«La ortografía no se decide por votación popular» es una frase memorable que define a un personaje, Juan Carlos Elorza, que es ineludible recordar si se trata de recuperar la memoria íntima del hilo que va de 'Egin' a GARA, pasando por 'Euskadi Información'. Un puente, este último, que difícilmente hubiese visto la luz al día siguiente del cierre de 'Egin' si no hubiera sido por el tesón de Elorza.
El oñatiarra falleció un día como hoy en 2016, y entre las numerosas firmas que le despidieron, incluido un completo obituario de Mertxe Aizpurua, rescatamos en estas líneas el breve comentario que escribió para la ocasión Miren Sáenz, con un titular que cualquiera que hubiese pasado por las manos de Elorza jamás olvidará:
«¿Quién ha perpetrado esta página?»
Hace unos años Juan Carlos Elorza acudió al acto de despedida de un periodista y volvió estupefacto. «La persona que han descrito no tiene nada que ver con la que yo he conocido», comentó. Así era él, poco dado a los halagos y menos a las medias verdades. «No te inventes nada» era uno de sus latiguillos, un modo de entender el periodismo que él practicó durante casi 30 años, de la mañana a la noche, casi sin descanso. Y no es una exageración. El término «darlo todo», tan manido en el argot deportivo, se ajustaba perfectamente a su manera de funcionar. Trabajador incansable, era metódico, riguroso, generoso, tenaz y exigente, aunque esto último servía primero para él y luego para los demás. Lo de perder el tiempo no entraba en su diccionario. «¿Quién ha perpetrado esta página?», exclamaba con una potente voz que le hacía inconfundible en los cargos que ocupó en distintas épocas. Y en todas ellas, nunca dejó el balonmano. El deporte que practicó de joven fue para él un trabajo intermitente, pero una pasión constante. Como periodista destacó pronto por su seguimiento. Fue empezar y en los primeros ocho meses le premiaron la Federación Guipuzcoana, la Vasca y la Española. En aquella época internet no se había inventado y era bastante más complicado que ahora acceder a actas, reglamentos y otras minucias que Juan Carlos se conocía al dedillo. Tenía recursos. Si había que leer en alemán una revista, para eso estaba el diccionario. Ha sido un hombre de letras que tenía mucho de ciencias, capaz de descubrir estadísticas equivocadas en partidos oficiales y decirlo. La enfermedad le golpeó en su punto más fuerte, el cerebro. El balonmano y nosotros te echaremos de menos.