Esos son algunos de los datos presentados por el director general del Observatorio de la Realidad Social, de Planificación y de Evaluación de las Políticas Sociales, Patxi Tuñón, y los directores de Servicio del Observatorio de la Realidad Social, Antidio Martínez de Lizarrondo, y el de Vivienda, Javier Etayo.
El trabajo de campo se realizó a finales de 2016 en todo el herrialde, con 1.200 entrevistas a personas responsables de alguno de los 252.900 hogares navarros.
El trabajo, encargo a la empresa CIES y cuyos primeros resultados ya se expusieron el pasado mes de mayo, es la primera encuesta monográfica sobre vivienda realizada en Nafarroa, y su información está en fase de análisis y estudio para la elaboración del futuro Plan de Vivienda 2018-2028, que se encuentra en fase de redacción con la previsión de presentarse antes de este próximo verano.
Perfiles socio-económicos de los hogares
La explotación de los resultados de la encuesta ha permitido clasificar los hogares navarros en cinco tipos o perfiles, con base en las características socio-demográficas de la persona de referencia, las características de la vivienda en la que reside y su nivel de satisfacción con la vivienda y el entorno.
Las variables empleadas son la edad y el nivel de estudios de la persona de referencia, los ingresos totales del hogar, la superficie de la vivienda, el año de construcción del edificio y los niveles subjetivos de satisfacción con la vivienda y el entorno.
Cada tipología se define de la siguiente manera: hogar ES bajo (7,6%), hogares mayores ES bajo (27,2%), hogares jóvenes – adultos ES medio (24,4%), hogares mayores ES medio-alto (16,4%) y hogares babyboomers ES medio-alto (24,5%).
Para cada uno de esos perfiles, se obtienen distintos grados de tenencia de las viviendas, necesidades de rehabilitación o cambio de vivienda, y grado de acuerdo con las medidas a plantear en la política de vivienda.
De este modo, se comprueba cómo el nivel económico y la edad determinan el régimen de tenencia de las viviendas.
Necesidades de rehabilitación
Uno de cada diez hogares dice tener necesidad de realizar algún tipo de rehabilitación en la vivienda en la que reside. El 17,3% de estos hogares tiene mucha necesidad y el 30,9% bastante necesidad de realizar las reformas en las viviendas. La mayoría de los hogares (53,6%) lleva más de cuatro años necesitando realizar las obras, sin embargo, el 21,8% cree que no podrá realizar nunca las reformas y el 20,9% se las plantea a largo plazo (>2020).
En relación a la forma de pago, una cuarta parte de los hogares considera que no podrá pagar la reforma. La cuantía prevista en el 28,4% de los casos es de menos de 3.000 euros mientras que el 11,9% de los hogares debe acometer reformas de gran envergadura que superan los 50.000 euros.
En lo tocante al tipo de reformas a realizar, las más comunes son cambios de suelos, puertas, pintar, cambio de ventanas, aislamientos y cambios de baño y de cocina.
El grado de conocimiento de los programas del Gobierno de Nafarroa para la rehabilitación es desigual: un tercio de estos hogares no saben de la existencia de las Ayudas a la Rehabilitación, mientras que el 34,5% dice conocerlas y saber en qué consiste. Asimismo, el desconocimiento de la Oficina de Rehabilitación es mayoritario entre los hogares con necesidad de reformas en la vivienda.
Política de vivienda
La mayoría de los hogares (67,1%) no conoce el Censo de Solicitantes de vivienda protegida, el 20,9% dice conocerlo y el 12% dice haber oído hablar de él. Si bien el grado de conocimiento no es muy alto, contrastado con el 85,1% de hogares ya propietarios, y una necesidad de cambio de vivienda que manifiestan solamente el 6,2% de los hogares, puede inferirse que sí se conoce por el segmento de demandantes de vivienda.
Una de las políticas más comunes para reforzar el mercado del alquiler es fomentar la incorporación de las viviendas vacías al mercado. En este sentido, el 14,3% de los hogares tiene más de una vivienda en propiedad. De estos hogares, únicamente el 23,8% tiene la vivienda en alquiler y el 25,6% la tiene vacía por diferentes razones. Sin embargo, el uso más común es el de segunda residencia (43,6%). Solamente el 16,3% de los que tienen más de una vivienda en propiedad se plantearían incorporarla a la Bolsa de Alquiler, programa sobre el que existe bastante desconocimiento pese a las campañas de difusión realizadas.
En lo que se refiere a la opinión de los hogares en relación a la política de vivienda, los datos muestran existe cierto consenso en fomentar las ayudas a la compra de vivienda, movilizar viviendas vacías o fomentar la vivienda en alquiler (casi el 54% considera que el parque de vivienda social en arrendamiento es insuficiente). Sin embargo, gravar las viviendas vacías solo lo apoya el 59% de los hogares (frente al 74% que opta por otras medidas), que las viviendas protegidas solo se destinen al arrendamiento tiene un rechazo del 57%, y que las viviendas protegidas destinadas a la compra no se subvencionen suscita el rechazo más elevado, un 68%.
En general, se apoyan las fórmulas que abaraten el acceso a vivienda, sea vía desgravaciones fiscales, subvenciones directas a la compra y alquiler (el 79% apoyaría prestaciones directas al alquiler, una de las medidas que más consenso obtiene) o abaratamiento del coste de las mismas por otras vías indirectas (precio del suelo, tipos de interés).
Resulta algo más sorprendente que solo el 13,6% de los hogares apueste por un mayor impulso a la rehabilitación, si bien parece coherente con la necesidad expresada de rehabilitación (10,2%) de los mismos.
Del análisis de los datos de la encuesta, también destaca que la tipología socio-económica de los hogares no determina grandes diferencias en la opinión mantenida sobre las medidas a llevar a cabo en la política de vivienda, si bien el grado de acuerdo es algo menor en los hogares con mayor estatus socioecónomico.
Coincidencia de intereses
En la presentación, el director del Servicio de Vivienda, Javier Etayo, ha resaltado la confluencia entre la demanda ciudadana y la política de vivienda aplicada por el Gobierno en la materia. «Tanto la demanda de alquiler social, como la necesidad de rehabilitación de vivienda antigua o la aplicación de medidas para incorporar viviendas vacías a las bolsas de alquiler, que figuran entre las principales inquietudes ciudadanas, coinciden con las medidas que estamos desarrollando desde el Gobierno desde la reforma de la Ley Foral de Vivienda».
El aumento en el porcentaje de desgravación fiscal para el alquiler para la gente joven es otra de las políticas aplicadas en la legislatura.