El preocupante consumo de bebidas energéticas entre menores abre las puertas a su regulación
Una lata de bebida energética contiene tanta cafeína como dos cafés expresos y más azúcar que la cantidad diaria recomendada por la OMS. Profesionales médicos han alertado del problema que suponen este tipo de refrescos, en especial para los menores, que cada vez los consumen con más frecuencia.
Las bebidas energéticas o energizantes se han destapado como un gran peligro contra la salud, especialmente la de niños y adolescentes que las consumen de forma habitual. Los altos niveles de azúcar o cafeína pueden provocar graves problemas y desajustes en los menores, por lo que ahora, tras la voz de alarma dada por profesionales médicos y progenitores, varias comunidades autónomas españolas han iniciado los trámites para su regulación.
Según datos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesma), una lata de 500 ml de bebida energizante contiene 160 mg de cafeína o, lo que es igual, la misma cantidad que dos cafés expresos. «El consumo de más de 60 miligramos de cafeína en adolescentes de 11 a 17 años puede provocar alteraciones del sueño. A partir de 160 miligramos de cafeína, puede provocar efectos adversos generales para la salud: efectos psicológicos y alteraciones comportamentales y trastornos cardiovasculares», avisa este organismo.
Además, hay que tener en cuenta también sus niveles de azúcar, que Aesma sitúa entre 55 y 60 g para las latas de 500 ml. Por tanto, tomar medio litro de estas bebidas ya superaría la ingesta diaria de azúcar recomendada por la OMS, situada en los 50 g.
Esta situación preocupa tanto a profesionales como a grupos de padres y madres. El Grupo de Trabajo de Nutrición de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha recordado recientemente que las bebidas energéticas contienen una gran cantidad de azúcares y, por tanto, «aumentan el riesgo de desarrollar sobrepeso y obesidad». Además, atendiendo a la cantidad de cafeína que contienen, «su consumo se asocia a alteraciones del sueño e incluso a efectos psicológicos y alteraciones del comportamiento, así como trastornos cardiovasculares».
Además, la SEE alerta de que las bebidas energizantes pueden llegar a causar dependencia física, y de que su consumo combinado con alcohol conduce a estados de alteración que pueden disminuir la percepción de la intoxicación etílica.
También los pediatras, a través de la Asociación Española de Pediatría (AEP), han realizado una serie de recomendaciones acerca del consumo de estas bebidas, ante la creciente «popularidad» entre los adolescentes. Así, volviendo a hacer referencia a los altos niveles de cafeína y azúcares simples y a que suelen ser vendidas en envases de medio litro, desaconsejan su consumo en edad pediátrica. «Su consumo se asocia a irritabilidad, insomnio, cefaleas, ansiedad, falta de concentración y patologías metabólicas y cardiovasculares, como taquicardia o aumento de la presión arterial. Y, además de generar tolerancia con su consumo continuado, pueden producir adicción», alerta la AEP.
Por su parte, la iniciativa Gure Platera Gure Aukera recogía recientemente la opinión del director de Justicia Alimentaria, Javier Guzmán, como una de las organizaciones que forma parte de su grupo de trabajo. En el artículo ‘Bebidas energéticas: nuestras hijas e hijos primero’ del pasado 25 de octubre, Guzmán pide tomar medidas en este campo «para proteger la salud de la infancia y adolescencia», sumándose a las voces que abogan por prohibir su venta a menores de 18 años.
Galicia prohibirá su venta a menores
Por todo ello, algunas comunidades autónomas se han puesto manos a la obra con el objetivo de regular la venta de bebidas energéticas a menores. La primera de ellas ha sido Galicia, que el pasado 2 de noviembre inició los trámites de la futura ley que prohibirá la venta de bebidas energéticas y los vapeadores a los menores de edad.
Esta legislación prevé equiparar a efectos de venta y publicidad las bebidas energéticas con el alcohol, y los vapeadores y cigarrillos electrónicos al tabaco, lo que supone, por ejemplo, que no podrán venderse en recintos deportivos o la regulación de la publicidad.
Otras siete autonomías, entre las que se encuentran la CAV y Nafarroa, también prevén estudiar su regulación entre los más jóvenes, con un debate que ya se ha iniciado en el País Valencià, Castilla y León o Aragón. Por otro lado, Extremadura o Canarias ya han anunciado que, de momento, no tienen previsto restringir su venta a los más jóvenes.
Sin medidas a la vista en Hego Euskal Herria
En la CAV y Nafarroa todavía no se han dado pasos para iniciar el debate sobre este asunto, si bien fuentes de ambos ejecutivos consideran que es relevante y que próximamente será planteado, tal como declaró recientemente el consejero de Salud navarro, Fernando Domínguez, en rueda de prensa.
A falta de datos que muestren cuál es la realidad del consumo de bebidas energéticas entre la juventud vasca, una encuesta realizada por el Ayuntamiento de Tutera en 2021 indicaba que el 77,8% de los jóvenes tudelanos de entre 12 y 17 años las había probado alguna vez, mientras que el 22,8% las consumía de forma abusiva. Más de la mitad de los encuestados, un 57,85%, acostumbraba a consumir estas bebidas en su envase de 500 ml y el 20% afirmaba haber tenido síntoma de abstinencia.