Beñat Zarrabeitia / Bilbo
Hace unos meses, el portal deportivo de EEUU Bleacher Report –elegida mejor web deportiva del año según Time- se preguntaba si una hipotética selección oficial vasca de fútbol podría ganar el Mundial de 2014 en Brasil. No cabe duda de que el equipo tendría un gran nivel, pero más allá de situaciones coyunturales respecto al potencial competitivo, la llegada de las navidades vuelven a hacer girar la atención deportiva hacia este tema.
Un año más, la selección de fútbol disputará su tradicional partido navideño y la sensación de absoluto agotamiento de un modelo invade a todo lo relacionado con el mismo. La atención se centra en un único deporte y en su vertiente masculina –también habrá partidos de la selección sub 18 de basket o de las dos de balonmano durante los próximos días- y en muchísimas ocasiones se habla más de cuestiones secundarias que de lo verdaderamente importante. Es evidente que siempre es mejor contar con el grupo deportivo más potente posible, pero están los que quieren estar y los que pueden, o que las bengalas, petardos y otras actitudes muy poco edificantes sobran y estorban.
Sin embargo, tal y como suele repetir Berri Txarrak “aurrera ez doana, atzerantz doa” –“el que no avanza, retrocede”- y eso es precisamente lo que ocurre respeto a la demanda de la oficialidad de las selecciones vascas. Una demanda que podría ser transversal, contaría con apoyo de personas de diferentes y multi identitaria. Cimentada sobre el respeto, la no imposición y la libre elección. Se parte de un derecho y reclamación apoyada por buena parte de la sociedad desde una visión diversa, pero dicha energía ha quedado debilitada por disputas en las que nadie ha ganado. Lo cual, en cierta medida, supone una derrota colectiva.
Es hora de dar pasos hacia adelante y asumir un fin de ciclo que afecta a la focalización en el fútbol, ha contado con una excesiva folclorización e incluso en los moldes, estilo y el discurso de reivindicación social. Hace falta cambiar, arriesgar e innovar fortaleciendo lo que une y solventando de manera acordada, imaginativa, novedosa e inclusiva lo que puede generar controversia. Ha llegado la hora de la gran sentada del deporte vasco.
Seguir dando vueltas en círculo, más aún en los tiempos de crisis económica que vivimos y que también afectan notablemente al deporte tanto de élite como a la base, no hace más que empeorar la situación y que la demanda pierda interés. Los efectos colaterales se suceden, uno de ellos es la desaparición del equipo Euskaltel-Euskadi. Escuadra de carácter privado, pero que de forma oficiosa representaba a la selección vasca a ojos del gran público internacional. La formación naranja era uno de los elementos de Nation Branding más rentables y positivos con los que contaba el país ante el mundo. Ese vacío va a ser difícil de llenar, pese a que los ciclistas vascos seguirán dando un gran nivel sobre la carretera. Era un elemento simbólico en lo deportivo y en ese sentido quedan muy pocos, salvo alguna excepción por todos conocida o el carácter de las aficiones de todos los equipos vascos de cualquier disciplina.
La participación de las y los deportistas y los puntos de unión, clave
Ha llegado el momento de la gran sentada del deporte vasco. Lo más positivo para dar un nuevo impulso a la reclamación de la oficialidad, el reconocimiento internacional de dicho derecho, y la puesta en marcha de mecanismos que beneficien en positivo respecto al rendimiento y disfrute de los deportistas. Y eso, inexcusablemente, se debe hacer desde, con y por las y los deportistas.
Sería conveniente la puesta en marcha de algún tipo de congreso, jornadas de participación, work coffee o herramienta similar para que las y los deportistas pudieran debatir abiertamente sobre el tema y ofrecer sus impresiones y soluciones respecto al tema. La preparación de unos guiones que aborden el deporte en su globalidad y comiencen a aportar soluciones reales, tangibles y prácticas. De una forma dinámica, participativa, aprovechando las plataformas y medios digitales existentes para recabar aportaciones y facilitar la intervención de aquellos que residen o compiten fuera del país en la actualidad. Unas iniciativas que deberían reparar tanto en lo global como en la particularidad de cada deporte.
En dicho proceso, entre otros, podrían participar las y los deportistas, ex deportistas, técnicos de élite y base, preparadores físicos y médicos deportivos, clubes, agentes federativos, gubernamentales o sociales, comunicadores y personas del ámbito del derecho. Consensuar actuaciones, poner en marcha planes estratégicos para cada disciplina y comenzar a vislumbrar lo que sería una estructuración general del deporte vasco deberían ser los ambiciosos objetivos.
