«De nuevo ha resurgido el Carnaval que tanta fuerza mítica posee en el País Vasco, recuperándose melodías, danzas y costumbres archivadas en la memoria, que las prohibiciones no han logrado borrar. El calendario invernal, entre idólatra y dionisíaco, le da aire de fiesta y magia a la tradición. Las fiestas antiguas han vuelto a casa, en medio de la fiebre electoral y todo un Euskadi por liberar».
Con estas exultantes palabras daba la bienvenida la portada de 'Egin' a los carnavales en 1979. Tras un paréntesis de 43 años, la «tradición censurada por la Iglesia y la dictadura franquista» volvió por todo lo alto a ciudades como Donostia, Bilbo o Errenteria. En la capital guipuzcoana, el dinero donado por el Nuevo Casino Gran Kursaal se dedico básicamente a comprar instrumentos, lo que resultó en la creación de veinte nuevas txarangas en cuestión de días. No hay documento sonoro, quizá por fortuna. Celebrarse vivos fue también una característica a la muerte de Franco.
Entre «moros» y alemanes estaba la cosa en 1986
Un año más tarde, el 21 de febrero de 1986, recién elegido de nuevo presidente del Euzkadi Buru Batzar, Xabier Arzalluz ofreció una larga y jugosa rueda de prensa en la que «habló de casi todo», según el titular del día siguiente. Se refirió también de la OTAN y el referéndum que venía, en términos hoy inimaginables –inaceptables lo eran ya en aquella época, probablemente–: «Estamos dando un auténtico espectáculo a Europa, más folklórico que una corrida de toros. No nos pueden entender. Parecemos moros, haciendo política de zoco». También soltó como objetivo una perla sin fecha de caducidad: «No estar únicamente mirándonos al ombligo y evitar así una actitud sicótica».
Aquel mismo día, la dirección de Volkswagen reunida en Wolfsburg, decidió hacerse con el 51% de las acciones de Seat, pasando a controlar la industria del motor en el Estado español, con evidentes repercusiones en Nafarroa. La economía foral lleva 38 años aguardando a las decisiones que se toman en Alemania.
También hay rastro, entre la tragedia y la comedia, del conflicto en la hemeroteca del 21 de febrero. Jon Idigoras, por ejemplo, fue detenido tal día como hoy hace 28 años por negarse a declarar en la Audiencia Nacional por el vídeo electoral en el que Herri Batasuna trató de colar un vídeo de ETA.
El contra-Aiete de 2012
En pos de recuperar cierto tono carnavalesco, cabe acordarse también de la firma de un acuerdo de Estado contra ETA cuándo y en 2012, apenas cuatro meses después de la Conferencia de Aiete y el cese definitivo de la actividad armada por parte de la organización vasca. Lo firmaron PP, PSOE, PNV y otras formaciones. El hecho tiene una explicación parcial y hay que intentar entenderlo en su contexto, pero pasada una década, refleja la torpeza o la mala intención –depende del caso– con la que cada quién se situó ante el final de ETA.
Aunque podía haber sido peor. En el origen del pacto se situó una propuesta parlamentaria de UPyD que proponía volver a ilegalizar Bildu y Amaiur. El PP, quizá por estar entonces en el Gobierno, rechazó la moción, pero, para salvar la cara ante el electorado de la derecha, se sacó de la chistera una nueva propuesta que Amaiur calificó de «Ajuria Enea II» y que PSOE, PNV, CiU, IU y otros partidos menores no tuvieron demasiado empacho en firmar. Exigía a ETA «su disolución definitiva e incondicional», omitía cualquier referencia a la hoja de ruta propuesta en Aiete y pasaba en moto de las consecuencias del conflicto, reforzando el marco en el que los partidos españoles han tratado de cerrar el conflicto vasco. El PNV, que lo apoyó arguyendo que era la mejor forma de desactivar tentaciones como las planteadas por UPyD, se jactó de que el texto no gustaría a la izquierda abertzale. Lo llamativo, como planteó el editorial de GARA aquel día, era que les gustase a ellos.
El fin de ETA y el propio desarme –iniciado también ante observadores internacionales un día como hoy hace diez años–, se dieron a la contra, igual que en muchos lugares se mantuvieron vivas las brasas de los carnavales durante cuatro décadas de persecución. No parece haber entierro de la sardina que valga para las ganas de ser y sentirse de vascos y vascas. Quizá todos compartamos, en algún lugar recóndito de nuestras entrañas, las palabras de Vitoriano Gandiaga, fallecido un día como hoy en 2001.
Baina oraindik goiz bakoitzera zaizkit
begiok zabaltzen.
Oraindik goiz bakoitzeko argiak nau
harritzen eta pozez zoratzen.