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Música y salud mental, las notas falsas ya no son un tema tabú

Stromae rompió un tabú con su canción ‘L'enfer’: la depresión nos afecta a todos, incluso a un cantante de éxito, una profesión vocacional que a veces se convierte en una trampa. Los estudios sobre salud mental realizados en el Estado francés en el sector de las artes escénicas son preocupantes.

Stromae en una fotografía de archivo. En verano actúa en el BBK Live.
Stromae en una fotografía de archivo. En verano actúa en el BBK Live. (AFP)

«Du coup, j'ai parfois eu des pensées suicidaires / J'en suis peu fier» (De repente, a veces tengo pensamientos suicidas / No estoy muy orgulloso de eso), cantaba recientemente Stromae en el informativo de la cadena francesa TF1, en pleno horario de máxima audiencia. El vídeo dio la vuelta al mundo. El artista volvía a escena después de superar una depresión.

El músico belga ya lo había vaticinado antes: «Aunque vendamos sueños, sigue siendo una profesión y, como en cualquier profesión, cuando trabajamos demasiado, llegamos al agotamiento». Las declaraciones las hizo en 2018 en el canal France 2. Ahora, recuperado, arranca este mes una nueva gira que le traerá al BBK Live de Bilbo en 8 de julio.

Pero respecto a este tema que todavía es tabú, la palabra ‘depresión’ ha comenzado a liberarse y a salir a la luz en la industria de la música a raíz de los álbumes, editados muchos de ellos a modo de terapia, por superestrellas como Adele, Billie Eilish o Bruce Springsteen.

La cantante Irma (nacida en Camerún, residente en el Estado francés y también conocida en Alemania) se confesó a la agencia AFP en 2019: «Cuando la gira acaba, te dices ‘¿para qué sirvo yo?’. En medio de todos los instrumentos, te sientes perdida. Esta vida no es real». Ella tuvo que tomarse un descanso antes de volver con un nuevo disco.

«Una gira es una momento en la vida extraordinario, y volver a casa resulta muy complicado», reconoce también Suzanne Combo, delegada general del Gam (Gremio de Artistas por la Música, en el Estado francés).

Lanzar un disco «atrae mucha atención, presión, juicios y críticas. Hay que prepararse para ello y evitar en lo posible las redes sociales», añade el cantante de folk inglés Frank Turner.

Más depresiones que el resto de la población

En el Hexágono, Gam y el colectivo Cura (salud de los artistas y profesionales de la música) preparan la segunda parte de una encuesta sobre la salud mental en el sector de la música, cuyos resultados se esperan para abril. La primera entrega se tituló ‘Una industria de entusiastas bajo presión’.

En los últimos años, este tipo de estudios se han multiplicado en todo el mundo. El de la Universidad de Westminster mostró que el 70% de los músicos ingleses se encuentran en situación de malestar sicológico (tres veces más que la población británica en general).

La asociación francesa Insaart (instituto de atención y apoyo a artistas y técnicos) acaba de revelar unas cifras que resultan muy preocupantes. El estudio se realizó entre octubre de 2020 y marzo de 2021 en el sector de las artes escénicas, con respuestas proporcionadas principalmente por el sector de la música (el 45%, frente al 25% del sector de teatro/circo, por ejemplo).

El estudio es relativo tanto a artistas como a otras profesiones, técnicas o administrativas, del sector: «El 72% de los encuestados presenta un estado depresivo frente al 12% de la población francesa en general durante el mismo período», podemos leer. «Y el 15,9% de los encuestados reconoció haber tenido pensamientos suicidas el mes anterior en comparación con el 10% de los franceses en la población general».

Factores y riesgo

«Con el pretexto de que la música es una profesión vocacional, nos vemos obligados a estar como agradecidos. Y tenemos que apoyar todo. Y eso puede convertirse en una trampa», explica la psicóloga Sophie Bellet, una de las autoras del estudio de Insaart. Ella también es manager de artistas.

A esto se le unen giras y promociones sin fin, trabajo de jornada completa, de día y de noche para los técnicos. Sin olvidar el contexto festivo y nocturno, que conlleva trastornos del sueño y tentaciones de todo tipo. «El alcohol y las drogas son factores que aumentan los riesgos para la salud mental», añade la AFP la psiquiatra Emma Barron, otra pieza clave de Insaart.

En Au Fair, asociación francesa de apoyo a artistas emergentes de la música contemporánea, dicen estar atentos a la «carga mental» que puede pesar sobre los talentos en ciernes, como explica su director, Julien Soulié: «Con el Gam, Cura y el Insaart hay herramientas, sabemos a dónde acudir».

El Insaart, que trabaja con voluntarios, ahora espera sensibilizar, recibir apoyo y llegar más lejos dotándose, por ejemplo, con una oficina móvil que se instalaría cerca de salas de espectáculos o festivales.