En octubre de 2015 el jurado popular del Tribunal de lo Criminal de Angers condenó a Nicolas Bonnemaison, exmedico del Hospital de Baiona, por la muerte de siete pacientes terminales.
El tribunal le impuso una pena de dos años de cárcel, exenta de cumplimiento, por un delito de «envenenamiento». Bonnemaison había sido absuelto por un jurado popular de Pau, pero la Fiscalía apeló y solicitó en recurso una pena de cinco años sin cumplimiento.
Los hechos por los que fue juzgado se produjeron en los años 2010 y 2011 y suscitaron un debate sobre la eutanasia en todo el Estado francés.
El facultativo, natural de Hazparne, declaró que solo actuó para acabar con el sufrimiento de pacientes en situaciones irreversibles, pero la Fiscalía argumentó que su impresión personal sobre los casos no elimina la «intención criminal».
Aunque la mayoría de las familias hablaron en su favor, resaltando los valores humanos del médico, finalmente el caso de una de las personas fallecidas salió adelante, hasta llegar al Consejo de Estado.
Ahora, el Tribunal de Estrasburgo, al que recurrió el ex facultativo, ha confirmado la decisión adoptada por la instancia estatal, ya que, de hecho, no acepta a trámite el recurso de Bonnemaison, al no considerar su reclamación por «falta de un juicio justo».
Los jueces europeos no creen que existiera parcialidad, pese a haber dos causas, una judicial y otra ligada al colegio médico. Por ello, mantienen la sentencia de dos años de cárcel sin cumplimiento efectivo, y la inhabilitación que impide a Bonnemaison ejercer como médico.