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El joven surfista senegalés Djibril posa para un retrato en la isla de Ngor.
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Surfistas se toman un descanso al sol.
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Un joven surfista senegalés se acerca al mar con su tabla en la isla de Ngor.
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Surfistas se ajustan sus neoprenos antes de subirse a sus tablas.
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Pape Diouf pone a punto una tabla, difícil de conseguir en Senegal. Por eso se reciclan las viejas.
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Jóvenes entrenando en la misma playa, antes de entrar al agua.
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Instalaciones utilizadas poor los surferos.
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Un grupo de surfistas comparten un plato local llamado thieboudienne.
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Pape Diouf, lijando una tabla.
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Una surfera, dirigiéndose al agua.
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Pequeño de corta edad, ultimando detalles antes de entrar al agua.
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Un surfista senegalés se estira antes de subirse a la tabla.
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Las orillas se convierten en puntos de encuentro animados de jóvenes aficionados al surf.
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La costa de Dakar acoge olas muy apreciadas en el mundo del surf.
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La prometedora Ismaila Samb, en una de sus sesiones.
Eli Txapartegi

Los jóvenes de Senegal, esperando la ola

La cultura del surf se ha disparado en los últimos años en Dakar, donde los jóvenes pasan horas entrenándose en una costa idónea para la práctica de esta actividad. Dicen que viene una generación que promete y que busca patrocinadores que los ayuden a demostrar su calidad. Esperan la ola.

Retrato de un surfista (FOTOS: (Fotos JOHN WESSELS/AFP)
Retrato de un surfista (FOTOS: (Fotos JOHN WESSELS/AFP)

Dakar ha experimentado un auge del surf en sus costas, tanto por parte de surfistas de otros países que conocen sus famosas olas como de jóvenes senegaleses que en cuanto pueden se echan al agua y que buscan patrocinadores a quienes demostrar sus cualidades. Para ello, aprovechan al máximo las tablas viejas y no dejan escapar cualquier oportunidad para surfear una de sus olas más famosas y apreciadas: Ngor Right. Por eso hablan de una nueva ola de Dakar, la de la joven esperanza del surf senegalés, que está esperando la ola.

Las primeras Surf Camps surgieron hace dos décadas. Hasta entonces, para conseguir una tabla, los locales sin recursos practicaban el trueque con los surfistas extranjeros que se acercaban hasta allá, conocedores de las características de las olas de Dakar, una de las zonas más populares para el surf en África Occidental.

De septiembre a marzo se puede surfear sin problemas en la costa senegalesa –dicen que noviembre y febrero son los mejores meses– pero fuera de temporada también es posible. Pese a que entre abril y septiembre se alarga el período de precipitaciones, habitualmente no llueve más que media hora y, además, una brisa ligera acaricia siempre la costa en período estival.