El plano jurídico resulta muy importante por las siguientes cuestiones:
- El estudio de las posibilidades que existen en cada deporte, los ejemplos, casos de derecho comparado etc…
- Lo relacionado con posibles sanciones por negativas, la legalidad de las mismas o patrocinios etc…
- Mantinimiento en las Ligas -y la creación de competiciones propias-, que son entes privados y donde en el mundo no existen grandes problemas. Equipos de Canadá o Quebec en la NBA o NHL, equipos galeses en la Premier, el Mónaco en la Ligue 1, Australia jugando en la zona asiática o Israel en la europea.
- La creación de Fundaciones o Federaciones supraterritoriales en lo que respecta al marco actual y que podrían incluir a deportistas y entes de todo el país. Su articulación legal y práctica.
- La posibilidad de establecer convenios con otras Federaciones o entes para poder utilizar sus infraestructuras.
- La posibilidad de la creación de un Comité Olímpico Vasco con adscripción libre de los deportistas. El hecho de que las y los deportistas vascos pudiesen desfilar o competir bajo bandera olímpica o que en las disciplinas individuales puedan competir bajo bandera vasca de forma completamente legal, teniendo en cuenta que se representan únicamente a si mismos.
- ¿Quiénes podrían formar parte de las mismas y cómo? Las cuestiones familiares o las naturalizaciones cómo se podrían articular. Es decir, por ejemplo, ¿Alguien duda de que si él estaría dispuesto David Doblas no podría jugar en la selección vasca?
Infraestructuras
Es uno de los temas que más preocupa o daría quebraderos de cabeza a las y los deportistas son las posibilidades competitivas en un escenario de oficialidad. Es obvio que especialmente en los deportes con menos tirón mediático y ganancia económica, las becas son fundamentales en la actualidad. Y casi tanto como ellas es disponer de unas infraestructuras y medios técnicos adecuados para prepararse con garantías. Actualmente, la fuga de talentos es evidente, desde las disciplinas individuales hasta la marcha a otros lugares debido al desmembramiento económico de los equipos por la crisis. Situación que se convierte en más sangrante y silenciosa en el caso del deporte femenino. Habría que responder a qué infraestructuras hacen falta en el país, qué tipo de convenios se podrían articular con otras Federaciones o países –por ejemplo, Catalunya- y proponer la contratación de los mejores profesionales vascos y vascas para el tema. Es decir, quienes mejor que Nathalie Tauziat y Alberto Berasategi para comandar y estructurar el tenis o Almudena Cid para la gimnasia. Y si hicieran falta profesionales internacionales, buscarlos.
La falta de medios no puede ser un problema, partiendo de la base que los ejemplos deben ser otros países de pequeño tamaño y habitantes como pueden ser Eslovenia, Uruguay, Dinamarca, Noruega, Nueva Zelanda, Lituania o Croacia. Es decir, países todos de menos de seis millones de habitantes, que cuentan con gran tradición en algunos deportes, a los que les cuesta contar con muchas medallas en los Juegos Olímpicos, pero que consiguen destacar. Resulta obvio que en algunas disciplinas será complicado brillar por mera materia primera, pero habrá que estructurar las carencias actuales. Por ejemplo, está claro que un país de tres millones de habitantes es complicado que haya miles de personas que superen los 190 centímetros pero al menos habrá que crear “planes de altura” para ayudar a que las mismas se puedan convertir en jugadores de basket de cierto nivel.
El espacio del I+D+I es fundamental en el deporte y en ese sentido, se podría también abrir la reflexión, aportación y participación al ámbito universitario.
Agencia antidopaje
Estados como Italia, EEUU, Alemania, Grecia o el Estado español se han visto salpicados por graves escándalos de dopaje. Y, por desgracia, Euskal Herria no ha sido una excepción con casos o implicaciones conocidas por todos de deportistas o galenos en dichos asuntos.
Si bien es cierto que se han dado pasos en el tema, la creación de una agencia vasca antidopaje sería otro elemento importante respecto a la estructuración del deporte en el país.
Deporte en femenino
Maialen Chourraut, Maider Unda, Loiola Canales, el Bera Bera, el Athletic, la Real de Hockey, Leire Olaberria, Beatriz Recari, Carlota Ziganda, Ophelie Aspord, Irene Usabiaga, Lara Arruabarrena, Garbiñe Muguruza, Mirene Etxeberria… El deporte vasco, en la actualidad tiene nombre de mujer. Los éxitos más brillantes han sido cosechados por ellas durante los últimos tiempos. Sin embargo, en muchas ocasiones quedan completamente solapados u olvidadas excepto en las grandes citas. Y realidades que nunca salen a la luz como la precarización, invisibilización o el hecho de cómo encarar la maternidad en una etapa como deportista de alto nivel.
Hay que sumar otro elemento y es que muchas de ellas, debido a la anteriormente citada falta de infraestructuras o medios técnicos, se ven obligadas a tener que residir y entrenar fuera. Lo que además de distancia, puede incidir a desapego o mayor implicación fuera de aquí, debido a lo grupal y las ayudas obtenidas para alcanzar esas metas y sueños individuales. Otro de los riesgos de la fuga de talentos. En otros casos, su marcha para poder competir y vivir de forma profesional ocurre en absoluto silencio, como puede ser el caso de las jugadoras de balonmano Zulai Agirre o Naiara Egozkue a Noruega y Alemania.
