Iulen Lizaso Aldalur

«La cuna en las vacunas»

Un parto mediático sin precedentes en la historia de la humanidad... pero por fin nació la criatura: «EEUU, Australia y China ya tienen vacunas contra el coronavirus listas para ser probadas».

Sí, con las anteriores «pandemias» (gripe A, gripe aviar, ébola, SARS etc.), pero esta vez la OMS no se atribuye la homologación y se desliga de esta cruzada médico-mediática denunciando presiones. Una gripe mas que se ceba en organismos en precario, ya que provocar 2.700 muertos en todo el mundo, cuando en España por gripe común derivada a neumonía en 2.019 murieron 15.000 personas, (sin ser excepcional en el mundo)... no es alarmante.

El ébola (por rechazo de tratamientos no farmaceúticos) mata al 50% de los infectados y el coronavirus al 0,7%; entonces, ¿a que viene semejante alarma mediática? Si en Wuhan la mortalidad llegó al 3% es porque ante neumonías los hospitales colapsaron. Así, desde el punto operativo, el índice de mortalidad para casos ya consumados, depende de la cobertura hospitalaria.

En igualdad de coberturas hospitalarias, condiciones ambientales, cuidados médicos, acceso a medicamentos, higiene, etc. ¿porqué unos «acogen» al virus hasta morir con él y el de al lado ni se entera?; ¿por qué la causa no lo explican hasta en la escuelas y se limitan al relato morboso de solo las consecuencias?

Nada es por nada pues la vida no es lotería. Toda causa tiene su consecuencia, y siendo que hoy mas que nunca, uno de los mayores enemigos de la salud, (además de ciertas vacunas), es el miedo, por mucho que nos repitan que con la salud no se juega... lo hacen globalizando esta psicoemoción.

El miedo, en su doble acción, somatiza y somete la voluntad a quien se lo inoculan. En su vertiente clínica, ese mecanismo psícosomático (hipocondría, paranoia, ortorexia...) produce desgaste mental, hasta tal merma de defensas en nuestro sistema inmunitario, que nos deja a merced de cualquier «bichito» pretendiente... que quiera hacer de nuestro cuerpo su cuna.

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