La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que la pandemia de covid-19 y la guerra han afectado a la inmunización sistemática de la región europea, lo que ha provocado un retroceso en la cobertura de inmunización en varios países y ha dejado a miles de niños en riesgo de contraer enfermedades prevenibles por vacunación.
En este sentido, el director regional de la OMS para Europa, el doctor Hans Henri P. Kluge, y la directora regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) para Europa y Asia Central, Afshan Khan, han mencionado los brotes de poliovirus de origen vacunal en Tayikistán y Ucrania, y ahora en Israel.
«Las medidas eficaces de respuesta al brote en Tayikistán, que incluyen la intensificación de la vigilancia de la poliomielitis y tres rondas de inmunización suplementaria de todos los niños menores de 6 años, han interrumpido con toda probabilidad la transmisión del virus en el país», han asegurado.
Sin embargo, se muestran preocupados por que el virus siga presente en Ucrania. Una campaña nacional de vacunación para proteger a 140.000 niños no vacunados en todo el país se interrumpió apenas unas semanas después de su lanzamiento, el 1 de febrero de este año, debido al inicio de la guerra.
«La crisis humanitaria que sigue desarrollándose en Ucrania se ha cobrado un trágico tributo en materia de salud y bienestar. Los servicios de salud, que ya estaban sometidos a una gran presión por la Covid-19, se han visto obligados a trabajar más allá de su capacidad. Uno de los muchos efectos graves y a largo plazo ha sido la interrupción de la inmunización en el país», resume Kluge.
Algunos casos
Así, cada día que pasa sin que se reanuden los servicios interrumpidos o sin que los niños desplazados tengan la oportunidad de ponerse al día, aumenta el riesgo de circulación de la poliomielitis, de brotes de otras enfermedades infantiles y de una mayor propagación del covid-19.
«La aparición de estos brotes es un duro recordatorio de la fragilidad que hay en nuestras comunidades cuando tenemos poblaciones no vacunadas o insuficientemente vacunadas», sostienen los directores generales de los dos organismos de las Naciones Unidas.
Tal y como recuerdan, al prevenir la enfermedad, la vacunación evita el sufrimiento y la carga económica del tratamiento médico, actúa como primera defensa contra la resistencia a los antibióticos y evita efectos debilitantes de por vida que repercuten en las oportunidades sociales y económicas. «No se puede subestimar el efecto colectivo de la vacunación generalizada en su contribución a la estabilidad económica, la equidad social y la calidad de vida en general», defienden.
Por ello, inciden en la importancia de «no dejar a nadie atrás» y aplicar «plenamente» la Agenda Europea de Inmunización 2030, una visión y una estrategia adoptadas por todos los Estados miembros para la próxima década. «De todos nosotros depende que los beneficios de las vacunas estén disponibles para el bien de todos», concluyen.