Hablábamos en el anterior número de 7K sobre las dificultades para la constitución de la Cesta Básica Alimentaria oficial, así como de las controversias surgidas ante la propuesta del Gobierno español. Lo cierto es que todas las cadenas de supermercados han elevado sus precios y los consumidores nos vemos cada vez más apurados para llenar nuestras neveras y es que lo que varios organismos han considerado como la cesta o compra básica, ha subido más de un 10% desde el pasado año, siendo esta subida la mayor ocurrida en treinta años.

Lo más preocupante es que el IPC de los alimentos más saludables de la canasta de la compra se ha incrementado muchísimo desde este verano en comparación con los alimentos ultraprocesados. Esto significa que en los hogares con más bajos recursos, la tendencia será llenar el carro con estos productos, de escasa calidad nutricional, y que constituyen, debido a su composición nutricional, un riesgo de padecer enfermedades crónicas.

Esto es lo que muestra esta revisión sistemática y metanálisis de 2021 que investigó la asociación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y el riesgo, la morbilidad y la mortalidad de enfermedades no transmisibles. El estudio demostró que el consumo de alimentos ultraprocesados se asoció con un mayor riesgo de sobrepeso, obesidad, obesidad abdominal, mortalidad por todas las causas, síndrome metabólico y depresión en adultos. Además, su consumo se asoció con enfermedades cardiometabólicas, fragilidad, colon irritable, dispepsia funcional y cáncer (de mama y general) en adultos, así como con síndrome metabólico en adolescentes y dislipidemia en niños.

En efecto, los mayores incrementos se producen en los aceites, como el de oliva (>50%), cereales como la pasta (>50%), el arroz (>2%), las legumbres y hortalizas (>4%), los huevos (>1%) y la carne, cuyo precio ha aumentado entre un 1% y más de un 2%, especialmente la de pollo. Por último, desde mayo, el litro de leche entera UHT ha subido más de un 10% y el queso más de un 1%. Sin embargo, cabe señalar también, aunque en sentido contrario, la bajada de los precios de algunas frutas, concretamente las cerezas, la fruta que más bajada ha experimentado respecto a 2021 al igual que el kilo de ciruelas que está un poco más barato que hace un año.

Sin embargo, desde el Ministerio de Consumo nos insisten, y hacen bien, en que nuestra dieta se componga de un 50% de frutas y vegetales, un 25% de cereales y un 25% de proteínas y nos recuerdan que las legumbres y frutos secos son fuente de proteínas saludables. Entonces, si los alimentos recomendados para una dieta saludable, nutritiva y sostenible son los que tienen los precios más desorbitados, ¿qué podemos hacer?

Las recomendaciones ante esta situación son:

1. Planificación: Hay que intentar no visitar el supermercado sin una lista de la compra previa, donde figuren los alimentos que se necesitan para las comidas del día. Para ello, no está demás hacer un listado de las comidas/cenas de cada día.

2. Otro truco está en comprar poco y con frecuencia. De esta forma no solo nos limitamos a comprar lo estrictamente necesario, sino que también evitamos que la comida se desperdicie.

3. Podemos, además, invertir en alimentos de calidad nutricional no perecederos y que, al cocinarlos, cundan más. Las legumbres por ejemplo son una excelente opción, pues aunque hayan subido de precio, un kilo de las mismas nos puede dar para ocho raciones que si, además, combinamos con un poco de arroz, lograremos un plato nutricionalmente completo, por lo que no sería necesario añadir ningún segundo.

4. También alimentos cuyo contenido en fibra (verduras, frutas y legumbres) nos ayuden a incrementar la saciedad.

5. Y por último, respecto a las técnicas culinarias, en vez de usar tanto horno que incrementaría nuestra factura de la luz, también se puede recurrir a cocciones tristemente pasadas de moda como son los guisos. De esta manera, también podemos cocinar platos únicos, nutricionalmente más completos como guisos con base de verduras y patatas.