Iker BIZKARGUENAGA

Del «todo es ETA» al «todo es procés», el derecho como arma

En vísperas de un nuevo macrojuicio en la Audiencia Nacional, el Colegio de la Abogacía de Bizkaia ha acogido este mediodía una charla en la que los letrados Txemi Gorostiza y Gonzalo Boye han desentrañado la estrategia judicial española contra la disidencia vasca y catalana, caracterizada por el uso del Derecho como ariete político e instrumento de guerra.

Gonzalo Boye, Bea Ilardia y Txemi Gorostiza, durante la charla de Bilbo. (Aritz LOIOLA/FOKU)
Gonzalo Boye, Bea Ilardia y Txemi Gorostiza, durante la charla de Bilbo. (Aritz LOIOLA/FOKU)

El término «Lawfare» hace referencia «al uso de la ley como arma de guerra», así lo definió el asesor jurídico y general retirado del Ejército de los Estados Unidos Charles J. Dunlap Jr., que fue quien lo acuñó en un ensayo publicado en 2001. Desde entonces se ha popularizado en todo el mundo, aunque quizá todavía nos suene a nuevo en Euskal Herria, donde por contra es familiar otra expresión igual de inquietante como «derecho penal del enemigo». Este mediodía se ha hablado largo y tendido de lo uno y de lo otro en una charla celebrada en el Colegio de la Abogacía de Bizkaia con el inminente inicio del juicio por el sumario 11/13 como telón de fondo.

Los abogados Txemi Gorostiza y Gonzalo Boye han sido los encargados de desentrañar los rudimentos de la estrategia judicial del Estado español contra la disidencia. La vasca y la catalana, porque como ha manifestado el representante legal del president Carles Puigdemont, el independentismo catalán está sufriendo ahora en sus propias carnes lo que su contraparte vasca ha padecido desde hace décadas. «Hemos pasado del todo es ETA al todo es procés», ha resumido el letrado chileno. Aunque los tribunales españoles no se resignan a dejar de sacar jugo a la teoría pergeñada por Baltasar Garzón en su particular cruzada contra nuestro país. Las 47 personas procesadas en este macroproceso dan prueba de ello.

Más de seiscientos años de cárcel piden en su contra por ejercer la solidaridad médica, jurídica y asistencial con los presos y presas políticas vascas, en un sumario que sigue la senda de aquellos que fueron instruidos por el magistrado jienense, en el que como ha recordado la también abogada Bea Ilardia, «se podía ser miembro o dirigente de ETA sin saberlo siquiera».

Un tribunal diseñado para esto

La juntera de EH Bildu ha sido la encargada de conducir el coloquio, donde Gorostiza, abogado de largo recorrido y buen conocedor del sistema judicial español, ha explicado el contexto histórico y el armazón ideológico que ha permitido una estrategia caracterizada por la existencia de «normas excepcionales, sentencias ejemplares con penas muy altas y la suspensión de garantías jurídicas». Un brebaje ponzoñoso elaborado en la mejor coctelera posible: la Audiencia Nacional.

El letrado vizcaino ha recordado que el tribunal especial, legítimo heredero del Tribunal de Orden Público franquista, es un órgano judicial centralizado y especializado, donde no se respetan presupuestos tan básicos como «el derecho fundamental al juez natural, el principio de jurisdicción en el enjuiciamiento de los hechos», que «opera como un instrumento más de la política antiterrorista», y que «está sometido a una importante presión política mediática e ideológica». Difícil encontrar mejor escenario para un escarmiento.

Es allí donde se han llevado a cabo macrojuicios como el que comienza el lunes, cuyas características también ha enumerado Gorostiza, recordando que son procesos «generales y con un objetivo político», «dirigidos y culminados por las Fuerzas de Seguridad», envueltos en una evidente «orquestación mediática» y donde se da una «interpretación expansiva del delito de terrorismo», todo ello aderezado con «ausencia de independencia judicial». Son los ingredientes de la guerra jurídica.

Asombro europeo

Inmerso en ella está el independentismo catalán, y Boye ha destacado la importancia de «jugar esta pelea en terreno neutral». Su defendido decidió exiliarse en Bélgica dentro de una estrategia de internacionalizar el conflicto que le ha dado réditos evidentes en el ámbito judicial. Los revolcones que tribunales alemanes, belgas y escoceses han dado a la Justicia española apuntalan a su juicio esta estrategia. «Nos están dando la razón ahora, sin esperar siete años al TEDH», ha manifestado.

El abogado de Puigdemont ha recordado por ejemplo que jueces alemanes valoraron toda la prueba remitida desde Madrid «y dijeron que ahí no había nada». «Es que en esos países no hay enemigo ni existe el apasionamiento de la bandera», ha resumido, apostillando a modo de anécdota que sus colegas germanos tuvieron que crear un concepto nuevo para definir lo que es una cacerolada. Y es que tres de los vídeos enviados por la Justicia española para acreditar el «delito de rebelión» eran de caceroladas. «¿Y esto qué acredita?», le preguntaron. Respondió que a él no le miraran, que era cosa del juez.

Ya había sido citado Garzón como ideólogo del «todo es ETA», y Boye ha señalado que el fiscal Javier Zaragoza, fiel escudero del magistrado en sus correrías, ha sido el principal representante del Ministerio Público español en el juicio que se ha desarrollado en el Tribunal Supremo contra líderes catalanes. Otro ejemplo del paralelismo existente entre Euskal Herria y Catalunya, al igual que el hecho de que también allí se están utilizando «círculos concéntricos» para reprimir. «Primero los líderes políticos, luego cargos intermedios, alcaldes… quién sabe si nos tocará a los abogados», ha lanzado.

Marchena presidente

Sobre la posición de los abogados, pero los del Estado español, ha preguntado uno de los asistentes en el turno de preguntas. No entendía que lo que aquí es evidente para cualquier letrado no genere más controversia al otro lado del Ebro. Gorostiza lo ha achacado más a la falta de voluntad que a la falta de conocimiento, y a la comodidad profesional, mientras Boye ha pedido que no se subestime la pulsión que recorre buena parte del cuerpo social español. «Si Marchena (presidente del tribunal que ha enjuiciado el procés) se presentara a las elecciones igual saldría presidente; no del Tribunal Supremo, sino del Gobierno», ha advertido.

Han sido varias las personas que han tomado la palabra, para preguntar o para exponer sus opiniones. Una de ellas ha lamentado que «hay alguien muy muy empeñado en que nuestro pueblo no salga adelante», entre gestos de afirmación de los presentes. Aunque ninguno ha dudado de que, como ha indicado Gorostiza al término de su alocución, la asistencia y la solidaridad seguirán existiendo. Por ahí va la pulsión del pueblo vasco, y mañana toca demostrarlo en Bilbo.