Txangurro Marx y Miss Martiartu vuelven para revolucionarlo todo
Fecha
28.02.25 - 28.09.25
Lugar
Bizkaia - Bilbo

‘Estatuto 79. Keda inaugurado este batzoki. ¡A partir de ahora, Euskadi va a ser un auténtico koñazo!’, se puede leer en una de las viñetas publicadas por Juan Carlos Eguillor en ‘Egin’, en 1979, donde colaboró desde su primer número, durante dos años. Detrás, se puede ver a Miss Martiartu, una señora ‘del PNV de toda la vida’. Es una de las más del millar de piezas que componen el puzle de ‘Laberinto’, la estupenda exposición con la que la renovada sala Rekalde bilbaina abre su nueva temporada.
Lo hace reivindicando al desaparecido y polifacético artista bilbaino Juan Carlos Eguillor (1947-2011), un creador que, aunque fue un hombre muy de su tiempo, visto con ojos de hoy en día, no ha perdido nada de actualidad. Al contrario, al recorrer la primera exposición retrospectiva que se realiza sobre su obra tras su muerte, sorprende que su estilo, tan característico, nos conecte con el mundo visual, acelerado, de hoy en día.
Como Alicia a través del espejo, la exposición nos invita a visitar los dos lados del espejo del universo enloquecido de Eguillor. Lo del laberinto del título, por cierto, es una metáfora que él utilizaba recurrentemente: «En este caos que habito, en este cuento de hadas maléfico que es la vida, necesito una metáfora para sobrevivir y luchar en el engañoso laberinto que es el mundo», escribió.
Un laberinto poliédrico compuesto de humor negro, sarcasmo, política, un aire naif, bastante de tristeza al final de sus días y una querencia por el tarot que da muchas pistas. Por cierto, aunque nacido en Donostia «por casualidad», era más bilbaino que las Siete Calles.
50 cajas
No es fácil encontrar una palabra con la que definir a Egillor: «Él se identificaba como ilustrador», ha apuntado Garikoitz Fraga, editor y comisario de ‘Laberinto’. Pero era algo más, porque, entre otras cosas, fue pionero en Euskal Herria en el ámbito de los cómics y también en la videocreación. Fraga se ha enfrentado a una labor casi titánica –de hecho, cuando se la ofrecieron, de primeras, rechazó hacerse cargo de esa exposición– para recuperar todo el material que dejó este artista.
«En la exposición hay un 10% de lo que salió de su casa y que, tras su muerte, había sido guardado por la familia Gaztanbide. Unas 50 cajas que luego formaron a ser parte de los fondos de Komikigunea de Koldo Mitxelena conostiarra», ha explicado. Ha buceado dentro de cajas, por eso se muestran muchos originales inéditos, pero también ha buscado en otros lugares. Por ejemplo, está una edición del diario ‘Hierro’, donde se recoge una entrevista con un chaval de 16 años, ganador de un concurso de ilustración, y ya muy deslenguado.
Miembro de Pott Banda, autor del primer cartel de la primera Aste Nagusia bilbaina –ese cartel de 1978 es muy codiciado por los coleccionistas–, como ilustrador hizo portadas de discos, carteles de obras teatrales y colaboró con distintos medios: ‘El Correo Español’, ‘Diario 16’, ‘Triunfo’ –«las revistas progres», que decía él– ‘Nuevo Fotogramas’...
En ‘Egin’ estuvo dos años, y comenzó a publicar desde el primer número del rotativo de Hernani. En aquel ‘Egin’ del 29 de septiembre de 1977, la anteúltima página impresiona por lo que contiene: el primer ‘Marraskilo eta elefantea’, del ilustrador Jon Zabaleta; la ‘carta’ escrita por Juana Bixenta Olabe (‘parlamentarien neskame’) de Anjel Lertxundi, y el primer Zakilixut de Antton Olariga.
Y, en el centro de la página, la sección ‘Beltza superbeltza’, en la que Eguillor presenta a los personajes: Txangurro Marx, «una mezcla de Bakinin y Busca-Isusi»; la jeltzale Miss Martiartu; Miren Puñetagorri «coleccionista de pegatinas» o Sor Ederto, «monja navarra y carlista, tendencia anarko». Unos personajes que también desarrolló en otros medios a lo largo de los años, como la Abuelita, Mari Aguirre –en los libros para niños– o Max Bilbao, su ‘alter ego’.
En ‘Laberinto’ se puede encontrar su conexión con la ‘Caperucita en Manhattan’, de Carmen Martín Gaite; su fijación por los culturistas –«Kozina kanibal: Nueva kozina vasca’ (...): Los cuerpos mutilados de los culturistas eran la base de todos los platos, hamburguesas y salchichas», leemos–, también su amor al tarot, ya que consultaba regularmente a la bruja Maritxu de Ulia... por cierto, era Leo con ascendente Sagitario.
También hay una reveladora ‘ficha’, escrita por él mismo, donde define a Max Bilbao: «Abuelito cebolleta para los jóvenes y encerrado en un estilo de los sesenta para mi generación. ¿Luego, cuál es su espacio? Lo anacrónico. Mejor anacrónico que falso», sentencia.
El 13 de marzo (18.00) habrá un recorrido por la exposición, acompañada por el comisario, y el 20 de marzo (18.00), un encuentro titulado ‘Eguillor entre amigos’, en el que participarán Amaia Uranga, Begoña Zuaznabar, Luis Arana, La Otxoa o Pedro Olea.
El horario de visita es de martes a sábado, de 11.00 a 15.00 y de 16.30 a 20.00, mientras que los domingos y festivos, será de 11.00 a 15.00 horas. Entrada gratuita.
Ubicación
Sala Rekalde
Bilbo. Bizkaia