EH Bildu ha anunciado la retirada de la proposición no de ley presentada el pasado viernes en la que proponía que «el Parlamento Vasco, teniendo en cuenta la libertad de expresión de la ciudadanía, las asociaciones y los partidos políticos, exige a los partidos políticos que apenas tienen apoyo social, político e institucional en Euskal Herria que no utilicen durante la campaña política el territorio vasco con el objetivo de obtener votos fuera de aquí, y que no tensionen la convivencia causando incidentes o momentos violentos». Recordaba los mítines de Vox, la irrupción de Ciudadanos en Errenteria y Ugao, el acto del trifachito en Altsasu...
De inmediato, la iniciativa fue presentada por otros partidos como un intento de EH Bildu de introducir un veto a estas formaciones en la campaña electoral y duramente criticada.
EH Bildu ha retirado esta proposición no de ley asegurando que «nuestro objetivo nunca ha sido poner en entredicho el derecho a la participación política en nuestro pueblo. La discusión quería ser y es otra: la instrumentalización de la provocación para buscar réditos electorales, como ocurrió en la campaña electoral del 28 de abril en municipios como Errenteria-Orereta y Altsasu».
Añade en una nota que «a nadie se le oculta que el contexto electoral favorece una dinámica interesada para la manipulación e instrumentalización de dicha propuesta. Y por lo tanto, no estábamos en el mejor contexto para que se pudiera debatir con serenidad y sin condicionamientos externos la verdadera naturaleza de nuestra propuesta».
Reconocimiento del error
Asegura que «en estos tiempos de incertidumbre, podredumbre política y falta de responsabilidad, EH Bildu quiere mostrarse frente a su pueblo como una organización política que también es capaz de rectificar y reconocer sus errores». Apunta ahí que, «por el contexto elegido y por la falta de claridad de la iniciativa, este ha sido un error que debíamos subsanar». Subraya que «EH Bildu cumple lo que dice y reconoce sus errores cuando los comete».
La nota finaliza manifestando que «para nosotros, en cualquier caso, las elecciones del 10-N son el marco en el que, desde el respeto a la libertad de expresión y de organización política de todos, se deben derrotar las tesis e ideas autoritarias y recentralizadoras que representan el ‘trifachito’ y sus terminales mediáticas. Esa derrota democrática solo puede venir de la mano de su derrota electoral en las urnas y el fortalecimiento del soberanismo de izquierda».