Viene del post anterior. Recomiendo leerlo antes haciendo click aquí.
Debido a lo poco seguro que era el lugar donde pernoctamos Ricard y yo, decidimos movernos a otro lugar. No sabíamos ni si había algún otro lugar para eso. Contactos en Bangui (la capital del país) nos dijeron que cuando tuvieron que desplazarse al lugar optaron por dormir en una casa de una ONG internacional que trabaja en la zona. Pero ya lo habíamos intentado el día anterior: "No somos un hotel!" dijo la voz al otro lado del teléfono antes de colgarnos. Cualquier lugar nos parecía mejor que aquella misión católica.
Decidimos tirar calle abajo (si es que a eso se le podía llamar calle) para probar suerte. Imaginaos por un momento a dos ovejas negras en un rebaño de mil blancas. Pues Ricard y yo éramos básicamente eso pero a la inversa. Hasta los perros callejeros nos ladraban por diferentes. Se sospechaba que el General Zoudenko (antiguo General del ejército Centroafricano que estaba en busca y captura y que se había convertido en una suerte de Coronel Kurtz de Apocalipse Now) está hospedado en esta zona y los Seleka eran fuertes y lo protegían ante cualquier peligro, incluso con su vida. Maturen ya nos dijo que no era buena idea deambular por las calles.
Ricard vio en una descolorida pared la palabra casi borrada de "Hotel" y a su lado la palabra "Chambres" (habitaciones en francés) más visible. Incluso podríamos decir que casi recien pintada. Decidimos entrar.
Cinco pasos, cinco, dimos dentro del Hotel. Cinco. Quizás las "chambres" desaparecieron hace tiempo y algún desaprensivo decidió pintarlo por gastar una broma pesada. Porque aquello de hotel o de hostal tenía poco. Era el cuartel general de la milicia de la Seleka. Unos diez hombres armados se nos quedaron mirando mudos. Nosotros a ellos también. Durante unos 10 segundos no hubo nadie que hablara. Se oia hasta el crepitar de las piedras por el calor. Pero en esos casos es bueno ir con Ricard (García Vilanova), que en esto de tener pericia en situaciones difíciles es un maestro.
Los miembros de la Seleka, que estaban tan sorprendidos como nosotros, nos preguntaron que qué hacìamos allí. Les contestamos que éramos periodistas y que estábamos buscando un hotel primero y luego al General Zoudenko para entrevistarlo para un canal inglés (lo cual era cierto). Al oír la palabra "entrevista" y "Zoudenko" les cambió la cara y una sonrisa apareció donde antes había un gesto de tensión (incluso diría que asco).
"Bienvenidos. Podemos haceros un hueco. Esto ya no es un hotel, es nuestro cuartel general de Bambari. Pero podéis dormir con nosotros" nos dice el Coronel Yousef "preguntaremos a nuestro General Zoudenko si acepta entrevistarse con vosotros".
Y así es, queridos lectores, cómo se encuentra uno queriendo ser hospedado por uno de los ejércitos paramilitares más violentos de África y teniendo la oportunidad de entrevistar a uno de los Generales en rebeldía más buscados del continente.
Al día siguiente apunté sólo una nota en mi cuaderno de viaje "Ricard me dijo que tenía una flor en el culo. Creo que yo también lo tengo".
Mañana os sigo contando.
En la foto: A la izquierda un soldado Seleka y a la derecha el Coronel Yusef vistos desde la entrada del Hotel en la "calle principal de Bambari" (si es que se le puede llamar calle a eso.