Anjel Ordóñez
Anjel Ordóñez
Periodista

Coyunda jocunda

La cita electoral del pasado domingo ha dejado tras de sí tres o cuatro certezas y unas cuantas incógnitas. La primera evidencia es el avance de la extrema derecha, de forma llamativa en el Estado francés y Alemania, pero también en Italia, Austria, Bélgica y Hungría. Macron se ha visto obligado a convocar elecciones, cediendo así a la presión de Le Pen, y en Alemania Olaf Scholz han sufrido una derrota sin paliativos ante los conservadores de la CDU y con la ultraderechista Alternativa para Alemania en una alarmente segunda posición. En el Estado español, PSOE y PP mantienen en tablas su enquistada pugna, mientras que la división hace retroceder a la izquierda confederal y en el seno de la fachosfera aparece un nuevo fantoche, Alvise Pérez.

Ante este preocupante panorama, cunde la sensación de que Euskal Herria permanece al margen de la tendencia reaccionaria que sacude Europa. Cuidado. Desde luego, el respaldo de las opciones de obediencia fascista siguen siendo residuales, pero, por primera vez, al norte del Bidasoa la Agrupación Nacional de Le Pen se ha impuesto en 96 de los 160 municipios en los que competía. Es, cuando menos, inquietante.

En el sur, la tendencia soberanista de izquierdas sigue claramente al alza y se confirma la crisis del PNV, que concentra la mayor parte de las incógnitas. ¿Mantendrá su actitud altiva de eterno ganador, a pesar de que ha sido primera fuerza en apenas 60 de los 686 municipios vascos? ¿Seguirá Ortuzar al frente de una nave que hace aguas por una brecha que se ensancha con cada cita electoral? ¿A qué se refiere cuando anuncia una reflexión profunda y fecunda en el seno del partido? Imanol Pradales se convertirá el jueves en lehendakari, pero lo hará en virtud del enésimo pacto con el PSE que, desde luego, no es fruto de ninguna reflexión, ni fecunda ni profunda, sino de la necesidad de mantenerse en el poder sea como sea. Tampoco eso le funcionará. Ahora mismo, la estrategia jeltzale, más incluso que una huida hacia adelante, parece una espantada hacia ninguna parte.

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