Sergio Iglesias
Entrevista
Itsaso Petralanda
Reponsable de Comunicación de Dimetaleroak Kultur Elkartea

«Queremos recuperar el espíritu de las primeras ediciones del Dimetal»

Tras el parón obligado por la pandemia, Dimetaleroak Kultur Elkartea presentan una nueva edición del Dimetal Fest. En esta ocasión, será en formato reducido, intentando recuperar la esencia y el espíritu de las primeras ediciones. La cita es el 24 de setiembre.

Itsaso Petralanda.
Itsaso Petralanda. (Raul Bogajo | Foku)

Para comenzar, cuéntenos cómo y cuándo se les ocurre esta locura de poner en marcha un festival de metal en Dima.

Pues, como todas las ideas un poco locas, esto surgió tomando unas cervezas en un bar. Un día estábamos unos cuantos a los que nos gusta el heavy en la terraza de un bar y Rubén, que es el actual presidente de la asociación, dijo que teníamos que hacer algo y, poco a poco, la cosa se fue liando, decidimos tirar para adelante, y así empezó todo.  

¿Cuáles eran los objetivos que se marcaron cuando pusieron en marcha el Dimetal?

Queríamos diferenciarnos de los demás y no ser solamente un festival de música, y por eso hicimos más cosas como las charlas, el ‘metal poteo’ para incluir a los bares en el festi, o la comida popular. Para llevar a cabo las actividades contamos con el resto de asociaciones de Dima, porque el Dimetal siempre ha sido desde el pueblo y para el pueblo. Aunque, a decir verdad, en 2019, hay que reconocer que perdimos un poco ese espíritu, y la pandemia ha servido para hacer autocrítica, reflexionar y pensar hacia dónde queremos ir, rearmándonos para empezar otra vez desde cero y recuperar la esencia de aquellos primeros años.

¿Y cuál cree que fue el momento clave que puso el Dimetal en el mapa de los grandes festivales?

Fue muy importante cuando en la tercera edición vino Su Ta Gar a tocar y el festival ya se convirtió en algo más serio, ya que incluso se pusieron autobuses desde Gasteiz para venir y a  la gente le gustó el pueblo y el ambiente porque vieron que era algo diferente. A partir de aquello, entró gente nueva en la organización con muchos contactos y, en mi opinión, se profesionalizó demasiado la cosa y se perdió un poco la esencia inicial.

¿Hay todavía suficiente cantidad de público heavy en Euskal Herria para seguir manteniendo un festival del género?

Sí. De hecho, este año me está escribiendo mucha gente interesándose por el festival. Aunque es cierto que ya peinamos demasiadas canas, todavía hay público, sobre todo en el norte, o más abajo en sitios muy concretos, como Valladolid, Albacete, Murcia…

También es verdad que, por la zona de Bilbao y alrededores, el movimiento heavy está perdiendo fuerza en beneficio de ciudades como Burgos o Iruñea, con lo que se hace en la sala Totem. A mí me da muchísima pena ir a Santana 27 a ver, por ejemplo, a un grupazo como Dark Tranquillity y que estemos 30 personas… pero mirando lo positivo, se están trayendo grupos interesantes a la Groove y también es de destacar la apuesta que se hace, año tras año, en la Muestra de Aste Nagusia en Bilborock. Pero en Bilbao y alrededores somos muy comodones, no nos importa pagar 100 euros para ir a Madrid a ver a los Maiden, pero no queremos pagar 5 euros por una banda que no conocemos. Otro de los grandes problemas que hay es que los mayores no se retiran.

¿Y existe relevo generacional para esas bandas veteranas?

Sí, pero no les damos espacio, y por eso acaban quedándose como grupos de garaje. En nuestra asociación, de hecho, ahora hay dos chavalillos de veintipocos años, gente que está dispuesta a moverse para tocar y para ver música. Lo que pasa es que los viejos no nos queremos retirar porque pensamos que el mundo se acaba si nos vamos y, al final, no dejamos espacio a estas nuevas generaciones, que también pueden traer nuevo público.

Otra de las características del Dimetal es que siempre traéis grupos de diferentes estilos dentro del género del metal o el heavy. ¿Cuesta confeccionar carteles tan variados que dejen satisfecho a todo el público?

Siempre buscamos esa variedad, porque no hacerlo sería un suicidio, y por eso se busca que haya de todo, dentro de unos límites, porque no vas a ver nunca en Dimetal, por ejemplo, a Shakira (risas).

Dentro de esa variedad, intentamos dar voz a todas las bandas que están empezando, también va a haber siempre bandas en euskera y, aunque este año no ha sido posible, siempre intentamos que en el festi haya representación femenina.

Hablando de esto, ¿sigue habiendo machismo en el mundo del rock en general, y en el del heavy en particular?

En mi caso particular, yo solo te diré que en el Dimetal ha habido momentos en que me he sentido infravalorada y desplazada.  

Centrándonos en esta próxima edición, ¿cómo se ha confeccionado el cartel de este año?

Pues mira, lo de Soziedad Alkoholika ha sido porque Rubén se empeñó en ello, una “rubenada” en toda regla (risas). Así que S.A. serán el cabeza de cartel y esperemos que la fama y el nombre de la banda se refleje en la asistencia de público; también estará otro grupo legendario como Leize, y Elbereth y Herra, que tenían muchas ganas de tocar en el Dimetal, dos bandas muy buenas que se merecen estas oportunidades.

¿Con cuánta gente cuentan para llevar a buen puerto el evento?

Ahora mismo, en la organización estamos un total de seis personas, pero no estamos solos, pues contamos con muchos apoyos familiares y externos, ya que el pueblo está volcado con el festival desde que les explicamos que se va a recuperar la esencia de los primeros años.