El consejero de Vivienda del Gobierno Vasco, sector PSOE, ha declarado que hacen falta viviendas y que el suelo para construir es escaso, y ha descubierto el Mediterráneo. La solución a tan acuciante problema, según Itxaso, es perder el miedo a construir en alto, lo que puede interpretarse tanto como que hay que llenar los montes circundantes de nuestros núcleos urbanos de cemento, o, que hay que hacer rascacielos a cascoporro, para regocijo de propietarios de suelo, constructores, promotores y diversas gentes que nadan en esas aguas de la especulación con algo tan imprescindible como la vivienda. Está claro que quieren que cabalguemos a galope tendido por el camino del modelo Benidorm.

En Ondarreta vuelven a maquillar el problema de las piedras por el sistema de quitarlas con la despedregadora. O sea, como siempre, por lo que es de prever que el resultado también será el de siempre: volverán a aparecer. Por cierto, que se dice que la proliferación de toldos se debe a que hay hoteles que ofertan habitación con toldo en la playa. ¿No será un subarriendo inconsentido de bienes de titularidad municipal?

En el veraneo donostiarra uno de los habituales visitantes era el autodenominado Caudillo acompañado de su esposa, apodada «La Collares» por su desmedida afición a todas las joyas. Se dice que los joyeros donostiarras hacían un fondo común para pagar a escote los pufos que doña Carmen dejaba todos loa años en el gremio. Y es que arramplaba con toda la tienda y ¡se le olvidaba pagar! Un clásico de la democracia orgánica.

Fuentes habitualmente bien informadas dan cuenta de que este rasgo de la personalidad se da también en Leticia Ortiz, temida ya en la llamada Milla de Oro de Madrid, donde se ubican la mayor parte de las tiendas de ropa de lujo a la que es muy aficionada, si no adicta. Todo lo que le enseñan le gusta y se lo lleva, y, como a Dña. Carmen Polo, ¡también se le olvida pagar! Cómo se nota que la consorte está donde está porque Franco lo dejó todo atado y bien atado.