometedores. Aunque parezca difícil de entender: malos resultados para EH Bildu pero prometedores para Euskal Herria. Y en consecuencia, ilusión con sabor agridulce. Sigue la niebla baja pero va despejando el horizonte.


No hay duda, analizados los resultados electorales desde nuestro prisma particular, son malos porque ha conllevado la perdida de cinco diputados , varios senadores y significa obtener 110.000 votos menos en Hego Euskal Herria. Y no es moco de pavo. En una izquierda rupturista, marginada por los medios de comunicación y constantemente criminalizada cuesta mucho avanzar en el apoyo popular en elecciones tan mediatizadas y retroceder es siempre un contratiempo.


Dicho esto, tengo que añadir que al mismo tiempo han sido una de los resultados electorales a nivel estatal que más esperanza me ha producido en mucho tiempo. Los resultados electorales y las posteriores declaraciones de las distintas fuerzas políticas, abren claros en el horizonte. Por primera vez en la historia del Estado español, una fuerza con importante presencia en lo ancho y largo de su geografía, anuncia claramente que el derecho a decidir es la piedra angular de un futuro cambio constitucional, defendiendo abiertamente un Estado plurinacional. Por ahora, palabras e intenciones, pero tienen su valor.


No soy iluso y por lo tanto sé que Pablo Iglesias y Podemos van a recibir grandes presiones de los poderes económicos y políticos para primero matizar y después cambiar de actitud. Algunos siempre traen a colación la degeneración que conoció el PSOE, para añadir que a Podemos le puede pasar lo mismo. Aunque vistos los precedentes las dudas son normales,  creo que estamos en una coyuntura muy diferente. Tras 35 años de una Constitución negadora de los derechos democráticos de los Pueblos, ese modelo de Estado español, ha entrado en una grave crisis que no tiene otra solución que la de aceptar el derecho a decidir. Catalunya no tiene otra salida democrática. Alargarán la crisis pero no la van a superar mientras no den ese paso decisivo.


También sé que no va a ser un proceso rápido. Todavía estamos muy lejos de una mayoría consolidada que defienda abiertamente tal principio democrático, pero si los Pueblos actuamos con la determinación que lo esta haciendo Catalunya, un Estado español basado en la negación al voto de su ciudadanía va a resultar ingobernable. Es pueril poner fechas a este tipo de procesos, pero no hay duda que estamos ante una dinámica imparable. Los españoles no van a permitir que se rompa España, ¿pero si no les queda más remedio? El actuar unilateral de los Pueblos en lucha en pos de sus derechos va a ser fundamental, pero el complemento de la bilateralidad también es decisivo.


El discurso de la izquierda abertzale, en esta misma campaña, ha girado sobre el derecho a decidir como clave imprescindible para crear empleo, construir otro modelo de Estado y poner el cimiento de una convivencia basada en el respeto. Una eficaz operación de marketing con enorme apoyo de la televisión han llevado a muchos votantes nuestros a considerar el voto a Podemos, la opción más eficaz para conseguir dicho objetivo.
Así mismo, han creído ver una posibilidad de quitar las mayorías al PP y obligar al desbloqueo en el tema de los presos. ¿Visión cortoplacista? El tiempo dirá si esos votos rupturistas y rebeldes han servido para algo, pero es evidente que las nuevas posibilidades solamente serán reales si las trabajamos de manera complementaria e inteligente.


En la propia Euskal Herria puede variar las claves políticas de manera significativa. Mientras hasta ahora, la izquierda abertzale lucha en solitario por la transformación radical de esta sociedad injusta y despiadada para con los débiles, contra PNV-PSOE-PP, que imponían sus políticas neoliberales y los recortes que vienen de Madrid, ahora nuestra coincidencia con Podemos puede aportar más consistencia a esa dinámica transformadora. Una izquierda plural, coherente y rebelde exige constancia y largo recorrido, pero hay momentos en los que aprovechar las coyunturas para crear sinergias, resultan determinantes.


Durante 35 años la izquierda abertzale ha luchado por una ruptura democrática que recogiera el derecho a la autodeterminación. Hemos caminado solos y luchado a brazo partido –a pesar de la renuncia expresa del PSOE y la claudicación de Carrillo e IU– junto con numerosos sectores de los Pueblos del Estado. Y en la actualidad, dicho derecho es defendido casi por un tercio de los diputados. ¿No es avance importante? Parte de las tesis de la izquierda abertzale ganan terreno, aunque su presencia institucional ha menguado. Y si nuestro proyecto político gana terreno, seguro que recuperaremos y ganaremos más votos.


La izquierda abertzale tiene una larga historia que le da credibilidad y le convierte en la referencia obligada en un proceso de liberación nacional y social de Euskal Herria. Pero ser imprescindibles no significa que somos los únicos, y saber reconocer todas las aportaciones de las fuerzas emergentes es la mejor manera de compartir liderazgos sin miedos ni mezquindades.  


Siempre hemos subrayado que las siglas son un instrumento, que lo importante es actuar como Euskal Herria, pues es la hora de aplicarse el cuento y valorar los resultados electorales con visión de País y de futuro. Hay claves para el optimismo, la activación e ilusión de la militancia, es nuestra arma.

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