Amaia Ereñaga
Erredaktorea, kulturan espezializatua

3, 2, 1... Les't Go BBK Live!

Con ropa muy fresca y multicolor, viseras o sombreros de paja; acarreando mochilas o maletas, zapatillas para aguantar el trote y, en la muñeca, la pulsera multicolor que sirve de ‘llave’. La mara festivalera ya ocupa Bilbo en la otra gran cita del fin de semana: el festival BBK Live.

Preparativos en el escenario principal, en un Kobetamendi que espera el aluvión de público esta tarde.
Preparativos en el escenario principal, en un Kobetamendi que espera el aluvión de público esta tarde. (Oskar MATXIN EDESA | FOKU)

San Mamés, y la cola va creciendo según van pasando las horas. No en vano, el estadio es uno de los tres puntos –los otros son la sala BBK, en la Gran Vía, y el BEC– donde se recogen las pulseras que permiten acceder a Kobetamendi, a la edición 17 del BBK Live. Si no canjeamos el bono o la entrada por una pulsera, estamos perdidos. También tienen habilitado el sistema cashless; es decir, que los pagos del festival (merchandising, comida y bebida) se hacen con la pulsera. Aquí la pulsera es vital.

Hay ambiente festivalero en la capital vizcaina, donde se ve ese look tan variopinto y, a la vez, tan identificable de los asistentes a los grandes festivales. Si en Sanfermines dominan el blanco y el rojo, aquí no hay un único color, pero sí una especie de outfit muy específico que tiene que servir tanto para aguantar las cambiantes situaciones atmosféricas –torrarse de calor o calarse con la lluvia, básicamente– como para lucir palmito, y, a la vez, tiene que ser lo suficiente duro como para aguantar horas de baile, saltos, conciertos o ir de aquí para allá siguiendo la música.

 

Colas en San Mamés. (Oskar MATXIN EDESA / FOKU)

 

Con las entradas del sábado agotadas y últimos bonos a la venta, el festival se prepara para acoger a cerca de 100.000 personas, que se dice pronto. El tope de aforo es de 120.000 personas, y el año pasado rondaron los 115.000. Este, el de la edición número 17, rondarán las mismas cifras.

En el monte Kobetamendi, horas antes de la apertura de puertas (este jueves, a las 17:00), se está trabajando hasta el último minuto. Las bandas, que están ya en la ciudad, ultiman las pruebas de sonido. Entramos en el recinto en una visita para los medios de comunicación y no se puede grabar sonido ni contar lo que hay sobre el escenario; es lo habitual. No se puede adelantar nada, solo que suena y se ve potente.

Este año el recinto se ve diferente, más vegetal se podría decir. Ha crecido en metros (1.800 metros de espacio que se han ampliado para restauración, con la inclusión de la cervecera) y luce verde. Es cierto, han desaparecido las lonas en los laterales de los siete escenarios. En Nagusi, el principal, el andamiaje luce una bonita cubierta vegetal natural, formada por ramas de árboles. Incluso el escenario Txiki luce casi integrado en el paisaje, porque por detrás no tiene nada, solo monte.

Imagen del lobo, icono del festival, y el festival principal al fondo (Oskar MATXIN EDESA / FOKU)

 

A un lateral, la escultura de un lobo, icono del festival, que ha sido creado por el artista portugués Bordalo II con material reciclable. La apuesta va de tender hacia la sostenibilidad, es el mantra de esta edición del BBK Live. No es de extrañar, porque mover a esta cantidad de gente tiene un coste ambiental que inevitablemente hay que reducir y mitigar: 3 euros de cada entrada, por ejemplo, se dedican a la reforestación de Balmaseda, recalcan. «El 90% del plástico desaparece del festival», añade la promotora. Son numerosas de las medidas que se han tomado.

En lo musical, hay una novedad: la torre de sonido central del escenario principal ha desaparecido. En su lugar hay dos laterales, mucho más bajas, al estilo de los festivales americanos, que permiten una mayor visibilidad. También se ha bajado la altura del resto de las estructuras del recinto.

«Queremos crecer en calidad y en experiencia», apuntan los responsables de Last Tour, la promotora de este macrofestival que ha ido evolucionando con el tiempo en lo musical y en número de asistentes, tirando siempre de algo que lo hace especial frente a otras citas de este estilo: el espacio donde se desarrolla, en una especie de auditorio natural verde que domina Bilbo. Más de 400 periodistas acreditados llegados de más de 20 países como Australia y Estados Unidos para cubrir lo que estos tres días acontezca en la capital vizcaina, conciertos por toda la ciudad estos días... ¿Qué más se puede pedir?

3, 2, 1 y la apertura de puertas es a las 17.00, a partir de ahí, cada uno que se haga su festival. Este jueves, las principales citas son con Florence + The Machine (22.40) y The Chemical Brothers (01.40). Las críticas y las fotografías de todo el festival, como siempre en NAIZ.