El deporte femenino necesita una reflexión propia, en femenino, y también de una discriminación positiva en lo social, económico y comunicativo se refiere. Y en lo simbólico también, segundas indumentarias de color morado con el valor añadido que significa la defensa del respeto a los derechos de las mujeres sería un valor añadido de carácter constructivo.
Por último, señalar que, por ejemplo, el partido entre Euskal Herria y Eslovaquia de junio de 2012 resultó una experiencia bastante más atractiva en muchos planos que algunos de los disputados por el equipo masculino en los años anteriores.
Deporte paralímpico
Son muchos los éxitos cosechados por las y los deportistas vascos en los Juegos Paralímpicos, con auténticas leyendas como el nadador Richard Oribe, pero únicamente sus necesidades o situaciones son atendidas cuando llega la gran cita de los cinco aros. Atender a sus demandas y su aportación en este sentido también debe de ser necesario. Y en su caso, lo referido a las infraestructuras o preparación adquiere aún más importancia. Su ejemplo social también debería ser proyectado.
Código ético de valores y comportamiento
Unido a lo anteriormente mencionado respecto al dopaje o los derechos de las mujeres, la creación de códigos de comportamiento y valores en el deporte. Un aspecto en el que se podría involucrar la comunidad educativa y asociativa para ser un decálogo claro y de actuación especialmente en los deportes escolar y base.
Formulación práctica
Es evidente que las estas reflexiones o consensos deberían de acompañarse de lo práctico, de la competición, que es precisamente lo que desean los deportistas. De hecho, podrían involucrarse también en la organización o propuesta de las mismas, desde torneos a pruebas de un día. Existentes o nuevas.
Espacio simbólico
Durante los últimos años se han perdido también muchas fuerzas en elementos simbólicos como puede ser el himno. Lo cierto, es que más allá de cuestiones oficiales e instituciones o apego social de algunos sectores sociales sobre determinadas canciones, lo cierto es lo que mejor sería innovar y buscar puntos de encuentro.
Mirar a la sociedad y ver qué es un himno aceptado dentro de la sociedad vasca, por encima de diferentes opciones políticas concretas. Por ejemplo, viendo que ya ha sido empleado en los derbis de rugbi en Iparralde, el “Hegoak” de Laboa podría ser una buena opción. Es aceptada y emotiva para la mayoría de la sociedad, es muchísima más gente la que la conoce que la que no y, sobre todo, une. Además, al igual que hacen en Escocia, podría ser interpretada por voces de sobra conocidas antes de las competiciones, lo que llevaría a la implicación de otros sectores en el tema.
Lo que no puede ser es que suene un himno entre pitidos, que pertenece a una formación política concreta y no es nada conocido, o que como alternativa se propongan otros que no gozan de consenso o directamente no se los sepa nadie.
Otro elemento simbólico es la visualización del equipo, cogido de la mano, abrazado, de la cintura… La innovación, diferenciación y estética en un momento tan simbólico es de vital importancia. Y si no, que lo digan a las selecciones de Nueva Zelanda y su conocida danza haka.
Museo
El deporte vasco y su historia cuentan con poca documentación conjunta, si exceptuamos a las grandes instituciones. La división territorial y administrativa o los oscuros 40 años de franquismo no ayudan, pero en los últimos 35 años tampoco se han puesto los medios suficientes para ello. Y es que, es relativamente poca la gente que conoce las hazañas de Borotra y su rivalidad con Lacoste –sí, el cocodrilo-, que la primera victoria en la general del Tour fue para Roger Lapebie, que el bilbaíno Ignacio Sola fue récord olímpico en México 68’, las leyendas que son Zubieta o Langara en Sudamérica o lo importante que fue Belén Azpeitia para el atletismo vasco.
Documentación visual y tecnológica de la historia del deporte vasco en forma de museo sería un gran paso para que el deporte vasco contase con otro espacio de referencia simbólica.
Asimismo, cuestiones históricas de relevancia podrían adherirse al currículum educativo tanto en lo local como lo global.
Para finalizar, este texto simplemente pretende ser una aportación en positivo para impulsar una demanda social amplia pero donde los topes de un modelo se hacen cada vez más claros y frustrantes. Toca innovar en positivo, el deporte es uno de los elementos más importantes que existen en la actualidad para generar Nation Branding o Soft Power, por lo que una buena organización y comunicación pueden ayudar mucho a conseguir que dichas metas se conviertan en realidad. Materia prima hay para que la pregunta de Bleacher Repor se convierta en realidad y lo haga en varios deportes.