Oskar Fernández García

¿Un posible referente para la Izquierda Abertzale?

Pablo Iglesias, representante de Podemos, en su discurso en el Parlamento Europeo de unos siete minutos aproximadamente, fue aplaudido en cuatro ocasiones. En la cuarta, en la conclusión de la intervención, con much@s parlamentari@s puestos en pie. Desconozco si esta situación es inusual o se da con cierta frecuencia y asiduidad. Pero lo que yo he sentido en ese discurso, sin lugar a dudas, a mí también me hubiese impelido a levantarme y a aplaudir con entusiasmo demostrando mi solidaridad con sus ideas, con su vigorosidad y con su convicción a la hora de expresarlas. Y es que en política, sobre todo y ante todo, es condición sine qua non, no solo expresar ideas revolucionarias, humanistas, marxistas, internacionalistas,… sino también comunicarlas con fluidez, determinación, dinamismo, facilidad, con absoluto convencimiento y expresividad.

Llegando no solo al intelecto y al ámbito cognitivo de las personas, sino también a su ámbito emocional y sentimental. Los discursos, arengas, manifiestos, exposiciones, intervenciones, charlas, entrevistas, coloquios, mesas redondas,… sean donde sean, de la izquierda abertzale se han de constituir en modelo y norma a emular para cualquier persona cuyo referente sea una izquierda rupturista, dinámica y revolucionaria. En estos tiempos –a los que nos ha condenado a vivir un capitalismo feroz, despiadado, criminal y belicista. De desasosiego absoluto, de individualismo alienante, de absoluta perdida de pertenencia a una clase social trabajadora; portadora durante largos y dilatados decenios de solidaridad, de combatividad, de imaginación revolucionaria y pletórica de ilusión– si cabe, se hace más necesario que nunca llegar a todos los pueblos, barrios, calles, plazas y rincones con un mensaje claro, diáfano, atrayente, arrebatador, ilusionante, que provoque entusiasmo, que dibuje sonrisas, que ilumine los rostros, que llame a la lucha solidaria y revolucionaria. Que como un tornado destierre y elimine la apatía, el hastío, la desidia y la pereza intelectual y política.

Hombres, mujeres, jóvenes, mayores –personas de la izquierda abertzale, que durante décadas han mantenido, en su corazón y en su intelecto, viva la llama de la revolución, la solidaridad, el socialismo y la creación de un estado vasco, libre e independiente– solo disponemos de unos pocos meses para inundar bulevares, avenidas, alamedas, foros,… con una renovada ilusión de múltiples colores en un futuro próximo libre de ataduras monárquicas, oligárquicas, mediáticas, oligopólicas, capitalistas y antidemocráticas.

El descontento social, la rabia e impotencia de la clase trabajadora, la fuerza revolucionaria, entusiasta y colorista de la juventud, la encomiable lucha feminista, la experiencia de nuestros mayores, la fuerza creadora, humana, intelectual e imaginativa de artistas e intelectuales; todos y todas han de sentir la poderosa, atractiva, fascinante e ilusionante llamada de la izquierda abertzale durante los próximos meses. La revolución tricolor en todos los ámbitos de la vida ya no puede esperar ni un minuto más. ¡Viva la I República Vasca!

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