
En una entrevista en Mediabask, el hijo de Josu Urrutikoetxea explica que tuvieron conocimiento del arresto alrededor de las 8.00 de la mañana, unos minutos después de que se produjera, cuando el abogado designado por el histórico militante de ETA les llamó para informarles de lo sucedido.
Preguntado por lo que sintió con esta detención, Egoitz Urrutikoetxea hace referencia a sus hijas, a quienes les contó que al menos ahora tendrán la oportunidad de «encontrarse con ‘aitite’». «La clandestinidad es también una condena, a menudo lo olvidamos», destaca.
En ese sentido, describe lo ocurrido como «una especie de flashback de lo que nosotros, nuestra generación, hemos vivido» y añade que tampoco suele hablarse de que parte de esa generación «ha sido sacrificada».
«Durante mucho tiempo –subraya– tuvimos que ignorar la verbalización de nuestros sentimientos, el impacto emocional del conflicto. Hoy nos encontramos atrapados en el pasado y, por consideraciones políticas, se sigue pasando por alto lo sensible. Hay que tener en cuenta al ser humano, al militante y mirar hacia el futuro».
Por otro lado, sobre las declaraciones que dicen que la detención supone un ataque a la paz, Egoitz Urrutikoetxea considera que esto «pone de relieve la posición de los gobiernos español y francés respecto a la resolución de las consecuencias del conflicto», y destaca que lo que realmente se aplica es «una cierta visión de la paz que tienen los estados y que tiene vocación de pacificar un territorio. Los estados no tienen ninguna voluntad de pasar la página del pasado», abunda, para remarcar que su objetivo es obstaculizar «cualquier posibilidad de abordar las raíces del conflicto».
Sobre la situación judicial de su padre, explica que debería comparecer ante la oficina del fiscal para que le sean notificadas las dos condenas dictadas en su contra y que posteriormente pasará ante el juez de libertades y agrega que tiene la opción, y la intención, de apelar ambos juicios.
Después se abrirá otro procedimiento, «mucho más político», para su entrega a las autoridades españolas. Sobre este segundo proceso, y cuestionado por si el Gobierno francés tiene alguna opción para rechazar las eventuales euroórdenes, Egoitz Urrutikoetxea destaca que, «por supuesto», el Ejecutivo tiene «margen de maniobra».
«Desde el momento en que son montajes políticos, el Gobierno francés tiene la posibilidad de rechazarlos», concluye.

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