El macizo de Iparla, que destaca por su vertiente oriental, es un gran murallón con espectaculares farallones de ruiniformas que une Bidarrai con el puerto de Ispegi. Desde ambos puntos se desarrollan soberbias ascensiones hasta la cima principal de la cordillera, conformada por nueve cumbres. Sin embargo, hacia occidente, la montaña es totalmente diferente. Cae hacia el barranco de Urritzate, el valle secreto, con una larga ladera herbosa en un principio y selva a partir de los 800 metros.
Esta ladera es la gran desconocida para ascender hasta su espectacular cordal cimero, un mirador insustituible sobre cimas y collados de Euskal Herria. Para ello el montañero iniciará la excursión en el aparcamiento del caserío Bassassagar, último, antes de descender a la confluencia de los valles de Urrizate y Aritzakun, donde se encuentra la venta de leyenda Sumusaa y que es un excelente mirador hacia la pirámide de Irubelakaskoa y Peñas de Itxusi. Justo a la izquierda, nace un ancho camino que directamente y sin descanso trepa entre terreno herboso hacia el cordal cimero.
Pasará por el col de Lacho, donde una borda en ruinas y una estela son referencia y alcanzará el montañero la línea de los altos a 815 metros donde el camino de cresta progresa sobre el mirador cimero siguiendo las bandas rojiblancas del GR 10, travesía Pirenaica. Desde aquí, la ascensión hasta la cota principal es un espectáculo inolvidable. Antes superará las cotas Talatze y Larrate y el mojón fronterizo 90 y cerca una cruz memorial, que es el col de Iparla, y antes de los últimos 100 metros de dura subida. La cima es punto de un merecido descanso porque la ascensión, que es la más corta de todas las que se completan desde diferentes inicios, es, sin embargo, intensa y exigente y pide que el excursionista disfrute con un dilatado paisaje.
Para los deportistas a la antigua usanza, cuando éramos jóvenes y a la cima ascendíamos y bajábamos por el mismo itinerario, la propuesta de regresar por la misma ruta es una buena sugerencia y puede variarse un poco utilizando un sendero más rápido con círculos naranjas que se desarrolla algo más debajo de los altos.
Pero para rizar el rizo, y solo para deportistas experimentados, proponemos una desconocida vía de regreso, una circular por el valle escondido de Urritzate, que es un barranco perdido en salvaje naturaleza que se desarrolla entre los macizos de Gorramendi-Irubelakaskoa al Oeste e Iparla al Este. En su cuenca un caudaloso y ruidoso rio, el Urritzate, que recoge aguas de arroyos que descienden brincando por ambas laderas, circula hasta desembocar en el Errobi/la Nive en Bidarrai.
Siguiendo su cauce, un precioso camino de tierras rojas une Bidarrai con Erratzu por el collado Meaka. Para llegar a él desde Iparla, iniciamos la marcha en descenso hacia Ispegi, paralelos al cordal cimero. A la altura de la siguiente cota con un gran mojón de piedras y a la derecha observarán los montañeros un claro espolón despejado cuya cota se denomina Kastegi. Hay que llegar a la cima e iniciar el inclinado descenso por el perfil, entre denso bosque, hasta llegar al valle de Urritzate, donde se encuentra el buen camino. Ahora los deportistas cerrarán el circuito, caminando en un continuo pero suave tobogán a la dcha hacia el Norte, camino de Sumusaako borda.
Este valle es como una selva, recóndito, solitario, profundo, de pura belleza virgen. El camino, por la ribera derecha, sumergido en el bosque, va tanto al lado del río como por encima. Es en los últimos compases, cuando el terreno se despeja, cuando lucen con todo su esplendor las paredes de Irubelakaskoa, que ha perdido su perfil piramidal y especialmente Eskieta, que con Itxusi cerrando el horizonte forman un lienzo mágico. El camino se trasforma en pista en las cercanías de la granja de Martikoten, pero una senda la evita por la izquierda, la recupera, y de nuevo ya cerca de Sumusaa, un sendero a la derecha, acerca rápidamente a los montañeros hasta el aparcamiento de Bassassagar, fin del “bucle”.