Recordando a Neruda diría que esta noche podría escribir los artículos más tristes. Donald Trump, con su mensaje de millonario blanco y patriota, ha llegado a la Casa Blanca. Sorprende saber que su «triunfo» ha contado con los votos de grupos sociales a los que desprecia y contra los que va a legislar cada vez que pueda. La sorpresa no es nueva y, en EEUU, la ha explicado Bernie Sanders, un demócrata que se define a sí mismo como socialista. «No debería sorprendernos que un Partido Demócrata que ha abandonado a la clase trabajadora descubra que la clase trabajadora lo ha abandonado a él». El quid de la cuestión es por qué. El historiador Howard Zinn afirma que en encuestas de la década de los 80, un 65% de los americanos estaban a favor de «medidas políticas atrevidas», de izquierdas, que ni «demócratas ni republicanos estaban dispuestos a proponer». Dice la Historia que, en momentos de cambio, la desigualdad y el maltrato social propician monstruos salvadores como Trump o Milei. Y es que, ayudados por las nuevas tecnologías y sus magnates, estos tipos fomentan el analfabetismo ideológico, aprisionan la mente y normalizan la mentira capitalista. Y por volver a Neruda, alguien escribió en un muro perdido de alguna parte: «me gustas cuando votas porque estás como ausente».