1977/2024 , 25 de Junio

Xole Aramendi
Erredaktorea, kulturan espezializatua

Muerte de Lizarralde y Arregi en Irunberri, 34 años de silencio

Jon Lizarralde Urreta y Susana Arregi Maiztegi encontraron la muerte en la foz de Irunberri un día como hoy. Un manto de silencio sigue cubriendo sus cuerpos. Una ocultación de datos que se ha alargado ya durante 34 largos años.

Infografía que muestra lo acontecido en Irunberri aquel día 25 de junio de 1990.
Infografía que muestra lo acontecido en Irunberri aquel día 25 de junio de 1990. (ARROILAREN NEGARRA | EREIN)

El 25 de junio de 1990 la sociedad vasca era sacudida por el enfrentamiento –al mediodía, a plena luz de día– entre tres militantes de ETA y miembros de la Guardia Civil en la foz de Irunberri. En los hechos murió el sargento José Luis Hervás.

El militante de ETA Germán Rubenach fue encontrado horas después, hacia las 21.15, en el interior de la foz, con heridas en la pierna y en la cabeza, ocasionada por un disparo de bala con entrada en la parte inferior de la boca y salida en la parte izquierda del cráneo. 'Egin' se hizo eco con una noticia de última hora, en la que se informaba de que estaba siendo intervenido quirúrgicamente en el Hospital de Nafarroa.

A escasos metros de allí, a las 9.00 del día siguiente, fueron hallados sin vida Jon Lizarralde Urreta y Susana Arregi Maiztegi. El primero presentaba un tiro en la cabeza y tenía agua en sus pulmones. La segunda tenía dos impactos de bala en la cabeza.

'Egin' dedicó la noticia destacada de la portada y cuatro páginas al suceso. «La versión del 'suicidio' de Lizarralde y Arregi suscita reacciones de indignación». Este fue el titular de la primera página de 'Egin' el día 27 de junio.

Portada de ‘Egin’ del 27 de junio de 1990.

«KAS llama a responder 'con fuerza y entrega política' a las muertes de Lizarralde y Arregi», decía la apertura de Eguneko Gaia. «Lizarralde y Arregi aparecieron muertos con sendos tiros en la cabeza a escasos metros de donde fue encontrado Rubenach», rezaba el titular de la otra página.

En la información siguiente se destacaban las numerosas incógnitas y lagunas existentes en la versión oficial, que afirmaba que los dos miembros de ETA se habían suicidado.

Se recogían las palabras pronunciadas por el ministro de Interior José Luis Corcuera: «Quien duda del suicidio se descalifica». El periódico también aludía a la petición de explicaciones dirigida al titular de Interior por parte de PNV, EA, EE e IU.

Final de la senda, junto al río, donde aparecieron los cuerpos de Lizarralde y Arregi.

En otro artículo también se hacía referencia a las escenas de dolor vividas en cuatro familias debido a la confusión por la identidad de la mujer encontrada muerta. Y cerrando el diario, una noticia de última hora decía que la víspera habían sido «reprimidas con dureza las movilizaciones de protesta».

Rubenach, 24 años en prisión

En cuanto mejoró ligeramente, Rubenach fue trasladado a Madrid y de ahí a la cárcel, donde permaneció durante 24 años, hasta que en 2014 finalizó su condena en Puerto de Santa María. Pasaron cinco años hasta que la Audiencia Nacional de Madrid lo absolviera de la acusación de «auxilio al suicidio de sus compañeros».

Los hechos fueron cubiertos por un manto de silencio por parte de la Guardia Civil y el único protagonista vivo y testigo presencial, Rubenach, no pudo esclarecer lo ocurrido debido a la amnesia peritraumática que sufre desde aquel día de 1990.

El 7 de junio de 2015, NAIZ recordó en una noticia que un cuarto de siglo después de lo acaecido en la Foz de Lumbier no se habían disipado las sombras.

El artículo recogía los momentos vividos cuando acompañados del abogado Txemi Gorostiza, que vivió de cerca estos hechos, y del propio German Rubenach, ya excarcelado, decenas de personas de Iruñea, Andoain y Oñati –localidades natales de Rubenach, Lizarralde y Arregi– se desplazaron hasta la foz de Irunberri.

Dos años más tarde, en 2017, recordaban en una información en NAIZ que, veintisiete años después de aquellos sucesos, sus familiares seguían esperando respuestas para las numerosas preguntas que cuestionaron la versión oficial ofrecida por la Guardia Civil y el Gobierno español.

Tres décadas después

En 2023, cuando habían transcurrido más de tres décadas, el suceso volvió a cobrar protagonismo con la publicación del libro 'Arroilaren negarra', escrito por Pako Aristi. «La verdad de las muertes de Irunberri emerge 33 años después ante la derrumbada versión oficial», afirmaba Ramon Sola en su artículo del 21 de abril de 2023.
 
La publicación es el resultado de la minuciosa investigación llevada a cabo por la asociación Gure Bazterrak de Oñati. Aristi utilizó tres medios de prueba: por una parte, el sumario del caso, que fue obtenido y sometido inmediatamente a rastreo porque se percibieron contradicciones; el testimonio de una mujer holandesa y varios niños gasteiztarras que se encontraban en el cañón aquel día; y las explicaciones de los colaboradores del comando.

El autor enumera nada menos que una veintena de razones que hacen imposible la versión oficial, aunque matizando que podrían ser más. Aristi resumió la cronología de los hechos que se conocen con certeza en nueve folios, exactamente los mismos que empleó Corcuera en su día para argumentar una versión oficial que no se sostenía.

Muesca de un presunto disparo descubierta en un tronco en el lugar donde apareció el cuerpo de Jon Lizarralde.

«Aquella es la única versión que se conoce, pero es falsa. Con la versión alternativa creo que nos hemos acercado bastante a la realidad. La de Corcuera es ficción casi completamente», afirmó Aristi en la presentación de la publicación.

Al día siguiente, NAIZ se hacía eco en esta información de la realidad vivida por Rubenach en estas últimas tres décadas marcadas por la impotencia y la frustración por no poder recordar lo ocurrido el día en que perdió a su pareja, Susana Arregi.

Otro 25 de junio, esta vez en 1979, Enrique Gómez 'Korta', perdía la vida en Baiona en un atentado del Batallón Vasco Español. Estando su pareja embarazada, «le dispararon desde un coche cuando se disponía a entrar al bar Udalaitz de Baiona», recordó su hijo Aratz en el homenaje tributado por Egia Zor en Gasteiz cuatro décadas después. NAIZ lo recogió en una crónica.