Un día como hoy, con nueve años de diferencia entre sí, la organización armada ETA atentaba por segunda vez contra un mismo objetivo, considerado como el número 3 del organigrama del Ministerio de Defensa. Ambos eran responsables de uno de los departamentos más importantes: director de Política de Defensa.
En 1985 ametrallaba mortalmente al vicealmirante Fausto Escrigas Estradas; en 1994 el teniente general Francisco Veguillas moría en un atentado con coche-bomba. Ambos eran cargos militares de gran influencia, muy cercanos –Veguillas llegó a ser su jefe de Gabinete– al entonces ministro de Defensa y posteriormente vicepresidente español, Narcís Serra.
El vicealmirante Fausto Escrigas Estrada, nacido en El Ferrol el 29 de febrero de 1925, ocupaba la Dirección General de Política de Defensa, cuya competencia consistía en «estudiar y preparar los asuntos relativos a la política de Defensa, tanto en su aspecto exterior como interior».
Su nombramiento para el cargo, cuando el Gobierno aún no había tomado una decisión oficial sobre la permanencia del Estado español en la OTAN, fue valorado como un gesto proatlantista, ya que Escrigas era considerado un militar con mando y partidario de la integración en la Alianza.
El teniente general Francisco Veguillas Elices, natural de Alcalá de Henares (1925), ascendió al generalato en 1982, trabajó como agregado militar en la Embajada de España en Washington y fue partícipe de diversas negociaciones militares internacionales. Tenía numerosas distinciones militares, entre ellas la Cruz de la Legión del Mérito de EEUU, ocupó el mando de la VII Región Militar y era director general de Política de Defensa desde el segundo gobierno de Felipe González hasta que fue muerto por ETA en 1994.
La acción armada con la que se dio muerte al vicealmirante Fausto Escrigas Estrada tuvo lugar cuando iba a bordo de su coche oficial, camino del Cuartel General de la Armada, donde varios militantes de ETA interrumpieron el paso del vehículo en el cruce de las calles Comandante Zorita y Dulcinea de Madrid, cuando un Renault-9 aparcado en doble fila dio marcha atrás. Acto seguido, dispararon varias ráfagas de metralleta contra el coche, matando al militar e hiriendo gravemente al chófer, Francisco Marañón García.
El atentado mortal contra Veguillas se llevó a cabo mediante un coche-bomba cargado con unos 40 kilos de explosivos y otros tantos de metralla que los autores activaron al paso del Peugeot 405 blindado y con matrícula camuflada del teniente general, que era seguido por un coche de escolta.
Hacia las 8.45 de la mañana, el chófer del alto mando militar, Francisco Joaquín Martín Moya, rodeó la plaza de Ramales, junto a la plaza de Oriente, y dobló la esquina de la calle de Santiago. Nada más hacerlo, ETA pulsó el mando a distancia que accionó la explosión acabando con la vida de Francisco Veguillas, de su chófer y de un civil, un operario de la compañía de Ballet Clásico de Madrid que estaba trabajando en la plaza. Otras veinte personas, incluidas los guardias civiles escoltas, resultaron heridas.
Estos dos atentados contra altos mandos militares muestran lo que siempre fue una estrategia de ETA: golpear a los más altos escalafones de la jerarquía militar española, hacerlo una y otra vez, cuantas veces le fuera posible. Algunos datos históricos generales dan contexto y revelan una letalidad de la organización armada vasca realmente remarcable.
Datos del ‘Zutabe’
Así, cabe recordar que la propia ETA en el 'Zutabe' número 114, que fue el último, con fecha de abril de 2018, se responsabilizaba de 147 acciones armadas que mataron a 101 militares españoles, además de 11 funcionarios civiles del Ejército. Sin olvidar sus intentos de atentado contra el rey Juan Carlos I, capitán general del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire, máximo rango que le corresponde en exclusiva como mando supremo de las Fuerzas Armadas, entre los militares que mató la organización armada destacan un almirante (Carrero Blanco), 2 vicealmirantes, 12 generales (de división y de Brigada), 31 coroneles y 11 comandantes, entre otros.
Así mismo, ETA realizó 365 atentados contra la Guardia Civil –instituto armado de naturaleza militar, en la que sus miembros tienen la consideración de militares de carrera, y el cuerpo tiene encomendadas también misiones de carácter militar– matando a 186 guardias civiles. Sin olvidar las 215 acciones contra la otra fuerza de seguridad, el Cuerpo Nacional de Policía, que se cobraron la vida de 139 policías españoles.
Y si se abre más el zoom, atendiendo a fuentes abiertas como Wikipedia, se puede observar cómo en la II. Guerra Mundial, por ejemplo, con una estimación de 60 millones de víctimas, 135 generales fueron muertos. Y en la guerra que siguió al golpe de estado del 36, que dejó más de un millón de muertos, 30 generales perdieron su vida. Basta ejecutar una simple regla de tres para que cada cuál saque sus conclusiones.
Más atentados
Los atentados mortales contra Fausto Escrigas y Francisco Veguillas no fueron los únicos que se produjeron un día como hoy. En 1985, ETA tiroteaba en Gasteiz al subcomisario de Policía Agustín Ruiz Fernández de Retana, causándole la muerte. Y en el año 2000, el exgobernador civil de Gipuzkoa Juan María Jáuregui moría en Tolosa tras recibir dos disparos cuando se encontraba en una de las mesas del Café Frontón.