Describir hoy quién fue Idigoras resulta una tarea inabarcable. La mejor opción es leerle a él mismo, que publicó sus memorias en 1999 bajo el título de 'El hijo de Juanita Gerrikabeitia'. Con motivo de su muerte, Fermin Munarriz escribió un obituario de cuatro páginas en GARA que constituye, a su vez, una crónica de los acontecimientos más importantes de la historia de Euskal Herria, pero salpicado de chispas de humor de este carismático dirigente.
Imagínenselo. Idigoras detenido ante Baltasar Garzón, a sus 60 años y ya enfermo del pulmón, después de haberse negado a acudir a una citación a la Audiencia Nacional porque «de Madrid a Zornotza hay la misma distancia que de Zornotza a Madrid».
El airado juez «le comunica –relata el citado artículo– la imposición de una fianza de 300 millones de pesetas para conseguir su libertad. Con templanza, el 'Viejo' [apodo por el que se referían a él sus más cercanos] vuelve su mirada hacia su abogada, Jone Goirizelaia, y le pregunta: 'Juanita, ¿tienes suelto?'».
Tras esa anécdota llegaría su octavo y último ingreso en prisión en 1996, del que salió cien días después a causa de su delicado estado de salud.
Otra perla la rescata Munarriz del año 80, tras los buenos e inesperados resultados obtenidos por HB el año anterior, cuando se estrenaron esas siglas en unas elecciones. Se trata del momento en el que comenzó su dedicación exclusiva a la política.
«Santi Brouard un día se encuentra al 'Viejo' trabajando de peón en las obras de una piscina en Bilbo tirando de carretilla. 'Pero Jon, ¿qué coño haces tú aquí' –le espeta el médico y dirigente abertzale–. Tú te tienes que dedicar por completo a la organización de HB».
La biografía de Idigoras, el hombre que propuso repoblar con cocodrilos el Ebro, lo abarca todo: represión, lucha obrera, ilusión, exilio, cárcel, éxitos políticos, torturas salvajes, atentados contra su vida, duelo por la muerte de sus compañeros víctimas de la guerra sucia... y muchas travesuras. También fue uno de los cinco fundadores de EKHE, la matriz del grupo comunicativo al que pertenece NAIZ.
Todo eso con el añadido de que el zornotzarra fue un testigo privilegiado, y actor, de momentos trascendentes de la lucha por la liberación de Euskal Herria, del Proceso de Burgos, de Txiberta, de Argel, de Anoeta.
En aquel Velódromo, Idigoras proclamó lo siguiente: «La historia nos ha dado la razón, aunque a un precio muy alto. Si alguien ha pagado la factura ha sido HB. Aquí no ha habido escote; lo hemos pagado nosotros con muertos, cárcel y persecución. Pero ha merecido la pena».