1977/2024 , 5 de Noviembre

Amaia Ereñaga
Erredaktorea, kulturan espezializatua

Espectacular operación policial en la cooperativa Sokoa

El 5 de noviembre de 1986, la Policía francesa realizó una de sus actuaciones más espectaculares contra ETA. En el edificio propiedad de la cooperativa Sokoa de Hendaia, dedicada a la importación y exportación de muebles, se descubrió un importante arsenal de armas, municiones y documentos

Imagen de la redada en Sokoa.
Imagen de la redada en Sokoa. (Bob EDME | EGIN)

«Descubiertos en la empresa Sokoa armamento y documentación de ETA», tituló al día siguiente 'Egin' en portada. Lo ilustraba una imagen de Bob Edme, en la que se apreciaba a varios agentes de las CRS ante la entrada de la conocida cooperativa de Hendaia. En el interior, incluía otra fotografía del importante arsenal requisado, realizada por la agencia Efe, y otra de Edme, en la que se veía a Patxi Noblia, gerente de la empresa, saliendo del edificio tras su detención.

7.30 de la mañana del 5 de noviembre de 1986. Más de 150 policías franceses pertenecientes a la PAF, que dirigió la operación, los CRS, la Gendarmería, la Policía Judicial y el Cuerpo de Informaciones Generales, con perros de rastreo y sofisticados aparatos de detección, rodearon y penetraron en la cooperativa Sokoa. La operación, espectacular, había sido preparada con antelación por «altas cúpulas de las autoridades galas», explicaba 'Egin'.

A las 16.30 de la tarde, en una rueda de prensa convocada en los locales de la PAF, el comisario jefe Catalá presentó los materiales que dijo habían encontrado en uno de los zulos hallados, disimulado en los sótanos de los almacenes de la empresa: «Dos misiles de sofisticada tecnología capaces de dar caza a objetivos con emanaciones térmicas con sus respectivos dispositivos disparadores, un lanzacohetes con su respectiva carga, al igual que un lanzagranadas también cargado, una veintena de pistolas, dos revólveres, abundante munición, así como unos veinte o treinta kilogramos de goma-2 y varios detonadores. Igualmente, la policía mostró cientos de carnets de identidad españoles en blanco, documentación que calificaron de 'interna de la organización ETA', pegatinas y otros panfletos propagandísticos de HB, un total de millón y medio de francos (unos 30 millones de pesetas) en moneda francesa, canadiense, estadounidense, española y libanesa, así como numerosos uniformes de la Ertzantza y varios chalecos antibalas».

Los misiles tenían su importancia. Según un reportaje publicado ya en 2017 en GARA, en la trayectoria de ETA «quizás una de las armas que más interés mediático ha generado ha sido el misil antiaéreo SAM-7 de fabricación rusa. Se tiene constancia de que la organización armada los ha adquirido al menos en dos ocasiones. De la primera se tuvo conocimiento en noviembre de 1986, como consecuencia de la operación policial en la empresa Sokoa de Hendaia, donde las fuerzas policiales desmantelaron un importante arsenal que contenía dos misiles que previamente habían sido manipulados para instalar en su interior sendos artilugios para seguir su rastro».

El segundo zulo estaría destinado a «ocultar a varias personas», dijo Catalá. Entre la numerosa documentación hallada, estaba lo que el comisario calificó como «el cuaderno de cuentas de ETA».

Toda esta información, dijo, sería «inmediatamente puesta a disposición de la Policía española». También lo fueron seis de los detenidos, entregados esa misma noche por la vía de urgencia a la Policía española. Según los testigos, porque el silencio oficial era total y no se tenían datos exactos sobre el número de arrestados, a las 24.00 horas una caravana de siete vehículos se llevó a los expulsados –algunos de ellos refugiados en situación legal– a la frontera. «Según fuentes policiales de Madrid, los entregados pertenecen al aparato de finanzas de ETA», explicaba el diario de Hernani.

En las dependencias de Biriatu, seguían en manos de la Policía francesa Patxi Noblia y José Arrieta Zubimendi 'Azkoiti', uno de los dirigentes históricos de la organización vasca.