
Una encuesta preelectoral realizada por Save the Children revela que para un 86% de los encuestados en la CAV la pobreza infantil y la exclusión son un «problema importante». Un 20% se ha planteado reducir el gasto en sus hijos o, incluso, ha tenido que hacerlo; un 14% no ha podido pagar el comedor escolar, la atención sicopedagógica o las clases de refuerzo que necesitan.
La consulta al dentista o al oculista se ha convertido en algo imposible para un 29% y 19%, respectivamente. 8 de cada 10 encuestados considera que la pobreza infantil debe convertirse en una prioridad para el futuro Gobierno español. Tal y como recuerda la experta de Save the Children Gabriela Jorquera, la pobreza y la exclusión afectan a 2, 2 millones de menores en el Estado español.
Esta preocupante realidad, sin embargo, está ausente en los grandes debates públicos y aunque los programas electorales recojan en su letra pequeña medidas y buenas intenciones, el día a día de miles de familias se enfrenta al muro de los recortes, al gasto añadido y prohibitivo que supone por ejemplo un tratamiento de ortodoncia, que de lejos está al alcance de todos los bolsillos, o la compra de unas gafas, que no de sol. Y no hablemos de si el niño o niña requiere de un apoyo extra, por ejemplo, de un logopeda, de un fisioterapeuta o de algún otro tipo de terapia, servicios y necesidades que no responden a un mero capricho de las familias.
Las medidas –gratuidad de los libros de texto, una red pública de guarderías de 0 a 3 años, una atención dental y visual gratuita...– que recoge la encuesta responden a la lógica del sentido común, aunque, lamentablemente, éste suele ser el menos común de los sentidos. Si se aplicaran, muchos padres y madres y, sobre todo, sus hijos e hijas verían su día a día de diferente color y ello contribuiría a reducir la brecha social y económica, que, aunque muchas veces nos parezca invisible y silenciosa, existe.
Lo dijo el propio Pedro Sánchez en el debate y sonó extraño, por no decir revolucionario: el mayor problema actual en el Estado español, también en Euskal Herria, es la desigualdad.
La pobreza y exclusión infantil es uno de esos hechos tapados, que no se visualizan a diario, y menos aún en vísperas electorales. Pero, con voluntad institucional, política, económica, y también personal se puede erradicar o, al menos, mitigar sus consecuencias a corto y largo plazo. La actual campaña electoral está en su recta final, pero ya están tocando puerta las municipales y forales, en un país más sensible a estas cuestiones. Y, sin duda, la preocupación de ese 86% es un dato a tener en cuenta. Porque no se trata de caridad, sino de justicia social.

Franco, «perplejo» en su regreso para celebrar el 75 aniversario de la Txantrea
.jpg)
Fallece una joven de 15 años y otra persona de 21 resulta herida en un accidente en Getaria

Gazte Asanblada de Burlata anuncia un acuerdo con el Ayuntamiento para el nuevo Gaztetxe

Rescatados 13 excursionistas sorprendidos por la marea en el flysch de Zumaia
