La afluencia de migrantes y refugiados que llegan a Grecia se ha incrementado notablemente tras la decisión de Turquía de suspender el acuerdo migratorio y abrir sus fronteras, y con ello se agrava también el drama humanitario. Las autoridades helenas han suspendido el derecho de asilo y quienes tratan de llegar por tierra y mar se enfrentan a detenciones e incluso a agresiones por parte de grupos xenófobos. Periodistas y miembros de ONGs como Zaporeak también han sido atacados.