La candidatura del Frente Amplio, formada por Yamandú Orsi y Carolina Cosse, ha ganado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Uruguay. Ha superado en más de 95.000 votos a la plancha del Partido Nacional, que ha ostentado el gobierno estos últimos cuatro años. A diferencia de otros países, la derecha no tardó en reconocer la victoria del Frente Amplio y felicitar al ganador. Orsi, por su parte, abogó por integrar a todas las personas en la construcción de una «república democrática con futuro». Asimismo, se comprometió a mantener buenas relaciones con todos sus vecinos, a pesar de las diferencias, especialmente notables con el presidente de Argentina, Javier Milei.

La izquierda uruguaya no solo sobrevivió a la persecución y a la represión de la dictadura cívico-militar, sino que fue capaz de recomponerse y aglutinar a todas las fuerzas de izquierda en el Frente Amplio, un instrumento con el que logró quebrar el bipartidismo tradicional, disputar el poder a la derecha y ganar las elecciones de 2004. Este empeño en construir la unidad de la izquierda, como también mostró el Nuevo Frente Popular en el Estado francés, resulta fundamental para lograr victorias electorales, pero también para quebrar la cada vez más extendida falsa disyuntiva de que la única opción para hacer frente al peligro de la extrema derecha es apoyar a la derecha, que sí suele presentarse unida.

En una mirada más amplia se observa que en los comicios que se han celebrado a lo largo de este año, todos los partidos que tenían responsabilidades de gobierno han obtenido malos resultados y han bajado en porcentaje de votos. En algunos casos, han perdido también el Gobierno, como en Rumanía, donde en las elecciones celebradas el domingo el partido gobernante quedó en tercer lugar, sin poder disputar la segunda vuelta. Según “Financial Times”, nunca antes había ocurrido algo similar. Ese desgaste gubernamental es síntoma de un creciente malestar e indicio de una crisis generalizada. En una coyuntura tan compleja, la victoria del Frente Amplio en Uruguay es motivo de celebración y ejemplo inspirador para la izquierda de Euskal Herria y de todo el mundo.