«No he disparado en toda la guerra. Tengo que disparar, entrar en batalla. No quiero que mi familia piense que no quiero luchar. He tenido la mala suerte de estar vigilando cuando no pasaba nada y descansar lejos del frente cuando sucedían cosas. Los Peshmergas no tenemos miedo a la muerte» explica Orhan, joven kurdo mientras no quita ojo al pueblo controlado por el Estado Islámico que tiene delante.
«Quiero ganar la guerra pero participando yo» añade. El capitán Ibhan me explica que «un peshmerga ama la paz, pero sabe que tiene que hacer la guerra para tenerla». Acaba de venir de inspeccionar territorio del EI. Por lo que uno puede intuir que preparan un ataque y conocer el terreno es necesario.
En un inglés rudimentario Orhan me explica que en sus ratos libres con sus amigos juega a la Play Station. «Allí el francotirador siempre tiene donde disparar. Aquí no. Todo es más lento y aburrido». Hasta que las cosas se tuercen, pienso.