Hace hoy un mes, el pasado 28 de octubre, trece presos políticos encarcelados en Sevilla II iniciaban una lucha para denunciar las duras condiciones de vida en las que se encontraban en la prisión. Once de ellos, además, lo hacían a través de una huelga de hambre. Iker Agirre, Jabi Agirre, Gurutz Agirresarobe, Koldo Aparizio, Iñaki Arakama, Asier Arzalluz, Juan Mari Etxebarri, Garikoitz Etxeberria, Jesus Goikoetxea, Manuel Gonzalez, Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Roberto Lebrero y Urtzi Paul Larrea iniciaban así una lucha para lograr unas condiciones fundamentales dignas para poder sobrevivir en prisión.

Denunciaban, entre otras cuestiones, la situación de aislamiento a la que estaban sometidos, que en las horas de patio no les estaba permitido salir todos juntos, sino que lo hacía por separado, continuos registros, no tener garantizada la asistencia médica aun habiendo presos enfermos crónicos o el comportamiento especialmente violento de los funcionarios.

Durante este periodo, algunos de ellos han dejado el ayuno por motivos de salud (como ha sido el caso de Asier Arzalluz, Garikoitz Etxeberria y Urtzi Paul), y otros han sufrido la pérdida de muchos kilos de peso, y el desgaste físico y sicológico que ello acarrea. Otros presos, como Jabi Agirre e Iñaki Arakama no ayunaron, pero participaron en la lucha en forma de encierro. Dos de ellos, Manu González y Koldo Aparicio, también en huelga de hambre, recobraron la libertad durante la protesta. Muchos de ellos han perdido más de 15 kilos durante este tiempo.

EPPK ha anunciado hoy a través de una nota enviada a NAIZ y GARA que los presos que se encuentran encarcelados en Sevilla II han dado por finalizado el periodo de lucha. Según explica, «esta lucha ha servido para dar a conocer la gravedad de la situación» y, además de conseguir que «en otras cárceles se hayan llevado a cabo otras iniciativas, también se ha logrado que en la calle y en las instituciones su situación haya tenido eco».

Los presos de Sevilla II agradecen las muestras de apoyo recibidas a través de diferentes movilizaciones y llaman a seguir trabajando para cambiar la situación. Muestra de ello es el encierro que varios ciudadanos iniciaron en la Iglesia de San Lorenzo de Iruñea el pasado 18 de noviembre. Asimismo, reclama que se respeten los derechos fundamentales de los prisioneros para situaciones como esta no se vuelvan a repetir.