1977/2024 , 30 de Junio

Xole Aramendi
Erredaktorea, kulturan espezializatua

Siemens-Gamesa, deslocalización que deja despidos y paro tras de sí

Siemens-Gamesa anunció el cierre de su factoría de Agoitz hace hoy cuatro años. La empresa especializada en el ensamblaje de aerogeneradores es solo uno de los eslabones de la larga lista de multinacionales que han dejado Euskal Herria en busca de una producción a menor coste. Con el agravante de que en algunos casos lo hacen tras recibir ayudas públicas. 

Los trabajadores se encerraron en julio de 2020 en contra del cierre de la fabrica de Agoitz.
Los trabajadores se encerraron en julio de 2020 en contra del cierre de la fabrica de Agoitz. (Idoia ZABALETA | FOKU)

El calendario marcaba el 30 de junio de 2020. Siemens-Gamesa anunciaba el cierre de su factoría de Agoitz. Fue el consejero delegado, Andreas Nauen, quien informó de la decisión. «Forma parte de las medidas necesarias para asegurar la sostenibilidad de la compañía a largo plazo», confesó. Mientras tanto, en el exterior del edificio donde tenía lugar la reunión de Junta de Accionistas, en Bilbo, trabajadoras y trabajadores llevaron a cabo una concentración.

La razón no fue ni la crisis del sector a nivel internacional ni la baja productividad de la factoría navarra. No se entendía la decisión cuando apenas dos años antes se había puesto en marcha un plan para duplicar su producción, pasando de las 170 palas de 2018 a 350 en 2019. La respuesta la dio el presidente del comité de empresa, Alfonso Poyo. «Se trata de una deslocalización pura y dura. Simplemente se van a otro país donde la mano de obra es más barata», afirmó de forma tajante mientras remarcaba que las causas aducidas por la dirección no se sostenían.

GARA se hizo eco de la desolación originada en la comarca por la medida. Destacaba la tristeza y preocupación existente entre trabajadores y vecinos. Pero también su espíritu de lucha.

El cierre de la fábrica de Agoitz se sumaba a los cierres previos de las factorías de Altsasu (2010), Tutera e Imarkoain (2013). En octubre de 2022, la multinacional anunciaba la puesta en venta de sus fábricas en Mungia y Asteasu

2017, año de la fusión

Gamesa, surgida en Gasteiz en 1976, es una compañía especializada en el ensamblaje de aerogeneradores. Logró suministrar aerogeneradores a innumerables países en todo el mundo. Fue en 2017 cuando se fusionó con Siemens Wind Power, creando Siemens Gamesa Renewable Energy S.A. Tras la fusión, las grietas del proyecto comenzaron a verse antes de cumplirse el año.

El poder de decisión a cientos de kilómetros. Las medidas se adoptan en Alemania. El domicilio social y oficinas centrales de la compañía combinada, así como la sede operativa del negocio onshore (aerogeneradores en tierra), están situados en Zamudio. Y sus plantas productivas en Mungia, Asteasu y Sarriguren. Mientras, la sede del negocio offshore (aerogeneradores en el mar) está en Hamburgo (Alemania) y Vejle (Dinamarca).

En 2022 llegó la destitución de Andreas Nauen y el año pasado hicieron públicos los problemas detectados en las turbinas. La empresa batió el record por pérdidas de 4.588 millones de euros. Y Siemens Energy realizó una OPA de más de 4.000 millones de euros para adquirir el 33% de las acciones de Siemens-Gamesa y quedarse así con la totalidad de las mismas.

Unos días antes los trabajadores alertaban del riesgo de destrucción de empleo en la multinacional. La representación sindical denunció el oscurantismo de la dirección de Siemens-Gamesa y le exigió que siguiera apostando por la división eólica del negocio. Hizo un «llamamiento urgente» a las instituciones para que velaran por el mantenimiento del empleo.

En mayo pasado, Siemens-Gamesa nombró a Vinod Philip como nuevo consejero delegado de la compañía en sustitución de Jochen Eickholt, quien dejará su cargo a partir del 31 de julio. Philip se convertirá en el cuarto consejero delegado de la compañía –tras Markus Tacke, Andreas Nauen y el propio Eickholt– desde que se produjo la integración entre Gamesa y la división eólica de Siemens en 2017. Tres relevos en siete años.

Al mismo tiempo, la multinacional anunció nuevas medidas de reestructuración que supondrán «ajustes de plantilla», incrementando la inquietud entre los empleados de las factorías vascas. Varias semanas más tarde llegó la confirmación de la eliminación de 4.100 puestos en todo el mundo, 430 en el Estado español. 

Responsabilidades

Siemens Energy responsabiliza a Siemens-Gamesa de sus dificultades financieras. Aquí la situación se ve desde otro prisma. Los trabajadores recuerdan que antes de la fusión Gamesa era rentable. El desacuerdo se ha reflejado en la gestión, sin estabilidad alguna en los últimos años.

Manifestación de julio de 2020 en Agoitz para denunciar la situación socioeconómica en la que se sumía la comarca. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)


La multinacional es líder del sector de la energía eólica con presencia en más de 90 países. Siemens-Gamesa cuenta en la actualidad con más de 2.000 trabajadores en Euskal Herria.

En noviembre de 2023 los trabajadores pedían apoyo al Parlamento de Nafarroa para defender la plantilla.

Larga lista

Euskal Herria ha sido testigo y víctima en más de una ocasión, demasiadas, de la estrategia de deslocalización de grandes empresas. Loxin, Incoesa, Apoyos Mecánicos, General Electrics, Siban, Candy, Tubacex... todas ellas tienen en común el traslado de su producción a otros países. El último ejemplo es el de Mecaner. NAIZ Irratia entrevistaba al miembro del comité de empresa Unai Mirasolain en marzo pasado.

Y días después NAIZ se hacía eco de la huelga iniciada por los trabajadores.

Se da el agravante de que en numerosos casos las multinacionales se van tras recibir ayudas públicas. Bel Pozueta, diputada de EH Bildu en el Congreso de Madrid, preguntó al gobierno español si contemplaba alguna medida para impedir esta estrategia de grandes empresas. Recordó el «reguero de despidos, paro, familias al borde de la miseria que dejaban detrás. Tienen un único objetivo, aumentar su beneficio a costa de los trabajadores. No importa a cuántos dejan en la calle, solo buscan producir más barato con mano de obra más barata. Menos protección laboral y por tanto menos costes. La panacea del neoliberalismo. Y si no lo llevan a cabo, amenazan con ello. Si no aceptan se da un  retroceso en condiciones laborales, recortes en salarios, más precariedad laboral. Cierro y me voy, chantaje», denunció.

Precisamente para impedir esta situación, la coalición abertzale presentó en 2023 una proposición de ley para que las empresas que se marchen de la CAV tras haber recibido ayudas públicas tengan que devolverlas. Se aprobó con los votos en contra del PP, Cs y Vox en diciembre del año pasado.