@iontelleria

Preocupación abertzale y silencio de los electos socialistas tras el nombramiento de Valls

EH Bai cree que el nombramiento de Manuel Valls como nuevo primer ministro francés «es una mala noticia». El nuevo inquilino de Matignon se ha mostrado contrario al reconocimiento institucional de Euskal Herria y comparte la estrategia del Ejecutivo español en materia de paz. Desde el PS, las principales electas no han reaccionado, todavía, a su designación.

Valls durante la esta última campaña electoral en Pau. (Gaizka IROZ / AFP)
Valls durante la esta última campaña electoral en Pau. (Gaizka IROZ / AFP)

La coalición de izquierdas y abertzale EH Bai ha afirmado hoy en su valoración sobre la última contienda electoral que «es una mala noticia». Su portavoz Xabi Larralde ha destacado que «ha llevado pugnas muy importantes contra Euskal Herria». La valoración de EH Bai era referida a unas elecciones en las que los abertzales han salido fortalecidos, y que han castigado a candidatos como Henri Etcheto que se mostraban contrarios al reconocimiento institucional de Euskal Herria.

Por ello, parece que se abre una nueva oportunidad de tejer alianzas en torno a la Colectividad Territorial, pero el nombramiento de Valls es una piedra importante en ese camino, tal como ha subrayado en Twitter Nicolas Blain de Batera:

Quizás como consecuencia de la actitud de Valls hacia la Colectividad Territorial, durante las primeras horas del nombramiento de Valls, ningún cargo público importante del PS en Euskal Herria ha felicitado o mencionado su toma de poder. Llama la atención, por ejemplo, que la senadora, y portavoz del PS a nivel estatal, Frédérique Espagnac, hiciese ayer por la tarde referencias a las decisiones de Hollande en su cuenta de Twitter y no haya realizado ninguna mención al nombramiento del nuevo primer ministro, conocido instantes después.

También Frantxua Maitia (PS) ha evitado valorar el nombramiento de Valls. Preguntado por ello en Euskadi Irratia hasta en dos ocasiones, Maitia ha evitado la respuesta hablando de los retos que tiene el nuevo Ejecutivo, pero sin mencionar la opinión que le merece la persona que lo guiará.

Reconocimiento institucional y pacificación

Valls ha desautorizado en más de una ocasión la postura favorable al reconocimiento institucional mostrado por las principales electas vascas en París. En vísperas de la gran manfiestación que tuvo lugar en Baiona en junio del año pasado por el reconocimiento, Valls dijo que «ni el Departamento ni la Colectividad Territorial vasca están en la agenda del Gobierno».

En Enero de ese mismo mes aplicó la ‘ley del miedo’ y la defensa de la territorialidad francesa para negar el reconocimiento de Euskal Herria. En Canal+ dijo que un departamento vasco sería peligroso para la unidad del Estado. Sus declaraciones fueron fuertemente criticadas por electos de diferente signo político.

Sin embargo, no era una posición novedosa, ya que ya había utilizado argumentos similares en ocasiones anteriores para tratar de deslegitimar la demanda mayoritaria en Ipar Euskal Herria por una Colectividad Territorial propia. En una entrevista concedida a ‘El País’, dijo que mientras ETA no entregase las armas no habría reconocimiento institucional, declaraciones que provocaron la reacción airada de todo el espectro político en Ipar Euskal Herria. Días después la Policía francesa detuvo a Aurore Martin y la entregó a las autoridades españolas, ejecución fuertemente criticada, también, por todos los partidos políticos.

Valls ha hablado claro sobre su posición en el ámbito de la paz: «La agenda de España es la agenda de Francia», dijo en diciembre pasado.

Además de todo ello, Valls también se ha mostrado en el ala más derechistas del PS en materia migratoria. Firme defensor de las políticas de expulsión, el caso más sonado fue la de la kosovar Leonarda Dibrani, en octubre del año pasado.