Juicios paralelos en una sociedad irresponsable

La semana presente ha estado muy marcada mediáticamente por la celebración de Iruñea del juicio por la violación múltiple de la primera noche de sanfermines de 2016. El tribunal decidió que el proceso transcurriera a puerta cerrada para, principalmente, preservar la identidad de la víctima y evitar el morbo creado en torno al caso. En un principio parecía una decisión apropiada; es más, totalmente imprescindible. Sin embargo, los objetivos se han cumplido solo parcialmente y se impone una reflexión general sobre responsabilidades y procedimientos.  

Tras cuatro días de juicio, queda claro que no se ha evitado que en ciertos medios de comunicación y en las redes sociales haya tomado cuerpo un juicio paralelo, basado en informaciones tergiversadas e interpretaciones sesgadas. Peor aún, en este juicio paralelo a quien se ha sentado en el banquillo de esos medios y redes ha sido precisamente a la víctima de la agresión. Comentarios absolutamente frívolos se han repetido mientras opinadores profesionales hurgan sin reparo en la vida de una muchacha de 20 años. Parece como si la única actitud aceptable para algunos de ellos hubiera sido guardar luto de por vida por la violencia sufrida. Un comportamiento que retrata a una gran parte de la sociedad inmadura, incapaz de empatizar con las víctimas por mucho que hable de ellas.

Otros medios como este tienen clara su función social e intentan actuar con la responsabilidad exigible, pero la decisión del tribunal quizás no haya facilitado un tratamiento adecuado de la vista oral y haya acabado favoreciendo incluso esos juicios paralelos desbocados. Sin una base informativa fiable ni opción de contrastar el motivo de algunas decisiones judiciales peculiares, informar se ha vuelto tarea muy complicada. Para ocasiones sucesivas, tal vez sea conveniente recurrir a la experiencia de otros países donde los juzgados cuentan con portavoces oficiales que dan una información escueta pero objetiva y razonada, no de parte, sobre lo ocurrido. La propia Audiencia de Nafarroa cuenta con buenos profesionales para ese cometido.

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